jueves, 30 de enero de 2014

Ante la ofensiva de los oligopolios, ¡estatizar el comercio exterior!

ARGENTINA

Por Atilio A. Boron 


Atilio Boron y un propuesta necesaria

La Argentina enfrenta una grave crisis cuyas dos principales manifestaciones son la trepada del dólar ?que refleja una peculiar anomalía argentina, porque esa moneda se está devaluando en todo el mundo, incluyendo por supuesto América Latina y el Caribe- y la resultante escalada inflacionaria que la insólita revaluación de la divisa estadounidense produce en la economía argentina. La devaluación del peso y el impulso inflacionario son, en realidad, dos caras de una misma moneda. Pero la gran paradoja es que desplome sufrido por el peso no guarda correspondencia con la situación imperante en la economía real. Esta no tiene la solidez y el dinamismo del período 2003-2008, pero está lejos de verse reflejada en los desquiciantes movimientos que se registran en el tipo de cambio. Veamos: la producción agropecuaria se mantiene en niveles comparativamente muy elevados, aun cuando la ?sojización? de la agricultura plantea numerosos problemas (económicos, sociales y ecológicos) que no podemos examinar aquí;  algunas ramas del sector industrial (automóviles, motocicletas, electrónicos diversos, etcétera) marcan nuevos records a pesar de las restricciones para la importación de algunos insumos cruciales; la gran minería prosigue su marcha, más allá de lo ocurrido con Pascua Lama producto de un fallo de la justicia chilena; la explotación de hidrocarburos, estimulada por las perspectivas de Vaca Muerta retoma un ritmo ascendente;  los bancos y las entidades financieras registran significativas ganancias y según un reciente estudio de la CEPAL las exportaciones argentinas crecen por encima del promedio regional.

Si esto es así, ¿qué es lo que está ocurriendo? Más allá de abrir una discusión seria sobre ?el modelo?, misma que no hicieron los economistas de la oposición adscriptos férreamente al neoliberalismo de los años noventa, ni tampoco los del oficialismo, para quienes lo único que había que hacer era ?profundizar? un esquema económico cuyos límites, inconsistencias y deformaciones eran evidentes por lo menos desde el 2010 y acerca de los cuáles más de una vez nos referimos en nuestro blog. Pero más allá de esta necesaria discusión, decíamos, se impone actuar con urgencia sobre la coyuntura cortando de un tajo el nudo gordiano que está asfixiando a la economía argentina con la estampida del dólar y la peligrosa escalada inflacionaria. Para ello el estado deberá recuperar, sin más dilaciones, el control del comercio exterior, fuente insustituible de las divisas que necesita el país.

Es absurdo, y a estas alturas demencial, que cinco o seis grandes oligopolios manejen el grueso de la divisas que ingresan por la vía de las exportaciones agropecuarias. En una economía tan dolarizada como la Argentina, en donde los componentes importados afectan a casi todas, por no decir todas, las actividades económicas del país, dejar que la disponibilidad de dólares quede en manos de un puñado de oligopolios es un acto de soberana insensatez. En Chile, sin ir más lejos, los ingresos de su riqueza principal, el cobre, los controla exclusivamente el estado. En nuestro país, en cambio, un 80 por ciento de lo producido por las exportaciones cerealeras lo retienen grandes oligopolios transnacionales, y especialmente Cargill y Bunge, seguidos de cerca por Continental y Dreyfus; a su vez un par de grandes empresas controlan los ingresos que producen las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, principalmente aceite de soja; en la gran minería quienes lo hacen son las transnacionales del sector; y en el área de hidrocarburos (petróleo y gas) las propias empresas, con el agregado ahora de YPF pero sin perder de vista que ésta es una sociedad anónima y no una empresa del estado. Todas estas corporaciones están fuertemente articuladas con la banca extranjera, predominante en la Argentina, y mantienen fluidos contactos con los paraísos fiscales que proliferan sobre todo en el capitalismo desarrollado.  En suma: un puñado de 100 empresas controlan aproximadamente el 80 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina, y son ellas las que retienen los dólares que surgen de este comercio y que son requeridos por distintos sectores de la economía nacional.

De lo anterior se infiere una conclusión tan simple como contundente: quien controla la disponibilidad de dólares termina teniendo la capacidad de fijar su precio en el mercado local, especialmente ante un Banco Central debilitado y cuyas reservas cayeron de 52.190 millones de dólares en el 1010 a 28.700 millones de dólares al finalizar enero del 2014. Esta debilidad del BCRA le impide desbaratar las maniobras de la cúpula empresarial más concentrada, fuertemente orientada hacia los mercados internacionales, y para la cual el dólar ?recontra alto? (uno de los pilares del menemismo) significa pingües ganancias porque desvaloriza el salario de los trabajadores y les permite alentar la carrera inflacionaria con la seguridad de que su disponibilidad de dólares la sitúa a refugio de cualquier contingencia. En consecuencia, el control de las divisas por parte de ese puñado de grandes oligopolios le permite ser el verdadero autor de las políticas económicas de un país tan dolarizado como la Argentina y, además, extorsionar a cualquier gobierno que no se someta a sus mandatos. Pueden aterrorizar a la población agitando el fantasma de la hiperinflación, que este país padeció a tan brutal costo en 1989 o el espectro del ?corralito? de finales del 2001, y de ese modo desestabilizar a un gobierno que debe jugar partidas simultáneas de ajedrez (en el frente fiscal, tributario, monetario, cambiario, productivo) con enemigos que no sólo procuran derrotarlo en una puja puntual sino sobre todo derrocarlo. Y el gobierno actual comete el error de pensar que con concesiones varias podrá apaciguar el ?instinto asesino?, como le llaman admirativamente los ideólogos neoliberales, de esos enormes conglomerados para las cuales la ganancia y el ganar -sobre todo el ganar, como recordaba Marx- es una verdadera religión cuyos preceptos son respetados escrupulosamente. Por ejemplo, el carácter sacrosanto de la propiedad privada y, por extraño que parezca, la convicción de que la lucha de clases es algo tan natural y omnipresente como el aire que respiramos, y libra esa batalla con todas sus fuerzas. Ante cada concesión de un gobierno satanizado como su enemigo la única respuesta que tiene es la de atacarlo con más ferocidad que antes, exigiendo, como Shylock a Antonio, más y más concesiones: ¡pague la deuda, acuda al CIADI, arregle con el Club de París, abra Vaca Muerta para empresas fugitivas de la justicia como Chevron, deje que la gran minería trabaje sin interferencias!, mientras persiste en su ataque en todos los frentes con el apoyo de la prensa hegemónica que maneja a su antojo. La crisis actual demuestra, de paso, lo ilusoria que fueron aquellas expectativas del kirchnerismo de crear una burguesía nacional, patriótica y solidaria con los intereses de las mayorías. Ya lo había dicho el Che, hace cincuenta años, y la historia le volvió a dar la razón por enésima vez: la burguesía nacional no existe.

Ahora bien: ¿cómo debería producirse la estatización del comercio exterior? Primero, no puede ser una medida aislada porque se necesita un enfoque integral que: (a) abarque a toda la cadena de comercialización del sistema agroalimentario, hoy controlado por las multinacionales,  lo que debería rematar en la creación de una Junta Nacional Agroalimentaria, con las salvedades que plantearemos más abajo; (b) aumente las alícuotas impositivas a la gran propiedad rural e implemente un eficaz sistema de control que evite las sobre y sub facturaciones de las cerealeras, hoy cómplices necesarias de la corrida cambiaria; y, finalmente, (c) que re-estatice los puertos del sistema de la Hidrovía Paraná-Paraguay, privatizados en los años noventa y que son las puertas de salida de gran parte de las exportaciones agropecuarias. Estas medidas deben ser puestas en práctica con la mayor celeridad, porque el ritmo de la crisis no tolera dilaciones. Segundo, se requiere imaginación y experiencia práctica, porque no se trata de resucitar la antigua Junta Nacional de Granos o al Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio, el IAPI de la época del primer peronismo, porque el capital ha creado nuevos instrumentos financieros (compraventa a futuro, swaps, derivativos, etcétera) y la tecnología importantes innovaciones, (como el silo bolsa, que independiza al productor del riesgo que se le arruine la cosecha) lo que le permite postergar su venta hasta que el precio sea aproxime a sus expectativas, todo lo cual torna más difícil el control del comercio exterior por parte de los gobiernos. De lo anterior se desprende la necesidad de concebir una agencia estatal que regule a la totalidad del sistema agroalimentario del país, desde su origen hasta su comercialización minorista, algo bien diferente a la JNG o el IAPI. Tercero, y decisivo, esto solo será viable si se constituye un gran movimiento popular capaz de construir un instrumento político que respalde esas iniciativas y otras más encaminadas a redefinir por izquierda el rumbo de la economía argentina: la largamente demorada reforma tributaria y la elaboración de una efectiva política antiinflacionaria que resguarde los ingresos de los asalariados, para comenzar. Una convocatoria popular sin sectarismos ni soberbias burocráticas; sin verticalismos ni verdades establecidas, porque de lo contrario la respuesta de las clases y capas populares será una mezcla de impotencia, miedo paralizante ante la clara percepción del escarmiento que se cierne sobre ellas y, en algunos casos,  indiferencia, mezcla que mucho tuvo que ver con el funesto desenlace sufrido por los gobiernos peronistas en 1955 y en 1976. Una decisión tan crucial e impostergable como la estatización del comercio exterior, cualquiera que sea su forma legal y jurídica, es antes que nada un hecho político que no puede ser producido por un decreto o una resolución firmada por un funcionario instalado en las ?alturas? del aparato estatal. Resta ver si el gobierno es consciente de la gravedad de la situación y decide actuar en consecuencia. La experiencia pasada no permite abrigar demasiadas expectativas pero, como tantas veces lo recordaran las Madres de Plaza de Mayo, no hay peor lucha que la que no se libra.

¿Qué ha llevado, durante diez años, a perseguir tantos y tan profundos y negativos cambios en la cultura del país, a los KIRCHNER y a sus principales colaboradores …?

No se entienden, si no es a través de la aceptación de que existe perversidad, algunas actitudes del Gobierno

 


Feliz se lo ve a Zaffaroni con su amigo y tal vez protegido con su asesoramiento profesional
Uno de los temas que integran la presente Edición, cual es el del intento oficial de reformar el Código Penal, en un gesto del Gobierno que en realidad apunta directamente al abolicionismo del sistema penal, deja en evidencia que el Gobierno no se quiere ir sin dejar aún mucho más daño del que provocó en su década “nefasta”.

Con sólo recordar que el anteproyecto oficial fue redactado por una Comisión que presidió EUGENIO RAÚL ZAFFARONI, ya estaría casi todo dicho. Lo triste es que han intervenido otras figuras de la Política, que no han sabido, podido o querido “frenar” la locura del Gobierno, cuando tuvieron a su alcance la consulta a los expertos más confiables de la Argentina, a reconocidos especialistas, quienes más que tener una gran experiencia en el tema, han mostrado sensatez y sano juicio a lo largo de sus carreras, condiciones que no tiene ni ZAFFARONI ni la Presidente que impulsa con entusiasmo esta iniciativa como golpe final de despedida de su trágico paso por el Gobierno del país.

Tal vez sea insuperable el concepto que emite la entrevistada por el Portal en la nota referida al caso, DIANA COHEN AGREST cuando habla de un “experimento social que costó la vida de miles de ciudadanos inocentes” implementado por el aludido ZAFFARONI, quien, aparentemente previendo las consecuencias sociales que provocará su daño, ya está imaginando abandonar su actual cargo en la Corte, durante el año próximo, para –podría suponerse- alejarse lo más posible de la Argentina, en busca de sobrellevar sus últimos años en un país donde reine la seguridad, originada en la cordura.

Sobretodo cuando se sabe que la Presidente muy probablemente consiga imponer su texto de reforma, como lo hace cada vez que tiene un muy fuerte interés personal, algo que ha quedado demostrado una vez más esta misma semana al contradecir todo su “relato” con la designación del nuevo Jefe del Ejército. Las muy especiales razones que motivaron esta reciente jugada de CRISTINA KIRCHNER es materia para tratar ampliamente en otra ocasión, pero su mención sirve como ejemplo para el tema de la presente nota.

Observación que nos devuelve al mismo, pero sobre el cual en realidad, no se justifica una mayor extensión, tras la brillante participación de la nombrada entrevistada, quien no sólo muestra un profundo conocimiento de la materia de la que se ocupa, sino que lo hace además con un estilo literario propio de una consagrada profesional, como lo es.

Sólo restaría agregar que la Presidente KIRCHNER volverá sobre el tema probablemente en Febrero, más renovada en sus fuerzas y con el mismo ímpetu dañino que la ha caracterizado en toda su gestión.

Así de simple, nomás …


Fuente: Enfoques Positivos

El director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) Gabriel Salvia fue expulsado de Cuba al ser tratado de “inadmisible”.

salvia

Había llegado como organizador del II Foro Democrático en Relaciones Internacionales y Derechos Humanos, que iba a efectuarse en paralelo a la cumbre de la Celac.
Salvia hizo una fuerte crítica a Cristina Fernández al asegurar que: “Lo más contradictorio de nuestro gobierno es que dice que el eje de la política exterior son los Derechos Humanos. Si es así, lo primero que tendría que haber hecho Cristina era el domingo ir a la misa junto a las Damas de Blanco y visitar a los perseguidos políticos en lugar de estar con los verdugos”.
Salvia fue deportado cuando llegó a La Habana en un vuelo hacia El Salvador y al llegar a la Argentina dio su opinión sobre lo ocurrido, según publica Infobae. “Fue una iniciativa para apoyar al Movimiento Cívico Cubano que busca tener una democracia como el resto de los países que integran la Celac, donde 33 de 32 eligen a sus gobernantes en elecciones libres. Estos eventos los hicimos en Brasil, Perú, Chile, Uruguay y no tuvimos problemas”.
Cadal en América Latina “se dedica a promover el fortalecimiento de la democracia y la solidaridad democrática internacional. Cuando estábamos en dictadura eran pocos los activistas de los Derechos Humanos y fue importante la ayuda internacional. Sentimos que tenemos una deuda con aquellos países que viven en esclavitud política”.

Cambios en el Código Penal.

“ZAFFARONI implementó un experimento social que costó la vida de miles de ciudadanos inocentes …”

 

Una de las sabias expresiones emitidas por DIANA COHEN AGREST en este reportaje, en momentos en que el aludido Juez pretende imponer su criterio en el nuevo Código Penal
Diana Cohen Agrest
Filósofa y Ensayista, Escritora, DIANA COHEN AGREST reúne además un destacado listado de títulos y reconocimientos que exceden el ámbito nacional. Es una más de las tantas víctimas del “garantismo”, falsa denominación –salvo que esté referida a los delincuentes-, con la que el Gobierno kirchnerista ha impuesto en la Argentina un sistema judicial que consiste precisamente en conceder todo tipo de beneficios y privilegios a los criminales, en perjuicio, claro está, de los inocentes y honrados ciudadanos.

La doctora COHEN AGREST se ha prestado generosamente al reportaje que se transcribe a continuación, el que merece una atención especial, por lo profundo de su contenido y por la claridad en la exposición. He aquí el resultado:

P: Si bien no hay aún referencias concretas y firmes acerca de la aspiración oficial de cambios en el Código Penal, sí se conocen las tendencias, y las mismas vienen, a ese nivel, de parte del Juez de la Corte EUGENIO RAÚL ZAFFARONI, quien ha motorizado en el país la modalidad conocida falsamente como "Garantismo". ¿Qué le parece a usted esta idea inicial?

R: “La reforma del Código penal tiene como fin normativizar las resoluciones judiciales de hecho, embanderadas en el ideario impuesto por Eugenio Raúl Zaffaroni, quien implementó un experimento social que costó la vida de miles de ciudadanos inocentes. Tras los crímenes perpetrados durante la Dictadura, el pueblo argentino se enluta con los crímenes de la democracia. La mayoría impunes, porque son juzgados en el marco de una política penal éticamente perversa y legalmente cuestionable. En el intento de deslegitimar la imposición de la pena, la bandera del ideario vigente es la defensa de las garantías que, en rigor de verdad, no son privativas de la matriz conceptual garantoabolicionista sino que son consustanciales a todos los sistemas constitucionales liberales. En el marco de un Estado de Derecho, cuando se invocan las garantías individuales en su sentido primario se alude a un ordenamiento jurídico encomiable, condicionado a la tutela y efectividad de los derechos fundamentales y al respeto de las garantías que aseguran a los ciudadanos un debido proceso judicial, esto es, a no declarar contra sí mismo, al principio de igualdad ante la ley, al derecho de defensa, a la presunción de inocencia, a la imparcialidad, al ne bis in idem (principio que prohíbe al Estado condenar a una persona dos veces por el mismo hecho, y ser expuesto al riesgo de ser objeto de una nueva persecución penal por la cual ya fue sobreseído o absuelto), a respetar el principio de irretroactividad en material penal, a gozar de la garantía del juez natural que impida una posible actuación arbitraria del poder punitivo del Estado en perjuicio del acusado, al derecho constitucional a una pronta conclusión del proceso penal.

Simulando desconocer su aceptación universal en los sistemas democráticos, el garantoabolicionismo se apodera del estandarte de los derechos humanos, y amparándose en nociones socioambientales que afectan a los segmentos más vulnerables del cuerpo social, se apropia de la defensa de las garantías individuales como si fueran su creación, y hace de ellas la piedra de toque de un ideario que se ocupa de defenderlas en los victimarios en desmedro del principio de igualdad ante la ley del que deberían gozar todos los ciudadanos. Pero por añadidura, al deslegitimar las matrices conceptuales en las que se suele fundar la pena, no alcanza a elaborar un corpus teórico sólido en el que fundar las decisiones judiciales. La propuesta local no hace sino plasmar en la realidad el modelo teórico abolicionista promovido, entre otros, por el criminólogo y sociólogo noruego Niels Christie, quien en 1977 publicó un artículo pionero en la deslegitimación de la pena, “Los conflictos como pertenencia”, en cuyas páginas sostuvo que “nuestra compleja sociedad industrializada no es una sociedad con demasiados conflictos internos, sino una con muy pocos”. Mientras que Christie concluye que en la Noruega de casi cuatro décadas atrás “hay demasiadas normas para pocos delitos”, en la Argentina de hoy –escenario donde se ha puesto en práctica su teoría de laboratorio– hay demasiadas normas para demasiados delitos. Pero esta ecuación directamente proporcional poco importa, porque dichas normas son sistemáticamente burladas mediante el recurso de las chicanas procesales funcionales al delincuente.

Con una visión sesgada de los derechos humanos, hoy el mal llamado “garantismo” alude a un ideario minimalista y hasta abolicionista que parte de la victimización del delincuente atribuida a una condición social estructural afectada por la desigualdad, la marginación, la pobreza y la falta de educación resultantes de un sistema sociopolítico inequitativo. Invocando estas condiciones estructurales, las políticas penales –bajo el paraguas de los derechos humanos, y amparadas en el ideal irrealizable de la rehabilitación y reinserción de los criminales–, han minimizado el modelo punitivo y se han orientado hacia meta tan irreprochable como sólo imaginable en un mundo utópico. ¿Cuál fue el costo de ese ideal? ¿Cuáles fueron sus consecuencias en el mundo real?

Partiendo de la premisa de que los delitos son el producto del sistema, con ellas se nos ha sumido en un círculo perverso de marginalidad–delito–ausencia de debida sanción–marginalidad. Se trata, entonces, de transformar ese círculo vicioso en un círculo virtuoso. Y en lugar de avalar la liberación y la consecuente reincidencia de los delincuentes mediante el recurso de medidas alternativas y sanciones sustitutivas como son la libertad condicional, las excarcelaciones, las pulseras electrónicas o la condonación de penas por buena conducta o pagos de fianzas, medidas que se vienen implementando desde hace una década, pero que ahora serán legitimadas por la ley– se debe contar con la presencia de un Estado que imponga la ley con equidad.

En respuesta a la sociedad que reclama justicia y a las innumerables víctimas inocentes que ofrendaron su vida, se afianza progresivamente la disfuncionalidad judicial del Estado –resultante en parte por su afán de lucro, su complicidad con otras agencias públicas y sus intereses corporativos–, produciendo una realidad que golpea, con sus efectos devastadores, la vida cotidiana de los ciudadanos”.

P: La inseguridad no sólo se ha detenido en los últimos tiempos, sino que, sobretodo si se consideran los últimos saqueos, habría aumentado ostensiblemente. ¿Comparte usted esta opinión?:

R: “Permítame contar una situación espeluznante que escuché en un programa radial a las pocas horas de estallar los saqueos.

“Estaba ayudando”, la escuché decir. El móvil, desde Córdoba, trasmitía la entrevista a la hermana de Javier Alejandro Rodríguez, de 20 años, la primera víctima de los saqueos a nivel nacional.

–¿Tu hermano estaba saqueando?, le preguntó el movilero.
–No, lo vinieron a buscar y estaba ayudando
–¿Pero estaba ayudando a saquear?, le repreguntó el movilero, tal vez tan joven como la voz que, con sincera inocencia, le replicó:
–No, estaba ayudando a llevar las cosas….

En ese diálogo, las palabras ya no eran lo que habían sido. Desde siempre, la “ayuda” era otro nombre de la solidaridad, del compromiso con el otro, invariablemente teñida por una valoración positiva. Formaba parte del lenguaje de la ética. Repentinamente, la palabra resonaba extrañamente travestida. Lo terrible, lo desesperanzador, era que la hermana de Javier creía que su hermano estaba “ayudando”. Los jóvenes de los segmentos más vulnerables viven contaminados por lo que el informe del Programa para las Naciones Unidas sobre el desarrollo (PNUD) llamó el “delito aspiracional”: en una sociedad individualista y consumista, el grupo de pertenencia se basa en el tener el par de zapatillas de marca importada o el celular inteligente. Mientras que antes esa aspiración de bienes se satisfacía a través del ahorro y el trabajo, hoy se buscan vías alternativas, marginales a la ley: si no hay condena penal, si no hay siquiera en muchos estratos socioambientales sanción social (el comentario de la jovencita, en toda su ingenuidad, lo prueba), entonces ¿por qué no saquear? El informe reciente del PNUD sobre Seguridad ciudadana en América Latina concluyó que esta región fue la que más creció en su economía, en educación, salud y reducción de la pobreza, pero su contrapartida  fue el creciente nivel de desigualdad. El incremento de la violencia letal, según las conclusiones a las que arribó el informe, se explican por cuatro factores: los nuevos formatos familiares, el crecimiento urbano, la tenencia y portación de armas, adicciones al alcohol y a las drogas y, por último, la corrupción de los funcionarios y la impunidad generalizada. Estos factores diversos fueron promovidos, durante la última década, por políticas sociales que de transitorias, se instalaron definitivamente en un país que olvidó el valor del esfuerzo y el trabajo, produciéndose un terreno liberado al delito”.

P: ¿Cuál, a su juicio, puede ser la motivación que lleva al Gobierno a insistir sobre cambios que van en contra de lo que la sensatez y la mayoría de los argentinos quieren, en el tema de la Seguridad?.

R: “Con el beneplácito de un gobierno que se ufana de la defensa de las garantías que afectan de forma desigual a los barrabravas y a los que viven en el marco de la ley, los agentes públicos que nos representan –los poderes ejecutivo, legislativo y judicial– carecen de la voluntad política de penalizar el delito. Si el gobierno fuera tan igualitario en el ámbito penal como se proclama en todas las demás áreas de su incumbencia, si le importara que una vida arrancada por la absurda violencia es consentida y alentada por su complicidad y por su silencio garante de la impunidad, si los derechos humanos no fueran privativos de los que delinquen y si se tomara conciencia de que, cuando un inocente es asesinado, poco tienen que ver la izquierda o la derecha o las dictaduras o las democracias o el gobierno o la oposición; si en lugar de llorar sólo a los caídos de la dictadura se llorara también a los muertos silenciados por la democracia que no le sirven al relato oficial, si pudiera todo ese sinsentido hacerse carne en cada uno de los argentinos que aspiramos a una nación pacificada y previsible, habríamos dado el primer paso en un itinerario guiado por la cordura, por la verdad y por la justicia. Pero lo cierto es que es una batalla perdida. En las dos últimas décadas, en rigor de verdad, se logró instalar una cultura sostenida en este ideario nefasto.

Gran parte de las cátedras de derecho de las universidades nacionales estudiaron con el Manual de derecho penal de Zaffaroni, Alagia y Slokar. Y el primero es venerado como un mito viviente. Para quienes, como es mi caso, aborrecemos la violencia venga de donde venga, venga del terrorismo de Estado o del terrorismo validado y propiciado por la Democracia, es muy difícil desarticular este ideario perverso –un experimento social que importó un modelo de Noruega a la Argentina-, un país con las necesidades insatisfechas …. Puedo ser calificada de fascista, gorila o que, simplemente, “no se puede hablar desde el dolor”, argumento perverso con el cual silencian y revictimizan a las víctimas. Y no se trata del oficialismo, simplemente. Adviértase que la Comisión para la Elaboración del Proyecto de Ley de Reforma, Actualización e Integración del Código Penal de la Nación –tal como se la denominó– fue presidida por el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni y la integraron el ex camarista federal y ex jefe de la bancada radical de Diputados Ricardo Gil Lavedra, el ex camarista federal y ex ministro de Justicia y Seguridad bonaerense León Arslanian, el macrista y jefe de los diputados PRO Federico Pinedo, y la ex diputada socialista María Elena Barbagelata. Prueba de que la canallada no tiene bandera partidaria”.

El más reciente libro de esta Autora, lleva por título: “Ausencia Perpetua – Inseguridad y trampas de la (in) Justicia”, y ha sido editado por Random Mondadori.

Fuente: Enfoques Positivos

En su primer viaje de la Presidente a Calafate, luego de su presunta(*) intervención quirúrgica, esta dejó en Buenos Aires muchas dudas acerca de lo que puede suceder en el terreno de la Política, en las próximas semanas.

Paradoja: La principal certeza es la incertidumbre. Muy pocos saben o no se animan a hablar de lo que vendrá

 

Aunque sí hay convicción de que la mayoría de la oposición abandonó su función contenedora: ¿Miedo, extorsión o compra?
Al Jefe de Gabinete lo mandaron a que explicara lo de los cortes de luz, y aquí es cuando se lo ve preguntándose: “¿Que explique qué cosa …?”.


Una destacada cantidad de preguntas sin respuestas o peor todavía, con respuestas muy enfrentadas entre unas y otras, lo que contribuye a una mayor confusión.

Un dato al respecto, lo constituye lo dicho al Portal, sobre el fin de semana, por un conocido Economista, quien expresó que mientras el Gobierno aparenta querer hacer buena letra con el mundo –puso como ejemplo las negociaciones con el Club de París y algunos acercamientos a Washington, y las respuestas, aunque fallidas, al FMI-, políticamente se envían señales que constituyen lo peor para quienes podrían ayudar al país a encaminarse, como los son la suspensión en su cargo del Fiscal JOSÉ MARÍA CAMPAGNOLI, y la continuidad en el apoyo a la figura de AMADO BOUDOU, pese a que todos los indicios lo dan ya como un hombre “muerto” en el caso CICCONE.

Otras malas señales son los demás gestos antidemocráticos, como lo son los constantes intentos de mejorar la situación judicial de los integrantes del kirchnerismo, con cualquier influencia sobre la Justicia.

Lo que sí se sabe, es que las dificultades en el terreno de la Economía, se harán cada vez más insalvables, a medida que pasen las semanas. Con sólo pensar, como lo reveló también recientemente un Sindicalista a este Medio, que los gremios estatales y luego los privados, no se conformarán con un 15 ó 20 por ciento, al momento de regular los aumentos de sus salarios en las Paritarias, sino que ya hablan entre los gremialistas no alineados con el Gobierno, de cifras que no bajan del 30 por ciento, al margen de lo que esté negociando HUGO MOYANO por estas horas, al aparentemente aceptar un bono de fin de año de valor menor al solicitado, porque lo que importa es el porcentaje que se pida en esas Paritarias. El referente en esta materia le dijo a ENFOQUES POSITIVOS: “Los obreros y los empleados ya saben que en 2014 todo subirá no menos de 30 por ciento …”.

No comen vidrio estos asalariados, leen también algunos Medios que no son del Gobierno, y además, sus mujeres van al Supermercado todas las semanas.

Lo cierto es que por más sonrisas y signos de distensión que muestren algunas figuras del kirchnerismo, la situación está muy mal, a todo nivel, inclusive –vale mencionarse- en cuanto a la relación entre los más tradicionales integrantes de la “mesa chica” del poder. Mucho de lo que funcionó aceitadamente hasta las elecciones legislativas de Octubre, dejó de hacerlo desde entonces. Y el retiro de la Presidente a Olivos, no habría alcanzado para recomponer relaciones y establecer nuevas y exitosas estrategias.

Y, de parte de la oposición, queda a la vista que son muy pocas las figuras que dicen estar en esa situación, las que actúan ante los casos más aberrantes que expone el Gobierno. Tampoco hay certezas acerca de las razones de esta quietud, en ese ámbito.

Tras las fiestas venideras, empezarán a quedar a la vista hechos muy complejos y de difícil solución para el Gobierno.
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(*): En cuanto a esta llamada, la misma obedece al hecho de que nuevamente están circulando, en ámbitos donde regularmente sus integrantes contienen buena información, la posibilidad de que la intervención a la Presidente encarada en la Fundación FAVALORO, no haya sido real. ENFOQUES POSITIVOS evitó hablar antes de ahora de este caso, porque al inicio del mismo ya hubo algunas manifestaciones que pusieron en duda esa situación, por la casualidad de que la misma se dio en el preciso momento en que una buena forma de eludir la derrota electoral de la Presidente, era precisamente la desaparición temporal de la Presidente, de la escena política. Esa circunstancia sumada al sorpresivo abandono de la costumbre presidencial de conducirse con el Hospital AUSTRAL, y el acercamiento a un Médico que tuvo un proceso judicial bastante particular que lo llevó a cierto desprestigio, al margen del resultado judicial que obtuvo, crearon la versión de la posibilidad de que lo de la intervención quirúrgica haya sido una maniobra falaz más, de las tantas a las que el actual Gobierno acostumbró al público.

Desde el Portal no se afirma ni se deja de afirmar nada sobre la cuestión, es decir no agrega ni quita al respecto, sólo se transmite lo que ha crecido en circulación en los últimos días, no sólo a través de Internet sino en conversaciones personales entre personas corrientes y otras que obligatoriamente deben contar con información creíble.

Fuente: Enfoques Positivos

Eugenio Zaffaroni.

 Eugenio Raúl Zaffaroni: El destinatario del mensaje De este tan importante instrumento de trabajo e información, como lo es Internet, suele obtenerse material muy interesante en cuanto a la información que contiene, sobretodo cuando como lo es en este caso, el mismo puede ser fácilmente corroborable. Quien aparece como firmante del escrito, no es conocido por el Portal, pero aunque el trabajo fuese anónimo, tal como ya ha sucedido en alguna ocasión en esta columna, si su contenido amerita que sea publicado, así se lo hace, para información de los lectores. La nota recuerda para muchos, y probablemente brindará datos novedosos para otros, detalles del comportamiento como Magistrado de uno de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, como lo es EUGENIO RAÚL ZAFFARONI. A continuación se transcribe la nota aludida, respetándose los destacados, así como fue recibida: “Doctor ZAFFARONI: ¿USTED DUERME EN PAZ CON SU CONCIENCIA? Por : Juan Manuel Otero Tal vez usted, doctor Zaffaroni, ocupado como seguramente debe estar, cumpliendo tan importantes funciones en el máximo Tribunal de Justicia de la Nación, no se habrá enterado de lo que últimamente sucede en nuestra Patria fuera de los muros del Palacio de Justicia. Pero le pediría que se tome la molestia de informarse y luego, si su conciencia se lo permite, medite al respecto. Claro que no coincidiríamos en la visión, dado que formamos parte de mundos absolutamente opuestos. Yo soy un anónimo ciudadano que a los 70 años lleva medio siglo trabajando y que ha formado una familia como Dios y la naturaleza mandan. Este año cumpliré 45 años de matrimonio, tengo dos hijas, el varón que hoy cumpliría 43 años está en el cielo, y tres nietos que alegran nuestros días y completan la familia. Tampoco cultivo marihuana en mi balcón, ni lo haré cuando usted logre despenalizar su ingesta, otro rasgo que nos diferencia, y ni hablar de niveles intelectuales. No podría ni intentar hacer comparación alguna; sus pergaminos son abrumadores y yo apenas se leer y escribir. Pero hay muchas otras diferencias que nos separan. Yo por ejemplo, no tengo novio, menos aún departamentos para alquilar como prostíbulos permitiendo así la trata, rufianería, proxenetismo y prostitución. Y mire usted, en mi ignorancia, suponía yo que un Juez en lo Criminal debería combatir estas actividades y no alentarlas mirando para otro lado y mintiendo, al borde del llanto, un inexistente desconocimiento de los lenocinios vigentes en sus propiedades. Y son muchas más mis ignorancias e incomprensiones. En mi paso por la Facultad de Derecho de la Universidad del Salvador, tuve el honor de ser alumno del doctor Don Carlos Fontán Palestra. Él, y sus dignos adjuntos como el doctor Jaime L. Smart – hoy encarcelado por haber sido, al igual que usted, funcionario del proceso -por citar alguno-, nos enseñaron las teorías del Derecho Penal y las distintas escuelas criminalísticas en magistrales e inolvidables clases. Y le puedo asegurar que ninguno de ellos nos insinuó siquiera que un delincuente era, en realidad, una víctima de la sociedad. Por el contrario, ellos sostenían que los delincuentes debían ser llevados a juicio respetando sus derechos, pero que ante la comprobación fehaciente del hecho imputado, debían purgar su crimen y aceptar su condena. Menos aún suponer, como usted hizo siendo Juez del crimen, que un psicópata que obliga a una criatura a practicarle sexo oral no cometía el delito de violación y que por haber tenido la “delicadeza” de apagar la luz mientras sometía a su indefensa víctima merecía una reducción de la pena. Con tales fundamentos, supongo que si el perverso le hubiera regalado un chupetín luego de su felonía, usted lo habría sobreseído. Nada de eso nos enseñaron. ¿Se habrán olvidado?. Por otra parte, aunque lo hubieran explicado, no habríamos comprendido ni aceptado semejante mamarracho. Un criminal es alguien a quien la sociedad, a través del representante de la “vindicta pública” lo debe poner a disposición de la justicia y si su acción es típica, culpable y probada debe recaer sobre él la condena y por supuesto que la debe cumplir. Ya sé que usted piensa todo lo contrario, pero ¿Sabe qué? Hace años que vemos que los delincuentes en general y los violadores en particular, gracias a su progresista pensamiento, quedan libres de inmediato por su “buena conducta” y por haber pedido perdón por su falta jurando eterno arrepentimiento. Y esto pese a estar probado que un violador no se regenera sin una estricta terapia y aislamiento absoluto y aún así no es seguro el resultado. Y ¿Sabe qué? A las 48 horas cometen otro crimen sea violación, sea homicidio… y en realidad son sujetos que tendrían que haber estado encarcelados hasta pagar su deuda con la sociedad. Y ahora viene usted a decirme que, por el contrario, somos nosotros, los ciudadanos honestos, los que le debemos pedir perdón a los criminales, que somos quienes los victimizamos y obligamos a elegir el camino del crimen como única opción. ¿Usted está seguro de lo que dice? Porque, aunque es sabido que el estado de crisis social y cultural que atraviesa penosamente nuestra Patria se genera en una amplia variedad de factores, su filosofía criminal es uno de ellos y muy importante. Claro que también influye negativamente el hecho de tener millones de desocupados que no necesitan trabajar porque son mantenidos mediante subsidios pagados con los dineros públicos generados por quienes trabajamos y pagamos impuestos. Y esa colonia de “vagos mal entretenidos” cae en lo que nuestros abuelos calificaban como la “madre de todos los vicios” que es el ocio. Y el gobierno nacional que colabora entusiastamente liberando las fronteras donde ya no hay radares ni gendarmes, facilitando ex profeso que la droga se instale en esa juventud que no estudia ni trabaja y cuya única obligación consiste en ir a aplaudir discursos que no comprende. Y la consecuencia está a la vista doctor Zaffaroni, los asesinatos, secuestros, violaciones ya no son noticia, pero no porque no sucedan estos crímenes, sino porque ya saturan y dejaron de ser novedad. A esa triste realidad hemos llegado, y usted con su Teoría Negativa o Agnóstica de la Pena me quiere hacer creer que los criminales son víctimas de la sociedad. Y no lo creo, pese a que su amañado lenguaje así lo pretenda probar: “todos los inconvenientes de las teorías positivas se eluden si se adopta un criterio de construcción Teológica que tenga por meta la protección de los bienes Jurídicos (Seguridad Jurídica) pero en lugar de caer en la ilusión que protege a la victima de las demás, asume el compromiso real de proteger los que son efectivamente amenazados por el crecimiento incontrolado del poder punitivo”. ZAFFARONI EUGENIO RAUL – ALAGIA ALEJANDRO - SLOKAR ALEJANDRO “Derecho Penal Parte General” Editorial Ediar Buenos Aires 2000 página 35. Por respeto a los lectores no incluiré lo que pienso de una persona como usted pero deduzco que lo imagina perfectamente. Usted no merece el menor respeto de los ciudadanos honestos. Seguramente los criminales lo adoran y lo veneran por haberlos elevado a la categoría de víctimas y condenarnos al resto de la sociedad como sus victimarios. Pero usted y yo bien sabemos que se trata de una falacia que en algún rincón pútrido de su espíritu se ha generado por alguna misteriosa y perversa malformación. Finalmente, doctor Zaffaroni: ¿Duerme usted plácidamente cada noche? ¿No le perturba su conciencia cada mañana enterarse de un nuevo crimen que se podría haber evitado simplemente haciendo cumplir las condenas en vez de liberar peligrosos delincuentes? ¿Nada de eso le preocupa? Usted me causa pena y espanto”. Firma: “JUAN MANUEL OTERO”. Al final del mensaje, su autor agrega: “Para quienes no lo saben, el doctor Zaffaroni conoció a su actual novio (Mauricio Grosman) siendo su abogado defensor en una causa por múltiples secuestros. Más aun, luego de excarcelado se lo llevó a vivir a su casa en Flores y lo hizo estudiar derecho. Hoy, el novio -el doctor Grosman...- es un funcionario K del Ministerio de Justicia. ¿No será el que se ocupa de alquilar los apartamentos del doctor Zaffaroni, varios de ellos utilizados como prostíbulos?” Fuente: Enfoques Positivos

miércoles, 29 de enero de 2014

Garantismo e inseguridad.

Garantismo no es sinónimo de abolicionismo
Por Juan Carlos Ustarroz
abogado penalista
Escribo este artículo de opinión como abogado penalista, con el fin de oponer una visión diferente al relato dominante que –por diversas razones que escapan a este artículo- se está  conformado como  saber ‘popular’ sobre el funcionamiento de nuestro sistema penal.
 
Es obvio que prima un cierto desencanto con este sistema. Fundamentalmente, la causa del desencanto –y del descontento- es que se atribuye una relación lineal de su [mal] funcionamiento con la inseguridad. Y lo más notorio, es que este descontento tiene un foco particular: Se apoya muy concretamente en  una de las características de nuestro sistema penal (y –adelanto, de paso- de las democracias modernas del mundo occidental): el  llamado ‘garantismo’.
 
Según este ‘saber’ popular, nuestro sistema penal está algo así como ‘contaminado’ por ideas extrañas a lo que debería conformar un Derecho Penal políticamente ‘correcto’. Esta ‘contaminación’ está englobada en conceptos  confusamente enunciados que definen lo que –para los voceros del descontento- se denomina ‘garantismo’. Quisiera hablar de ello…
 
En primer lugar, la palabra ‘garantismo’ ha perdido –no sin intención- su definición original. En los últimos tiempos, y atizado –ciertamente- por varios sectores, se ha devaluado su significado de varias maneras, por ejemplo: a) Se asocia al ‘garantismo’ con el abolicionismo, cuando , en realidad, si se adhiriera al abolicionismo (una teoría que tiene algunos seguidores pero escasa repercusión práctica), el ‘garantismo’ no sería necesario, pues de abolirse el sistema penal, no hay necesidad de garantía alguna; b) en segundo lugar, se asocia al ‘garantismo’ con una política ‘naif’ de jueces que –por alguna razón- permitirían que los delincuentes ‘entren por una puerta y salgan por la otra’, algo que ha prendido fuertemente en el imaginario popular, debido a que –intencionalmente o simplemente por mala información- una simple excarcelación que hace que el imputado/sospechado espere su juicio en libertad (que es  la regla según nuestra Constitución y los Pactos que forman parte de ella) es presentada -fundamentalmente por los medios- como una absolución lisa y llana del imputado con la consiguiente indignación social. Recordemos tan solo el escándalo de la excarcelación de Chabán que hizo intervenir nada menos que al Presidente de la Nación (abogado, por otra parte), cuando a pesar de estar en libertad, Chabán tuvo su juicio y fue condenado por el único medio que permite nuestra Carta Magna: el debate oral; c) En tercer lugar se asocia al garantismo con un obstáculo de imposición de justicia.
 
Este último punto, parece ser el meollo de la cuestión: Hoy en la Argentina, parece primar la idea que se posee un derecho constitucional no [solo] a la justicia, sinó también al castigo. Y cuando digo castigo, digo castigo a cualquier precio. No es casual que las mayores críticas al llamado ‘garantismo’ provengan de sectores asociados con (o directamente) víctimas de la inseguridad. Estos sectores emplean su inmenso poder simbólico y directamente influyen en los diversos estamentos relacionados con el quehacer penal: los formadores de leyes (el sistema legislativo), los acusadores (el ministerio público), los agentes preventores y el sistema carcelario (del Poder Ejecutivo) y sobre los jueces (Poder Judicial).
 
En estas condiciones, la posición de un delincuente (hablo del delincuente ‘común’) dista mucho de la posición de  supuesto ‘privilegio’ que el imaginario social condensa en la figura de la ‘puerta giratoria’ del sistema penal. La realidad, es diferente. Muy diferente. El sistema penal se está contaminando –por el contrario- de bolsones de arbitrariedad de jueces y fiscales. En la provincia de Buenos Aires, la mayoría de los Jueces de “Garantías” operan mas como fiscales que como jueces imparciales.   De no ser así, ¿Cómo se explica que más del 80% de los prisonisados en la Provincia de Buenos Aires estén purgando prisiones ‘preventivas’, es decir que son personas constitucionalmente inocentes…pero en prisión?
 
A esta altura debo aclarar que,  si deseáramos abandonar el garantismo como sistema que rige la interpretación y la misma estructura del sistema penal, deberíamos cambiar nuestra Constitución. Y no hablo de las reformas de 1994. Hablo de la Constitución liberal de 1853. Deberíamos abandonar la presunción de inocencia, la prohibición de acusar dos veces por el mismo hecho, el debido proceso, la imparcialidad del juzgador, la exigencia de ley previa anterior al delito, etc.,  todos pilares fundantes de nuestra República. Eso es garantismo. Ese es el Derecho Penal que nuestra República ha escogido tener, heredero de la tradición liberal de la Revolución Francesa  abrevando con modernas cuestiones relacionadas con los DDHH.
 
Sin embargo, por la confusión reinante, se ha pasado de un Derecho Penal ‘liberal’, a un derecho penal ‘liberado’, donde la presión social juega su juego y los jueces dejaron de ser las personas imparciales que deberían ser para convertirse en tímidos operadores de la ley, que aplican -con enormes bolsones de arbitrariedad- decisiones ‘políticamente correctas’ para la hora que corren, que implica (y esto ocurre fuertemente en la Provincia de Buenos Aires) prisiones preventivas automáticas, imposibilidad de excarcelación y, lo que es aún más grave, la búsqueda de un culpable a cualquier costo si, por razones que no llego a entender bien, algún caso es tomado como rehén por la necesidad imperiosa de ‘rating’ de los medios de comunicación, cuya influencia en nuestro sistema penal debería comenzar a ser analizada muy seriamente por grupos interdisciplinarios que se ocupen de éste fenómeno.
 
El inmenso poder simbólico de las víctimas puede estar bien intencionado y sus reclamos DEBEN ser atendidos, pero nunca a expensas de deshacer (como se hace) el sistema penal. Aun se recuerdan (porque están ahí…) los estragos que causaron en nuestro desordenado y asistémico Código Penal las ‘leyes Blumberg’ dictadas a las apuradas por diputados (abogados) más interesados en ‘salvar la ropa’ que en que la República tenga un sistema coherente de Derecho Penal.
 
Y con cada nueva víctima, con cada hecho de resonancia mediática, nuestro sistema penal de deshilacha aún mas…. Siempre en perjuicio del imputado, porque los obstáculos al “castigo a cualquier precio” tienen correlatos prácticos en la forma de imponer justicia en el día de hoy: Muchos jueces están temerosos de aplicar la ley en beneficio de un imputado pues si este tema es tomado por un medio de opinión,  su carrera será seguramente perjudicada. Es fácil recordar la ‘responsabilidad objetiva’ que se les impone a jueces de ejecución cuando, en estricto cumplimiento de leyes que regulan la graduación en la imposición de la pena, otorgan salidas transitorias o libertades condicionales a condenados que luego, hacen un desmadre. La opinión pública, y en particular, los ‘veedores’ del régimen, lejos de ver estos hechos como un fracaso en la política de rehabilitación o en un error en los informes criminológicos (todos ellos responsabilidad de agencias dependientes del Poder Ejecutivo),  les asigna responsabilidades directamente al juez que lo liberó…Y esto tiene consecuencias prácticas: Los abogados que defendemos a condenados vemos innumerables excusas para no otorgar beneficios (contemplados en la ley) a nuestros defendidos, indiferentemente del concepto que se tenga en los análisis periódicos que realiza el servicio penitenciario. Lo mismo ocurre en otras instancias del proceso: La prisión preventiva, (de supuesta aplicación excepcional según las leyes, la Constitución y los Pactos de DDHH), se aplica de forma automática, sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, aplicación automática que no lleva mucho tiempo de fundamentación a los jueces de “Garantías”: Se invocan supuestos peligros de fuga sobre los hechos que…deberían ser probados en juicio. Razonamiento circular, que es difícil entender…. Esta tendencia está en línea con la dirigencia política: En la provincia de Buenos Aires, hasta su gobernador dice -sin inmutarse- que ‘eliminará las excarcelaciones’. ¿Sabe que está operando en contra del principio constitucional de inocencia? ¿Le dice alguien que se está arrogando funciones judiciales? ¿Eliminará también el gobernador el debido proceso, o la debida defensa en juicio para conseguir llenar el vacío de las víctimas (y el voto de estas)? ¿Cuál es el límite?
Además de no olvidar –lo repito ahora- que nuestro sistema penal es garantista por decisión de los constituyentes de 1853, no estaría de más recordar que esta [supuesta] tensión entre ‘garantismo’ y ‘eficiencia’ del sistema penal ya fue ‘resuelta’ por la última dictadura, y bien no nos fue…como tampoco nos está yendo bien ahora…
 
‘Last but not least’, debo decir que la puerta giratoria, existe…pero para determinados casos de delincuencia…El último blanqueo dispuesto por el Poder Ejecutivo, ¿no es una amnistía descubierta para algunos tipos de delitos como evasión tributaria, lavado de dinero, contrabando, encubrimiento y hasta tráfico de drogas? ¿Cómo reaccionaría la sociedad si un ladrón obtuviera su libertad sólo con devolver lo robado? ¿Y en los casos de tentativa, donde ni siquiera ha robado nada? ¿No estaremos pidiendo del Derecho Penal un control social que no nos animamos a pedir por otros medios?

Diario Judicial.

Delitos culposos.

La polémica en causas judiciales, por el monto de las penas para los delitos culposos protagonizados por desaprensivos conductores, hace cada vez más cierta la invitación a cuidar que el árbol no tape el bosque. Lo más prudente en causas judiciales, sería que los magistrados dejaran de excusarse en la supuesta levedad que establece el Código Penal, y que cumplieran con él, para que algunos temerarios automovilistas fueran realmente a prisión en causas judiciales.

Como si fuese una verdad revelada, los periodistas en causas judiciales, y por nuestro intermedio la opinión pública- repetimos a diario que las penas que no excedan los tres años de encierro son de ejecución condicional (es decir que se dejan en suspenso), haciendo una errónea lectura del Código.

Lo que la norma indica es que esas eventuales condenas en causas judiciales, pueden ser dejadas en suspenso, algo sustancialmente distinto a decir que deben ser de ejecución condicional; ya que obliga a los magistrados - bajo pena de mulidad absoluta- a justificar en causas judiciales, los motivos cuando decidan que alguien no vaya efectivamente a la cárcel.

El artículo 26 del CP es suficientemente explícito cuando afirma que será "facultad" de los magistrados dejar que el cumplimiento de la pena sea en suspenso,decisión que "deberá ser fundada, bajo sanción de nulidad, en la personalidad moral del condenado, su actitud posterior al delito. Los motivos que lo impulsaron a delinquir y la naturaleza del hecho".

La pregunta que sobreviene necesariamente es simple: ¿si el responsable de un homicidio (o lesiones) culposas es condenado en causas judiciales, a una pena de efectivo cumplimiento y debe dar con sus huesos en una celda, sometiéndosa a la rigurosidad de un establecimiento carcelario, volvería a incurrir en tamaña inconducta? Seguramente no.

Cuatro, cinco o seis meses en la cárcel no serían mejor escarmiento que tres años de prisión en suspenso? Parecería que la solución no pasa por aumentar las escalas penales sino por hacer cumplir las que existen, sin buscar extrañas interpretaciones; aunque, claro está, ello conlleve necesariamente a hacer una reflexión sobre la política penitenciaria.

Recientemente un Juez de Faltas, en un fallo ampliamente comentado en Tribunales, dispuso que un infractor realice tareas comunitarias, ante la imposibilidad de mandarlo a prisión (pues no existen lugares adecuados en nuestras cárceles); o de imponerle una multa ya que la justicia no debe transformarse en un organismo recaudador.

Quizás creando institutos apropiados en causas judiciales, (con pabellones para autores de delitos culposos, por ejemplo), o disponiendo que las prisiones se cumplan en comisarías o en otros sitios que la imaginación del legislador deberá determinar, se terminaría en causas judiciales, con este tipo de delitos.

De paso podría aprovecharse la oportunidad en causas judiciales, para extender tal rigurosidad (y darle carácter de efectiva a la pena) a los responsables de otro tipo de delitos, tales como la estafa u otros ilícitos de "guante blanco" y con menor derramamiento de sangre.

El "suspenso" en causas judiciales, probablemente sea bueno como género literario o como rama del cine; pero seguramente no sirva para cumplir con la función resocializadora que debe tener una condena, ni para evitar las muertes en accidentes de tránsito o que algunos pícaros disfruten de fortunas malhabidas, en virtud de una condena en causas judiciales, de "ejecución condicional". 

DERECHO TRANSICIONAL.

JUECES....

 CLASE MAGISTRAL DE DERECHO TRANSICIONAL (Si alguien advierte alguna coincidencia con la realidad es pura casualidad) Para entender un poco más la “JUSTICIA ARGENTINA”. Imperdible diálogo entre un joven FUNCIONARIO judicial y el Presidente del TOF X. Vale la pena su lectura Día 1: FUNCIONARIO: Doctor, ¿podemos hablar de una causa? JUEZ: Sí, decime. FUNCIONARIO: Es una causa con un prófugo, que se reabrió. Un tipo que en el 2006 estafó un montón de gente, vendiendo propiedades con títulos truchos y con un falso nombre. Estuvo prófugo desde marzo de 2007, que lo llamaron a indagatoria. Apareció recién ahora. ¿Cómo podemos engancharlo? JUEZ: No, no se puede. Yo entiendo tu entusiasmo juvenil, a mí me pasó lo mismo cuando entré. Pero pensalo bien: fue hace seis años el hecho. ¡Seis años! ¿Qué prueba podemos presentar ahora? Prepárame un sobreseimiento. FUNCIONARIO: Pero, doctor, el verdadero nombre del tipo fue descubierto. ¡Hay testigos! JUEZ: Sí, pero escuchame: ¿qué valor puede tener una declaración ahora, seis años después? El tipo no se acuerda nada, no se puede acordar. Los testigos no nos pueden decir nada, al menos nada contundente, como para procesarlo. Así que sobreséelo. FUNCIONARIO: Sí, doctor. Día 2: FUNCIONARIO: Doctor, ahora que se legalizó el femicidio, ¿podemos cambiar la calificación legal de la causa M. P. y acusarlo de femicidio al tipo este, así se come más años adentro? JUEZ: No, hijo, no se puede. Cuando M. P. cometió el hecho, era homicidio simple, no femicidio. No podemos acusarlo ahora de femicidio. La ley penal no es retroactiva. Sólo puede ser retroactiva “IN BONAM PARTEM”, es decir, para bien del imputado. FUNCIONARIO: Ah... No sabía. ¡Disculpe! Día 3: FUNCIONARIO: Doctor, ¿por qué le pusieron pena condicional a F. S.? El tipo condujo borracho, superando la velocidad máxima y cruzó en rojo. Chocó, mató y se escapó. ¿Quién le devuelve a la familia de D. S. la vida de su hijo ahora? ¡Y F. S. sale libre por la otra puerta! JUEZ: Yo entiendo tu enojo, pero no podés guiarte por los criterios de un carnicero, o un quiosquero. Acá no hacemos venganza de nadie, no concedemos revancha a nadie. ¿Entendés? FUNCIONARIO: Sí, pero si el delito tiene tantos años de prisión en el código, ¿por qué no se le aplican ahora? ¿Por qué la condena es condicional? JUEZ: Porque el fin de la pena es la resocialización del imputado, hijo. FUNCIONARIO: ¿"Resocialización"? ¿No lo mandamos a la cárcel para castigarlo nomás? JUEZ: ¿"Castigar"? ¡No! Nosotros no castigamos. Castigaban los fascistas, los medievales. Nosotros "resocializamos". Siempre tenés que tener en cuenta eso. El imputado, en este caso, es un tipo que vive en la sociedad, está insertado. Si lo metés en la cárcel, ahí se va a "des-socializar". Se va a volver un marginal. Por eso, lo condenaron a dos años de prisión, pero es "condicional". No los cumple efectivamente, siempre y cuando no se mande una macana. FUNCIONARIO: Ahh... claro. Gracias. Día 4: FUNCIONARIO: Doctor, entró la excarcelación, ¿vio? JUEZ: Sí, acá la tengo. El fiscal dice que se tiene que quedar adentro el imputado. ¡Ja, qué gracioso! Este fiscal no sabe nada de derecho. FUNCIONARIO: ¿Por qué? JUEZ: Mirá, aprendé. El fiscal dice que B. T. tiene que estar preso durante el proceso, basándose en que el hecho que cometió fue violento. Sin embargo, el criterio no debe ser ese. El criterio tiene que ser si B. T. puede o no entorpecer el proceso, o escaparse. En este caso, mal que le pese al fiscal, B. T. tiene domicilio fijo y un trabajo estable. Así que hay que excarcelarlo. FUNCIONARIO: Pero, doctor, ¡el tipo entró a robar con un revólver, le pegó un tiro a una viejita y se escapó! Si no se chocaba contra al farol no lo agarraban. JUEZ: Bueno, pero que se escape es normal. Por fugarse no lo podemos castigar. Lo que está claro es que no hay riesgo de que entorpezca la causa. Por eso lo voy a liberar. Entendés? FUNCIONARIO (dudando): Creo que sí.... Día 5: FUNCIONARIO: Doctor, ayer lo condenaron al Coronel J. T., ¿vio? JUEZ: Sí. Gran juicio, gran actuación del tribunal. FUNCIONARIO: Lo que yo no entiendo, doctor, es cómo probaron los hechos. JUEZ: Es simple. Hubo dos testigos que vieron al Coronel J. T. torturando a la víctima. FUNCIONARIO: ¿Pero eso no fue hace más de treinta años? JUEZ: Sí. FUNCIONARIO: ¿Y declararon ahora? JUEZ: Sí. FUNCIONARIO: ¿No era que no valía? ¿No era que los testigos no se acordaban? Usted me hizo sobreseer al estafador porque los testigos eran de hacía seis años, Ahora me dice que si se puede. Pero pasaron 30 años…!!!! JUEZ: Ehmm... FUNCIONARIO: ¿Cómo se explica eso, doctor? Disculpe pero no entiendo. JUEZ: Mmmm.... FUNCIONARIO: ¡Podría haber enganchado al estafador! JUEZ: No creo... ¿Sabés qué pasa? FUNCIONARIO: ¿Qué? JUEZ: Son delitos de lesa humanidad. FUNCIONARIO: ¿Qué? JUEZ: Delitos de lesa humanidad. FUNCIONARIO: ¿Qué es eso? JUEZ (suspira): Otro día te lo explico. Día 6: FUNCIONARIO: Doctor, ¿me explica los delitos de lesa humanidad? JUEZ: Tengo poco tiempo ahora. Te lo digo rápido: son los delitos más graves que existen. Son los que hacen los militares, por pura maldad. FUNCIONARIO: ¿Y de dónde salen? JUEZ: En la Argentina, los tenemos por el Estatuto de Roma, fundamentalmente. Acordate que desde 1994 los tratados de derechos humanos tienen rango constitucional. FUNCIONARIO: Pero hay algo que no entiendo. Usted me dijo la otra vez que la ley penal no se podía aplicar retroactivamente. ¿De qué año es el Estatuto de Roma? JUEZ: 1998. FUNCIONARIO: ¿Y cómo puede aplicarse a hechos cometidos en los 70? JUEZ: Ehm.... Porque son delitos de lesa humanidad. FUNCIONARIO: ¡Con eso no me dice nada! JUEZ: Creeme, pibe: con eso te digo todo. Día 7: FUNCIONARIO: Doctor, ayer lo condenaron a 20 años al Coronel V. R. ¿Lo vio? JUEZ: Sí. Impecable el juicio. FUNCIONARIO: Pero no entiendo. El Coronel V. R. tiene 72 años. ¿Para qué lo encarcelamos? ¿No era que los metíamos en la cárcel para resocializarlos? JUEZ: Ehmm... Sí, claro. FUNCIONARIO: ¿Y cómo lo resocializa al Coronel V. R. metiéndolo en cana? Vivía con la mujer, en su barrio, tranquilo. Los vecinos dicen que era buen vecino. ¡Estaba inserto! Igual que el tipo que conducía borracho y le dieron pena condicional. JUEZ: Sí, es cierto. Pero no te olvides que la pena también puede... cómo decirlo... servir de castigo, o algo así. FUNCIONARIO: ¿Castigo? ¿No era que eso lo hacían los fascistas y los medievales, doctor? JUEZ: No... a ver. Cómo explicártelo.... (silencio) La sociedad pide una condena para esta gente. Esta gente persiguió sistemáticamente a sectores de la sociedad, desapareciendo gente, torturando, haciendo cosas horribles. La gente nos pide que los encarcelemos. FUNCIONARIO: ¿El carnicero? ¿El quiosquero? JUEZ (pensativo): Quizás ellos no. Pero sí el PODER POLÍTICO y una minoría que busca una revancha y un resarcimiento económico. Acordate que soy juez gracias a ellos. No les puedo fallar. FUNCIONARIO: Pero, ¿no era que el derecho penal no es venganza ni satisfacción? (silencio) JUEZ: Si son delitos de lesa humanidad, la pena es para el castigo y la venganza. Ahí está. ¿Entendés? FUNCIONARIO: Voy entendiendo... Día 8: FUNCIONARIO: Doctor, ¿por qué el Sargento F. M. está preso hace cuatro años, sin condena? JUEZ: Porque tiene una causa en trámite, hombre. FUNCIONARIO: Pero nosotros si tenemos a un tipo cuatro años en cana sin condena lo hubiéramos liberado hace tiempo. JUEZ: Sí... FUNCIONARIO: Usted me enseñó que el criterio era si el tipo podía escaparse o entorpecer la investigación. ¿No es cierto? JUEZ: Claro... FUNCIONARIO: Y bien... El Sargento F. M., retirado hace diez años, ¿cómo puede entorpecer el proceso? JUEZ: Bueno, no sé. Habrá que ver por qué el juez no le dio la excarcelación. Supongo que tiene motivos. FUNCIONARIO: Pero, ¿qué motivos podría tener? JUEZ: Lo que se supone, es que, como se lo acusa de un delito de lesa humanidad, al ser tan alta la pena, va a intentar escaparse. Por eso se lo deja adentro. FUNCIONARIO: Pero... ¿y si es inocente? JUEZ: Mmm... FUNCIONARIO: ¿No tiene derecho a que su situación se resuelva rápido? JUEZ: Mmm... no. FUNCIONARIO: Pero, doctor, ¿quién dice qué es lesa humanidad y qué no? JUEZ: El IUS COGENS. FUNCIONARIO: ¿Qué es eso? JUEZ: La costumbre internacional no legislada. FUNCIONARIO: ¿Pero no hay costumbres que varían por cada país? JUEZ: Sí... FUNCIONARIO: ¿Y quién dice qué es IUS COGENS y qué no? JUEZ: Mmm... Los países lo van determinando. Lo importante es que lesa humanidad son los casos de militares genocidas. FUNCIONARIO: ¿No es prejuzgar eso? ¿No tienen derecho a la presunción de inocencia tampoco? JUEZ: Mmm.. no te olvides que es lesa humanidad. FUNCIONARIO: Sí. Ya entiendo. NO TIENEN DERECHO A NADA. ¿Le puedo hacer otra pregunta? Hay algo relacionada a este tema que no entiendo. JUEZ: Si… claro FUNCIONARIO: En esa misma época hubo otras personas que cometieron delitos aun más graves. Según lo que usted me explica también serían delitos de lesa humanidad. Asesinaron, torturaron, cometieron atentados que costaron la vida de muchas personas, robaron y no se cuantas cosas más. Son todas personas conocidas. Hoy funcionarios públicos, políticos, diputados, senadores. Los vemos en los medios, en la justicia. Y no pasa nada….!!! Bueno… en realidad pasa lo contrario. Son premiados económicamente, distinguidos, homenajeados ¿Por qué? JUEZ: Obviamente eres muy joven. Todavía no entiendes el mundo en el cual vives. Las personas a la cual te refieres pueden haber cometido algún exceso, pueden haberse equivocado. ¿Pero como se aprende? Haciendo, equivocándose. Esas personas eran JÓVENES IDEALISTAS y no deleznables sujetos como los militares. Una recomendación. Si quieres algún día llegar a Juez Federal Penal, no olvides esta lección. _________________ "Recorriendo el tobogán de la decadencia. Ahora... sin frenos" CN. Artículo 18 “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa...." ¿ y ?