jueves, 15 de mayo de 2014

Antonio Ruiz Díaz y el GPS roto, o la navegación boba.

Antonio Ruiz Díaz es un fiel exponente de la decadencia y la degradación doctrinaria.
Ya explicamos como desde un supuesto catolicismo, nos llevaba inperceptiblemente hacia el agnosticismo.
Relativista extremo, en su facilismo conceptual, no mide el daño escandaloso que provoca en la malformación de la gente sobre la que tiene ascendiente.
Pero como dijimos oportunamente...."si un niño nace en un garage, eso no lo convierte en auto.Si Antonio Ruiz Díaz se pasa el día en la Iglesia, eso no lo convierte en católico....
Y como se trata de hechos y no de palabras o gestos al tono, veamos al gran prevaricador en acción.
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El hombre pide a los concurrentes que busquen en sus Biblias el pasaje de Lucas 15, en que habla de la oveja perdida.Pide a concurrentes que lo lean en voz alta, y luego dileta sobre el tema.
Veamos que dice LA PALABRA---


 15:4  ¿Qué hombre de vosotros (“Jesús apela a los propios sentimientos de sus oyentes”, B-S; la palabra hombre es enfática y la implicación es que si bajo estas circunstancias el hombre actúa así, cuánto más Dios lo hará, JWM), teniendo cien ovejas (en esta parábola no hay distinción entre ovejas y cabritos como en Mat. 25:32, porque en esta parábola, como en Ezeq. 34:6, las ovejas son judíos), si pierde una de ellas (por ej., los publicanos y pecadores que le escuchaban), no deja las noventa y nueve (los fariseos y escribas que creían que eran muy justos) en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? – Esto indica una búsqueda seria e intensa.
      Jesús razona desde lo menor a lo mayor (de oveja a hombre). Compárese Luc. 11:11-13, razona desde lo humano (cómo el hombre actúa) a lo divino (cómo Dios actúa). Jesús razona desde el punto de vista de lo que ellos hacen o aprueban; es decir, Jesús buscaba al hombre perdido y los fariseos y los escribas murmuraban, pero ellos hacían la misma cosa si era oveja, pero como Jesús dice en otro texto (Mat. 12:12), “Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja?” Así es que, si los fariseos aceptaran la primera parte de esta parábola, deberían aceptar la segunda parte. Si estaban de acuerdo con la actitud del pastor de ovejas, entonces deberían estar de acuerdo con la actitud de Cristo (el Buen Pastor, Jn. 10:14) cuando se encuentra una de sus ovejas perdidas. ¿Cómo podían decir que los publicanos y pecadores tenían menos valor que las ovejas?
      Las ovejas son dadas a descarriarse y perderse. Son animales indefensos y necesitan dirección y protección. Por eso, el pueblo de Dios se comparan con ovejas. “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino”, Isa. 53:6; “Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”, 1 Ped. 2:25. Cristo vino al mundo para buscar y salvar a los perdidos (Luc. 19:10). Compárense Sal. 23; Isa. 40:11; Ezeq. 34:15, 16).
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Luego, el agnóstico, procede a diletar un rato, sacar conclusiones, y después de la sesión de entretenimiento grupal, da por terminado el tema.
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¿Pero que hace el sujeto cuando hay que dejar de hablar y empezar a hacer?
Pues exactamente lo contrario que predica.
Por ejemplo, un muchacho, que evidentemente vive en zona de riesgo, deja de concurrir y nadie lo puede ubicar.A pesar de los pedidos en ese sentido, se desentiende de su suerte.
El sujeto habla del "desapego", en medio de reuniones con constantes invitaciones al abrazo y la palmada.
Da asco ajeno.
En realidad, con su teoría deformada del apego, plantea la sicopatía como estilo de vida.El propone un "cristianismo" berreta, del saludito y la sonrisa, pero que no tiene empatía por el otro.El otro es distante y cosificacble, olvidable.
Pero eso es hasta que se encuentra con una sicópata manipuladora muy peligrosa, Noemí Saig, que en medio de un reunión levanta su dedo índice y le impone el uso de la palabra, ante lo cual el baludaque corre a un rincón y calla avasallado.
Es decir que este mamarrachesco personaje, distrata a los buenos y acata a los cretinos.
Normalmente envía mensajes de texto a diario, pero si alguien lo cuestiona en los disparates que hace, automáticamente lo aisla e incomunica.
Si alguien busca un ejemplo de fariseismo explícito, lo tiene en vivo y en directo.
Y obviamente, se va muniendo de un grupo de engendros que lo acompañan en su patología y de otros que arrastrados por código de pertenencia callan ante los dislates.
Antonio Ruiz Díaz hace rato que perdió la orientación, aunque algunos distraidos lo siguen creyendo católico.

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