jueves, 31 de octubre de 2013

Testimonio de oficial del Ejército de Chile: Infiltración israelí en la Patagonia chilena

Israelíes en la Patagonia chilena.. también.




Por REVOLUCION 3.0 CHILE
Fuente: Factor Absoluto

Desde joven siempre fue mi deseo conocer la Patagonia austral, tierra que siempre considere misteriosa y a la vez mágica. El destino se encargo que este anhelo de juventud se cumpliera y fue así que al terminar mi Curso Básico del Oficial Subalterno tuve la oportunidad de elegir mi destinación en una unidad con asiento en esas tierras.

En Enero de 2001, emprendí el viaje a mi nueva destinación, al Regimiento de Caballería Blindada N° 5 “Lanceros” de Puerto Natales. Durante el viaje pude apreciar la geografía de estas lejanas tierras y la imponente belleza de sus paisajes.

Siempre ha sido mi costumbre recorrer con cámara en mano las ciudades en las cuales me ha tocado vivir o he tenido la oportunidad de conocer. Y puerto Natales no fue la excepción. Una vez instalado, tome mi cámara y salí a caminar. Durante mi recorrido por la ciudad me encontré con un curioso letrero blanco escrito en hebreo, que estaba instalado en un poste eléctrico casi al frente de la Comisaría de la ciudad. Esto me hizo recordar inmediatamente las frecuentes visitas de militares israelíes a nuestra Patagonia. En el acto tome una fotografía de este “interesante” aviso. Me acerque al letrero y lo único que se podía leer en español era: “Magallanes 646”. InmeJud 6diatamente conseguí un mapa de la ciudad y ubique la calle que se encuentra detrás del hospital. Me fui caminando y encontré la dirección.

Resulto ser un hostal llamado “Mónica” que tenía en su ventana un letrero en hebreo. Me llamo la atención que al lado de este “Hostal” habían 02 camionetas Ford blancas con sus vidrios polarizados. Me dirigí al acceso del hostal y vi una patente de “Expendio de Bebidas Alcohólicas” y la leyenda “Fuente de Soda”. Como la puerta estaba cerrada golpee y me abrió la puerta una mujer. Le pregunte si podía pasar a tomar una bebida y ella me dijo que no, porque “era un local exclusivo para israelíes”. Le replique que si en el exterior dice « Fuente de Soda » cualquier persona podría pasar. Me insistió que no se podía ya que “nos pagan por mantener la exclusividad, además mi hijo viaja todos los años a Israel y le pagan todo”.



Ante la respuesta de la mujer no tuve más opción que seguir con mi recorrido por la ciudad.

Los viajes pagados son una excelente forma de “convencer” a nuestros compatriotas. Esto no sólo pasa en la Patagonia, también pasa en el Congreso, en donde todos los años son invitados diputados y senadores a Israel, con todos los gastos pagados para que conozcan el “vergel del medio oriente”. Realmente es eficiente el lobby israelí en el congreso y su proceso de “lavado de cerebro” respecto a lo que realmente ocurre en Palestina. La actividad de este lobby coincide con la extraña celebración del Januka en la Moneda el pasado mes de Diciembre.



Meses después tuve la oportunidad de conversar con un suboficial de Carabineros que estaba destinado en el Retén de la villa Cerro Castillo. Durante la conversación le pregunte por las frecuentes visitas de “turistas” israelíes a la zona. El suboficial inmediatamente me dijo: “no me diga nada mi Teniente, estos tipos son de lo peor”, sorprendido le pregunte que le había pasado para tener esa opinión y me contó que en una oportunidad pasaron frente al reten 10 israelíes y uno de ellos se acerco a la guardia a pedir una “pita” para amarrar sus carpas, ya que habían perdido las suyas. El suboficial les dijo que no tenían y el israelí se retiro. Al minuto se acerca otro carabinero y le dice al suboficial que salga en forma urgente. Al salir, ve al mismo “turista” arriando nuestra bandera para sacarle la driza y llevársela. La reacción de Carabineros fue inmediata, procediendo a golpear a los israelíes, lo cuales no se defendieron y solo pidieron que no los denunciaran a la embajada. Esto demuestra claramente la prepotencia y el nulo respeto que estos “turistas” tienen por nuestro país. Por eso les da lo mismo quemar 14 mil hectáreas de un parque nacional.

Estas situaciones me hicieron recordar las pretensiones territoriales que históricamente ha tenido el sionismo en nuestra Patagonia y me demostraron que el “Plan Andina” más que una creación de nacionalistas trasnochados es una inquietante realidad.

Estas situaciones lógicamente las comente con mis camaradas de armas y mis superiores. Mis camaradas de la Escuela Militar ya estaban al tanto de las pretensiones israelíes, por mis continuos “discursos” nocturnos en las cuadras de la escuela sobre este tema. Los otros oficiales lo tomaban a broma y me decían que estaba viendo “enanitos verdes”.

A través de un amigo, recibí un folleto titulado “Se acabo Chile”, publicado por el escritor Miguel Serrano, en donde se daban datos específicos sobre esta intromisión sionista en el sur de Chile. Como recibí varios ejemplares los repartí entre los oficiales de la unidad. Las bromas continuaron, pero una semana después ya algunos empezaron a preocuparse sobre este tema y no hicieron más bromas. Como era de esperar, el S-2 del regimiento comenzó a poner ojo en mis actividades privadas y profesionales. Tiempo después, mientras estábamos realizando un asado de camaradería en el Casino de Oficiales, pasaron frente a nosotros dos camionetas Ford blancas (las mismas del hostal) con sus focos encendidos, llevando el chofer de la primera camioneta la bandera israelí flameando en un mástil. Todos los oficiales vieron esta escena y una vez que pasaron las camionetas, todas las miradas se centraron en mi, ante las cuales conteste: “ven, esto no es broma”.

Muy cerca de Puerto Natales hay un pueblito argentino llamado “Río Turbio”, al cual muchos de nosotros íbamos a esquiar. En una oportunidad partí demasiado temprano y encontré el centro de esquí “Valdelen” cerrado. A pocos metros estaba el cuartel de la Gendarmería Argentina y de guardia estaba un suboficial, el cual, al verme solo y esperando, me hizo una seña para que me acercara. Lo hice y me invito a tomar un mate para pasar el frío. Mientras tomaba mi mate llego un oficial, el cual me saludo y me pregunto en que andaba. Le explique que venia a esquiar y como había llegado muy temprano no tenia donde siquiera tomar un café. El Teniente se sienta a conversar con nosotros y realmente no pude evitar hacer una pregunta y le dije: “¿Que pasa con los israelíes en la Patagonia?”. El Teniente y el Suboficial se miraron y sonrieron. El oficial me hablo sobre la gran influencia sionista en la Provincia de Santa Cruz, de las ventas del 20% de los territorios de esa provincia a inversionistas israelíes (en esa época era Kirchner el Gobernador), de las constantes visitas de “turistas” israelíes a la provincia y del irrefutable cumplimiento del “Plan Andina”. Además me comento que es de conocimiento general en las fuerzas armadas argentinas el plan sionista de usurpación territorial, lo que contrasta con el desconocimiento que tiene el personal de nuestras Fuerzas Armadas al respecto.

Esta afirmación coincide con la declaración del ex Comandante en Jefe del Ejército Argentino, General Roberto Bendini, quien declaro: “Pequeños grupos israelíes pretenden quedarse con la Patagonia”, quien por presiones del lobby judío argentino tuvo que dejar su cargo.

En Chile es conocida la compra de grandes extensiones de terreno por el “filántropo” ecológico Douglas Tompkins. Es de conocimiento público que la ecología no es la verdadera motivación de sus compras. El no es el único, hay otros extranjeros y nacionales vinculados al sionismo que también están adquiriendo tierras en Chile y Argentina.

Meses después me fui de vacaciones a Santiago a ver a mi familia y al término estas decidí volver a Puerto Natales en barco. Por esta razón, viajé a Puerto Montt para embarcarme en el buque “Puerto Edén” de la empresa naviera “Navimag”. El viaje tendría una duración de 03 días. Al subir al barco me encontré con la sorpresa que había 10 pasajeros israelíes abordo que también tenían como destino Puerto Natales. Me tocó compartir mi habitación con un holandés y un español, los cuales fueron mis compañeros durante todo el viaje. A la hora de la cena bajamos al comedor y nos encontramos con los “turistas” israelíes ya comiendo. Estos durante la cena trataron de mantener la distancia, pero la aparición de un Pisco Sauer que traía el holandés rompió el hielo con los israelíes. Anthal, el holandés errante como lo apodé, se acercó a ellos y les ofreció pisco. Aceptaron y durante una hora compartimos con ellos. Al parecer el pisco les soltó un poco la lengua ya que nos comentaron que eran soldados y que estaban de viaje por Sudamérica, siendo su mayor interés y atracción la Patagonia chilena y argentina. Como es natural, yo nunca comenté mi pertenencia al Ejército y tampoco les hice preguntas muy incisivas sobre sus actividades. Al parecer les caímos bien a estos “turistas”, ya que nos invitaron a compartir con ellos en su hostal exclusivo que tenían en Puerto Natales. En el acto me acordé del hostal “Mónica” al cual no se me permitió ingresar meses antes. Afortunadamente coincidió que nos estaban invitando al mismo hostal.

Al día siguiente, me dirigí al puente de mando del buque y me encontré con la sorpresa que al Teniente Primero que estaba ahí, lo había conocido en una comida realizada en la Escuela Naval, en la cual comentamos el Plan Andina con algunos oficiales de la Armada y el Ejército. Le hablé de esa actividad y del tema tratado en ella, acordándose claramente de la comida y del tema conversado. Durante nuestra conversación en el puente, me habló de lo desagradables que son los “turistas” israelíes como pasajeros, del robo de jabones, almohadas, sábanas, etc. Y de que claramente no son simples turistas que están pasando un “año sabático” antes de entrar a la universidad. Opinión y preocupación que compartí absolutamente con él, de acuerdo a mi experiencia y conocimientos sobre el tema.

Al llegar a Puerto Natales, Anthal me dijo que el se iría con los israelíes y que el hostal quedaba en la calle Magallanes N° 646. Le dije que muy bien y me indicó que la comida estaba programada para las 22:00 hrs.

Esta era mi oportunidad de conocer el famoso hostal y de ver el tipo de apoyo logístico con el que contaban tan “ilustres” visitantes. Llegué a la hora programada y me dispuse a tocar la puerta. Abrió Anthal la puerta y al verme exclama: “¡Y tú!”, esto se debió a que llegue al hostal con mi uniforme de combate y no podía creer que era militar. Ingresé y Anthal me dijo que estaban en la cocina, me dirigí a ella y antes de ingresar me pare en el umbral de la puerta y les dije: “¡Buenas noches!”. La cara de asombro de los israelíes fue increíble, ninguno de ellos me saludó y se miraron entre ellos sin decir ninguna palabra. Me quedó muy claro que no esperaban una sorpresa así, es más me dio la impresión que se sintieron burlados. A continuación les dije que agradecía la invitación pero que por motivos del servicio no me podía quedar. También les comuniqué que estaba claro que sus visitas a la Patagonia eran de carácter militar y no turístico. Ninguno de los presentes me respondió y me retiré del hostal.

Con esta actitud me quedó muy clara la verdadera misión de estos “turistas”. En la prensa e Internet hay gran cantidad de información que corrobora todas las sospechas que existen sobre las visitas de los israelíes a nuestra Patagonia.

Mi interés por las exploraciones de los israelíes me comenzaron a traer algunos problemas en el Regimiento, tal cual como los tuve años antes en la Escuela Militar. Esto me significó esporádicos seguimientos y “marcaciones” por parte de la Inteligencia Militar.

Meses mas tarde, tuve la oportunidad de conocer por obligación la avanzada del CMT (Cuerpo Militar del Trabajo) que estaba trabajando en la construcción de un camino en la zona de Puerto Natales. Al mando de la avanzada estaba un Teniente, con el cual tuve oportunidad de compartir, debido a que éramos los únicos oficiales de la avanzada. Inevitablemente en la conversación toque el tema de los “turistas” israelíes y me preguntó si tenia mayor información al respecto, ya que no manejaba mucho el tema. Le entregué un CD con documentos, el cual se quedó revisando durante la noche. Al día siguiente, después de la iniciación de servicio, fuimos a su oficina a conversar. Me dijo que había quedado muy impresionado y a la vez muy preocupado por la información recibida y se acordó que en una oportunidad, mientras se construía un camino en otra zona de la Patagonia, su avanzada recibió la visita de unos funcionarios del gobierno y de una pequeña delegación de militares israelíes. Me dijo: “¡Ahora entiendo por qué llegaron israelíes a la avanzada!”. Me comentó que siempre le pareció extraña esa visita, pero ahora le quedaba muy claro por qué llegaron a “supervisar” la obra.

Meses antes de mi “retiro” del Ejército, me dieron la misión de acompañar a un oficial del CIM (Comando de Institutos Militares), que venia a Puerto Natales a tomar las pruebas para la postulación a un curso de especialidad secundaria. Debido a que este oficial era especialista en inteligencia, le consulté directamente si tenía información sobre las actividades de los israelíes en el sur. Este oficial me responde: “¿Ud. quiere llegar a Coronel?”, yo le respondí que si y este me dice: “Entonces no se meta en cosas que no le corresponde”. A buen entendedor pocas palabras y no pregunté más.

Luego, después de una serie de incómodas y lamentables situaciones, fui llamado a retiro de la institución, en medio de persecuciones, calumnias, irregularidades, detenciones, etc., que terminaron con mi salida obligatoria y bajo amenaza de la Provincia de Magallanes. A tal punto llegó esta situación, que fui escoltado por personal militar hasta la sala de embarque del aeropuerto, siendo claramente advertido que si volvía a la provincia sería detenido por personal militar. Posteriormente supe que tomaron esta medida ya que sabían que yo pretendía hacer una campaña de denuncia en la ciudad sobre este tema.

Considero que todo patriota chileno y argentino tiene el deber moral de informarse y oponerse a las pretensiones territoriales de cualquier potencia extranjera sobre nuestro territorio. Aquellos que tienen y tuvieron el honor de vestir el uniforme de la patria y que juraron ante nuestra sagrada bandera tienen una obligación aún mayor.

Este juramento no se extingue por estar en condición de retiro, el juramento es para toda la vida y sólo se extinguirá con la muerte de quien ha jurado. En este moderno mundo materialista en donde la posición social y los bienes son mas importantes que el honor, muchos hombres de armas y patriotas han perdido el norte y miran hacia a un lado cuando el deber les exige cumplir con su deber o con su juramento. Un soldado sin honor, es un simple mercenario del poder del dinero. Un soldado con honor, es capaz de sacrificar su vida por la patria y desechar las conveniencias personales, económicas y sociales por cumplir con su deber. Quien siente miedo ante el enemigo y prefiere la comodidad social y económica antes que el honor, no puede ser patriota y menos aún un soldado.

He escrito este breve relato con la intención de dar a conocer mi experiencia sobre este tema, con la convicción que esta intromisión extranjera debe ser investigada, denunciada, controlada y detenida por los estamentos competentes. Si miembros de la clase política ya han dado la voz de alerta, es tiempo que nosotros hagamos nuestra parte para que este plan salga a la luz y se tomen las medidas correspondientes.

Crisis Global ¿Ves lo que yo veo?

 - Veo 7 billones de personas viviendo en el planeta tierra. Veo 30.000 niños que mueren de hambre cada día. Veo la auto-explotación de supermodelos semi desnudas y como venden sus almas. Veo quinientas mil toneladas de comida tiradas a la basura todos los días. Veo décadas de películas y programas inhumanos y desensibilizantes. Veo asesinato a sangre ría por dinero, propiedad y poder.

Veo 100.000 años de uranio empobrecido tóxico. Veo la tierra exprimida seca de su alma, el petróleo. Veo a 4 billones de humanos viviendo en la tierra de la ilusión. Veo delitos societarios impunes, meramente por ganancias monetarias individuales. Veo al complejo militar industrial crear genocidio mundial. Veo dos millones de toneladas de contaminación industrial cada año.

¿Ves lo que yo veo?



Veo enfermedades provocadas por el hombre, propagadas a través de los fármacos. Veo falta de armonía, confusión, muerte y engaño. Veo 2 mil millones de celulares en perfecto funcionamiento tirados a la basura cada año. Veo los carteles de la banca privada mundial imprimiendo dividas para controlar a las masas. Veo el %50 de los impuestos americanos gastados en uso militar. Veo corporaciones privadas que poseen y gestionan el 51% de todo sobre la tierra. Veo al gobierno sacándole brillo a los zapatos de  esas corporaciones privadas.

Veo la masiva explotación y desechos de recursos naturales de esas corporaciones. Veo la obsolescencia planificada y percibida por las corporaciones.Veo la contaminación por flúor de un agua potable en rápida disminución. Veo la publicidad corporativa mentirle al mundo cada día.

Veo los océanos y mares violentados de la vida meramente para más innecesario consumo y beneficios. Veo que el 80% de los bosques originales de la Tierra ya no están. Veo a gente viviendo en un sistema solo basado en el consumo material, y no en la crianza ni en el conocimiento y la libertad. Veo 100.000 sintéticos químicos tóxicos mezclados con compuestos orgánicos para crear alimentos envenenados y productos de mercancía. Veo a niños pequeños con sus dedos y manos cortadas por negarse a minar diamantes a la fuerza.

Veo un 1% de la población jodiendo al otro 99% solo por ganancias personales temporales. Veo un sistema mundial económico social que no da otra opción sino la de abandonarlo.

“Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuencias de ignorar la realidad”  Ayn Rand

Redacción BWN Argentina
BWN Argentina

Cuando le convino, Elisa Carrió demostró su amplio conocimiento sobre la economía rural y el campo argentino omitiendo mencionar a Monsanto.

 Y parafraseando el eterno discurso de Grobocopatel (mayor productor de soja transgénica de la Argentina), Carrió dijo que el Gobierno Nacional abandone su estrategia de extorsión y comprenda que el único camino de salida de la crisis que tiene la Argentina es el campo y la agroindustria"  (7 de Marzo del 2009). En la misma frecuencia, el mayor socio de Monsanto, Grobocopatel, se quejó descaradamente proclamando que el gobierno lo deja "seco" "por pagar 80% de impuestos", mientras Monsanto produce cáncer y leucemia al por mayor.

Lilita visitó La Rural y afirmó "siempre voy a defender al campo que hoy esta siendo acorralado por impuestos nacionales y provinciales para quedarse con su tierra".

Al parecer las palabras "Monsanto", "transgénicos" o "pesticidas" no existen en el vocabulario de Elisa Carrió.

Pero además, y en pleno conflicto entre el gobierno y el campo, Elisa Carrió atacó al único productor agropecuario que repetidamente había expuesto las intenciones criminales de la multinacional Monsanto, y que denunció públicamente la nefasta Ley corporativa para patentar semillas por TN.

"Si hay que hablar de lo que se dan vuelta, empecemos por (Eduardo) Buzzi (Presidente de la FAA), que negoció con (Agustín) Rossi y (Jorge) Obeid", dijo Carrió. Un comentario malintencionado para ensuciar la imagen de Buzzi ya que cualquier productor agropecuario debe dialogar con el gobierno. Si bien no queda clara la actual posición del productor sobre Monsanto, su oposición al gobierno nacional es innegable. Y como en ese momento Buzzi se oponía firmemente a Monsanto, Carrió mintió favoreciendo a la corporación.

Se puede mentir por omisión, por comisión, o por acción. Se puede mentir utilizando viles difamaciones o sutiles verdades a medias, se puede mentir con calumnias indiscriminadas o proposiciones lógicas aparentemente válidas pero falaces.

Carrió es una persona que motivada por el odio y el resentimiento. Dos emociones profundamente negativas que incluso la aproximan a la gran promesa del vicepresidente Amado Boudou de "seguir con las 16 vacunas" (genocidas), dado que ella fue una de las mayores impulsoras de la peor vacuna en el Calendario Oficial (vacuna falsa contra el VPH de Merck o Glaxo - Gardasil, Cervarix).

Como fue publicado por ON24 - "Elisa Carrió no seduce al campo" - "No deja de enviar señales para el sector agropecuario y agroindustrial pero los resultados muestran que el campo no la acompaña". Como respuesta a esta circunstancia "Carrió pidió coherencia al campo y criticó a Buzzi".

Carrió atacó absolutamente a todos los referentes políticos argentinos sin discriminar entre honestos y corruptos, nuevos o viejos, y no pudo probar ni siquiera el 1% de sus denuncias. Sin embargo la conducta marketinera de "denunciar" la ayudó a ser diputada nuevamente.

Y si usted se siente identificado por el odio y rencor de Carrió, es muy triste. El odio y el resentimiento no construyen, lo único que construye es la educación, y el accionar transparente. Los discursos populistas no ayudan a nadie.

Ahora vemos a Carrió nuevamente trabajando para dividir a los argentinos.

Creó "UNEN", que no es una fuerza compacta, con el único objetivo de seguir enquistada en el Congreso implantando nociones falsas en la sociedad. Sus candidatos atacaron al gobierno nacional, al PRO y a cualquiera que fuera "necesario", incluso sosteniendo la mentira de que el PRO y el kirchnerismo son lo mismo ¿si son lo mismo por qué el kirchnerismo odia a Macri y dedicó casi todas las tapas de "El Argentino" para atacarlo?. En este marco cabe señalar que Carrió ocupa cargos en el gobierno desde la Dictadura Militar, pero sin embargo proclama cambios y renovación. ¿De que cambio puede hablar Carrió en su país de fantasía donde el aumento de las tasas de cáncer por vacunas y transgénicos no existe?

* Información: La vacuna "contra el VPH" produce muerte súbita, parálisis y convulsiones de por vida. No es una vacuna real ni necesaria, famosa por su ineficiencia a nivel mundial. Esta "vacuna" con virus transgénicos reditúa millones de dólares en ganancias a los laboratorios. Lista de efectos secundarios.

Diego Ignacio Mur
Twitter: @DiegoMur
BWN Argentina

domingo, 27 de octubre de 2013

Reflexión de Marosa Montañés sobre el relativismo ético y la democracia como vía hacia el bien común

Autor: Marosa Montañés | Fuente: ConoZe.com
La clave de la democracia: la ley natural

La clave de la democracia: la ley natural
La clave de la democracia: la ley natural
De otro modo es la tiranía de los poderosos
Si queremos que la democracia —el gobierno del pueblo, al servicio del pueblo y por el pueblo—, funcione debemos repensar el hoy y analizar por qué no se ajusta a la verdad de su esencia y de su objetivo; la clave nos la da Benedicto XVI con esta reciente afirmación: la ley natural o «la norma escrita por el Creador en el corazón del hombre», es la que le permite distinguir el bien del mal y la que debe convertirse en antídoto ante el «relativismo ético», ante las ideologías que lo promueven. Para Benedicto XVI, es la ley natural el único fundamento de la democracia y el medio para que el humor de las mayorías o de los más fuerte se conviertan en el norte del bien y del mal.

Lo que ocurre es que no es fácil entender su naturaleza, ni aceptar su fuente, ni corroborar su identidad y eficacia: hoy sólo se acepta el poder, el equilibrio de fuerzas, o incluso la ley del talión; y esto no es humano, ni es justo, ni busca el Bien Común. La culpa de que la democracia no esté a la altura de sus expectativas la tiene esa mentalidad reductiva y reductora que construye lo que está bien y lo que está mal a su arbitrio y conveniencia; si todo es relativo la tolerancia y el respeto entre los hombres dependerá del sol que más caliente o de la luna que más influya, o lo que es lo mismo, la opinión de la mayoría que ostenta el poder pero no la razón ni el sentido común.

Más o menos como ocurre en España desde hace poco más de 3 años: existe un mal llamado consenso de una mayoría que ganó unas elecciones como consecuencia de un golpe de Estado e impone su juicio relativista para someter a toda una nación a una política totalitaria y nihilista; pero los españoles nos hemos plantado y desde numerosos sectores de la sociedad civil nos oponemos a los caprichos mesiánicos del Presidente del Gobierno. Las mayorías pueden equivocarse —ejemplos hay en la historia reciente y menos reciente—, y sólo han conseguido sus objetivos cuando han sido razonables, trascendentes y transparentes.

Y constituyen materia de la ley natural todas las políticas relacionadas con la dignidad de la persona humana, con la institución matrimonial, con los derechos de la familia y de la educación, con la justicia social, con la economía solidaria y no capitalista «casi salvaje», con el concepto del trabajo, con una vivienda digna, con el agua necesaria para todos y un largo etcétera: lo que es un bien para la persona y no un mal.

La ley natural comprende «que el Estado es subsidiario», no actor ni protagonista: existe para que el pueblo obtenga lo necesario, para que respete sus raíces y tradiciones, para que busque el Bién Común y no sólo de unos pocos que cuentan con una potente ayuda mediática para servir de altavoz a sus pretensiones. Y para nada más.

La realidad, mal que nos pese, es que el Gobierno conservará, al menos en teoría, la mayoría en Diputados y casi en Senadores.

Exámenes, Cocaína y Pantalones Bajos



Exámenes, Cocaína y Pantalones Bajos

“La primera fuerza que dirige el mundo es la mentira.” Jean-François Revel 

Escribo esta nota a primera hora de un domingo que, con seguridad, imprimirá un nuevo giro al devenir de la historia nacional. Pese a que, obviamente, no conozco los resultados de estas elecciones, debo confesar que no creo que aporten mayores cambios sobre las encuestas conocidas, ya que no removerán el cartelito con inamovible fecha de vencimiento del imperio K. Por si no bastaran los votos, la medida cautelar de la Corte Suprema, que impidió al santiagueño Zamora ir por su re-reelección, marcó otro límite a la eternidad de Cristina, al menos por caminos pacíficos.

La realidad, mal que nos pese, es que el Gobierno conservará, al menos en teoría, la mayoría en Diputados y casi en Senadores. Sin embargo, resulta curioso que, conociendo al peronismo, nadie piense en cuántos de esos actuales “leales” se mudarán con armas y bagajes al campamento enemigo, tan pronto se confirme la victoria aplastante de Kolynos Massa.

Con relación a la Presidente, llama la atención a propios y extraños la real acefalía que hoy se da en la Argentina. Nadie sabe, a ciencia cierta, quién está al frente del Poder Ejecutivo puesto que el mandatario virtual, nuestro excéntrico Guita-rrita, carece de verdadero poder para gobernar –ni la ciudadanía lo toleraría- y quienes, al menos en teoría, toman las decisiones en nombre de la viuda de Kirchner –BebónKirchner y el Chino Zannini- no han sido elegidos para hacerlo. En este aspecto, resultó altamente sintomática la afirmación del Estanciero Randazzo, en el sentido de que se había cortado solo al adoptar su decisión de echar a las concesionarias, es decir, sin consultar al Vicepresidente en ejercicio; fue una muestra acerca de lo que sucederá si doña Cristina no pudiera o no quisiera reasumir el poder.
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El miércoles, se realizaron a la Presidente, según se dice, distintas pruebas de control en la Fundación Favaloro. El informe médico posterior estuvo, a criterio de los mejores especialistas del país, plagado de contradicciones, sobre todo para explicar las razones de su presunta arritmia. Todo ello me lleva a ratificar cuanto he dicho acerca de la verdadera afección, el ya remanido mal de Pick, o sea, una enfermedad mental de graves consecuencias para quienes la padecen. Tal vez, esa misma convicción haya llevado a Kunkel, una de las primeras espadas de doña Cristina, a afirmar que ella no es imprescindible, y que el “modelo” puede continuar en otras manos.

Por lo demás, el mismo día, se conoció esa curiosa re-estatización del Ferrocarril Sarmiento, fuente de los mayores disgustos para las campañas de Filmus e Insaurralde –de las de Cabandié se ocupó él mismo; para ahorrar tiempo, me dicen, ya pintó en su paragolpes la leyenda “No me multes; soy hijo de desaparecidos”- por boca del Neo-estanciero Randazzo, que anunció que, a partir de ahora, los maquinistas serán sometidos a pruebas idénticas a las que se realizan a los pilotos de avión. Sobre el tema de los trenes del Conurbano –el paso dado, aunque por razones equivocadas, fue positivo-  me explayaré la semana próxima.

Mi amigo Enrique Gobbee compartió conmigo una reflexión: “Si se deben realizar tests psicológicos a quienes conducen un tren que, a lo sumo, transporta algunos cientos de personas, ¿no deberían hacerse a quien está al frente de un país de cuarenta millones y, al menos, a sus ministros?”. La respuesta, obviamente, queda a cargo del ex H° Congreso Nacional.

Al Presidente de la Comisión Nacional de Valores,Tontorrón Vanoli, se le soltó la escasa cadena y, muy suelto de cuerpo, comparó la publicación de la cotización del dólar blue en los medios con la difusión de los precios de la cocaína; rápidamente, para no perder su primer puesto en el ranking de  ridículos, la afirmación fue aplaudida nada menos que por Anímal Fernández, el mayor responsable del tráfico del estupefaciente en nuestro país, tanto por la manifiesta inacción del Gobierno al respecto –retiro de los gendarmes de las fronteras y nula radarización de las mismas- cuanto por las sospechas acerca de su presunta asociación con los narcotraficantes. También con celeridad, nuestro tan capaz Ministro de Defensa, el Chivo Rossi, contribuyó a la escalada de imbecilidad general, asignando a la vigilancia aérea cuatro aviones viejos, incapaces de cualquier reacción.

El jueves The New York Times reveló algunas de las cláusulas secretas del acuerdo YPF-Chevron. Tal como se suponía, su lectura, y lo leonino de su contenido, hablan muy a la claras de la desesperación del gobierno actual por las consecuencias de la vocación de don Néstor (q.e.p.d.) de robarse la petrolera confiscada. Cláusulas como el derecho de la norteamericana a recibir regalías perpetuas sobre el petróleo producido, aún cuando hubiera abandonado el país unilateralmente –cosa que, por lo demás, también le está permitido-, impiden entender qué votaron los diputados neuquinos cuando aprobaron el texto, cuyas estipulaciones desconocían.

Esta misma semana, un muy querido amigo, embajador retirado, aludiendo a mis notas que anunciaban, desde hace tiempo, un final violento para este ciclo imperial, pretendió que ello no había sucedido. Cuando confronté su opinión con los hechos de Jujuy (Milagro Sala), Santa Cruz (Peralta), Chaco (Rozas), Santa Fe (Bonfati), La Matanza y Tigre (Massa), los muertos diarios de Rosario y tantos otros episodios recientes, se llamó a prudente silencio. La violencia se ha apoderado de nuestra sociedad, por obra y gracia del Gobierno, y esto es sólo un prólogo de anticipación. Por ello, resulta al menos raro el corto publicitario, de excelente factura, que el kirchnerismo eligió para homenajear a su fundador y que resume su discurso de asunción, en 2003.

Cuando, desde la pantalla, aparece don Néstor (q.e.p.d.) convocando a un sueño, a un país sin grietas, a un gobierno sin corrupción, a una sociedad integrada y a un país para todos, y compara todo eso con lo que su ¿Frente para la Qué? hizo en estos diez años, la ciudadanía no solamente se siente idiota sino que se indigna porque, además, le tocan el hombro para llamarla así.  

Mañana, además de los resultados definitivos, comenzará a desentrañarse el secreto mejor guardado: ¿qué hará el Gobierno con los enormes problemas económicos que enfrenta? ¿Comenzará a pagar la cuenta, aunque sea parcialmente, y comenzará a realizar el inevitable ajuste o, por el contrario, insistirá en sus horrores, dejando al sucesor las bombas armadas? Mis apuestas, obviamente, están en esta segunda hipótesis; lo malo será que, entonces, el pato lo pagaremos todos los argentinos. Sin llegar a esos extremos, hasta es probable que doña Cristina imite en Buenos Aires a Pajarito Chiquitico y cree un Ministerio para la Suprema Felicidad y un Comando Cívico- Militar Antigolpe; después de todo, lo primero es buscar a quién responsabilizar por las consecuencias de sus actos.

En fin; me voy a ejercer el mayor de los derechos en democracia, el voto. Espero no equivocarme, y rezo para que a mis compatriotas les suceda lo mismo.

Bs.As., 27 Oct 13

Kirchner: No ha muerto un estadista ni nada que se le pareciera. Ha muerto un cuasi-dictador que ha inflingido un daño irreparable a la república.

NO HA MUERTO UN ESTADISTA

Como todos los 27 de Octubre, lo reiteramos, y lo seguiremos reiterando todos los 27 de Octubre, siempre. Este año habría que destacar especialmente: "...Se rodeó de las peores personas, llenas de resentimiento y enloquecidas de odio, verdaderas personalidades psicopáticas en cuyas manos puso prácticamente al país y así seguimos".

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DOMINGO 31 DE OCTUBRE DE 2010
NO HA MUERTO UN ESTADISTA
Los que me conocen saben que no acostumbro contar en público las costumbres religiosas que sean privativas de mi intimidad. Pero dadas las circunstancias diré que, apenas me enteré de la muerte de Néstor Kirchner, dirigí mi mirara hacia la imagen de la Virgen de Lourdes que tengo en mi escritorio y recé una oración por su alma, como lo hago por todos los difuntos.

Por lo demás, vamos a decir algunas obviedades, que en este país nunca parecen serlo.

Acompañamos en el dolor a sus familiares, Señora Presidente incluída, por supuesto.

Entendemos el dolor sincero de todos sus seguidores y de todos los que pensaban como él. 

Pero que dirigentes que, hasta el martes, lo criticaban duramente, incluso en términos personales, lo llenen ahora de elogios y hasta lo presenten como un gran estadista “a pesar de las diferencias” nos suena a la más barata hipocresía.

Tal vez el problema es que muchos han atacado personalmente al ex presidente. Y ese es el problema. Nunca los ataques deben ser personales, sino a las políticas y acciones que realicen las personas en su función pública, Y en ese sentido, en fácil posición estamos los que siempre hemos señalado la peligrosidad de sus ideas y acciones independientemente del juicio sobre su persona que sólo compete a Dios. Esto es, los que siempre hemos señalado el daño espantoso que Néstor Kirchner ha implicado, lo seguiremos haciendo; su muerte no borra en absoluto lo que hizo y ninguna muerte convierta a un cuasi dictador en un estadista. Se es estadista antes de morir, no después.

Nestor Kirchner revivió el odio y la venganza de los terroristas que en los 70 asesinaron en nombre de Marx y la liberación, y puso a varios de ellos en el gobierno. Juzgó para un solo lado, y ese doble standard borra toda autoridad moral a su política de derechos humanos. O todos son juzgados o todos son perdonados.

Nestor Kirchner incentivó el odio, y su estilo de “crispación” era la coherente expresión de aquél que piensa que de un lado están los explotados y del otro los explotadores. De ese modo, violó permanentemente el orden constitucional republicano donde esa dialéctica marxista no tiene cabida. Siempre fue coherente. Manipuló a los jueces y desobedeció a lo corte. Ignoró al poder legislativo. Persiguió a los que pensaban diferente y podían hacerle sombra. Digno discípulo de Juan Domingo Perón.

Provocó con todo ello una enorme anomia institucional.

Confiscó los fondos de las AFJP. No es que cambió el sistema: confiscó los fondos de los depositantes.

Comenzó a perseguir a la prensa libre; creó una ley de medios especialmente pensada para suprimir a todo pensamiento diferente.

Subió la carga impositiva, expandió el gasto, comenzó a emitir, liquidó al banco central independiente, intentó controlar precios, re-estatizó empresas, subsidió a las empresas de servicios públicos con más gasto público, generó clientelismo político, privó de libertad a las provincias con el control de sus fondos, llevando a la economía hacia una nueva crisis que aún no se ha desencadenado del todo.

Concentró, consiguientemente, todo el poder.

Se rodeó de las peores personas, llenas de resentimiento y enloquecidas de odio, verdaderas personalidades psicopáticas en cuyas manos puso prácticamente al país y así seguimos.

A nivel internacional, se alió con Chavez, en una alianza profunda cuya peligrosidad, en tanto a la cubanización de toda América Latina, pocos llegaron a advertir, y muchos siguen sin advertir. Sostuvo a los peores dictadorzuelos latinoamericanos y logró manipular la absurda Unasur para ese servicio, bajo la complicidad o indolencia de los demás dirigentes.

Promovió el aborto, promovió un tema grave como la ley de matrimonio homosexual por motivos políticos y al principio de su gobierno no logró entender ni convencerse de que no era el Papa y que la remoción de los obispos no estaba en sus manos.

Y, por último, siguió gobernando bajo el mandato formal de su esposa, usurpando el poder, siendo por ende presidente de facto, burlándose de todo el orden institucional y dejando a su mujer en una situación humillante.

Nada de eso se borra porque haya muerto. Quienes sepan todo esto, por favor, no sean hipócritas y en todo caso cállense por unos días, como hizo muy dignamente Elisa Carrió.

No ha muerto un estadista ni nada que se le pareciera. Ha muerto un cuasi-dictador que ha inflingido un daño irreparable a la república

sábado, 26 de octubre de 2013

¡Terroristas del mundo, uníos!

Izquierda latinoamericana: del "Che" Guevara a Gramsci





Jorge Fernández Zicavo

La celebérrima definición de la guerra enunciada por el mariscal Carl von Clausewitz: “continuación de la política por otros medios”, resulta apropiada para aludir -invirtiendo los términos- a la paradoja de que algunos de los terroristas que en las pasadas décadas 60' y 70' desencadenaron una guerra civil revolucionaria para implantar dictaduras comunistas en todo el continente, años después de ser derrotados llegaran a gobernar sus naciones mediante procedimientos democráticos; es decir, concibiendo a la política como una continuación de la guerra por otros medios. Un radical cambio de doctrina estratégica que en vez de asaltar violentamente el poder burgués-capitalista opta por coparlo legalmente y destruir “el sistema” con la paciencia y constancia de las termitas.

Por supuesto, los ejemplos que citamos son muy conocidos y cotidianos, pero justamente por eso se tiende a olvidarlos y, peor aún, a subestimar-los. Convendría, asimismo, prestar atención a la cronología de lo que resulta difícil no considerar un programa estratégico en marcha, pues estamos hablando de siete casos en quince años, pero… seis de ellos en tan sólo ocho.

Venezuela
Hugo Chávez
Presidente de la República 02.02.1999 - 05.03.2013
En 1971 ingresó en la Academia del Ejército como parte de una estrategia “troyana” del Partido Comunista de Venezuela basada en infiltrar militantes en las Fuerzas Armadas a la espera de tiempos propicios.
Entre 1962 y 1978 el PC venezolano operó con guerrilleros entrenados en Cuba (en 1966 se les sumó un grupo de 15 militares cubanos al mando del entonces capitán Arnaldo Ochoa), para derrocar los gobiernos constitucionales de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni Otero, Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez e implantar una dictadura comunista. Por lo cual, durante sus primeros siete años en el Ejército, el impostor y “judas” Chávez fue cómplice de todos los homicidios -asesinados en atentados y muertos en combate- cometidos por su Partido contra sus colegas militares.

Brasil
Luiz Lula da Silva
Presidente de la República 01.01.2003 - 31.12.2010
Dirigente sindical afiliado al entonces terrorista Partido Comunista de Brasil.
En 1990, Lula y Fidel Castro fundaron el Foro de Sao Paulo: una “internacional marxista latinoamericana” destinada a promover la subversión en todo el continente -de momento, no armada, aunque las FARC están afiliadas- para implantar el “socialismo del siglo XXI”.

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Argentina
Néstor Kirchner
Presidente de la República 25.05.2003 - 10.12.2007
Militó en la Federación Universitaria por la Revolución Nacional (FURN); grupo peronista de izquierda políticamente solidario con las llamadas “organizaciones armadas”, que luego se disolvió para ingresar en la Juventud Universitaria Peronista (JUP): aparato universitario y miliciano de la organización terrorista-paramilitar Montoneros que entre junio de 1970 y noviembre de 1979 cometió unos 500 homicidios.
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Chile
Michelle Bachelet
Presidenta de la República 11.03.2006 - 11.03.2010
Antes fue Ministra de Salud, y posteriormente de… ¡Defensa!
Jefa del aparato sanitario del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Una organización terrorista entrenada por asesores cubanos, que operó como fuerza de seguridad y de choque del gobierno marxista de Salvador Allende, y que en 1986 recibió de Cuba 80 toneladas de armas para desencadenar una guerra de guerrillas, previo asesinato de Pinochet.
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Argentina
Cristina Fernández de Kirchner
Presidente la República 10.12.2007-10.12.2011
Actualmente ejerce su segundo mandato presidencial hasta 10.12.2015
Militó en el Frente de Agrupaciones Eva Perón (FAEP), aparato universitario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) fundadas en Cuba en agosto de 1967. Posteriormente, abandonó el FAEP para ingresar en la Juventud Universitaria Peronista (JUP), aparato universitario y miliciano de Montoneros.

Uruguay
José Mujica
Actual Presidente de la República desde 01.03.2010
Combatiente de la organización terrorista Tupamaros.

Brasil
Dilma Rousseff
Actual Presidenta de la República desde 01.01.2011
Combatiente de los terroristas Comandos de Liberación Nacional (COLINA), posteriormente rebautizados como Vanguardia Armada Revolucionaria (VAR).

jueves, 24 de octubre de 2013

El viernes pasado concluyeron en La Habana las deliberaciones de la Primera Conferencia sobre Estudios Estratégicos organizado por el Centro de Investigaciones de Política Internacional dependiente del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

América Latina: temas urgentes de la coyuntura geopolítica

POR ATILIO BORON

     Fueron tres días de productivas discusiones en los cuales se pasó revista a distintos aspectos de la coyuntura geopolítica internacional y el papel que en la misma juegan los países de América Latina y el Caribe.


El malecón de la Habana, azotado por la marejada


Algunas reflexiones preliminares habían sido expuestas en un posteo anterior; a continuación se exponen algunas de las conclusiones más relevantes de la conferencia:

a)    Necesidad de una respuesta mucho más tajante de nuestros países en relación a la agresión informática, el espionaje  y los ciberataques lanzados por diversas agencias de inteligencia de Estados Unidos. De hecho, cuando Google, Yahoo, Skype, Facebook y otras grandes compañías del mundo de la Internet reconocieron públicamente que transferían sus archivos a los organismos de espionaje y seguridad de Estados Unidos todos esos programas deberían haber sido eliminados inmediatamente de los organismos gubernamentales de la región y reemplazados, en la medida en que ello fuera posible, por sucedáneos del software libre. Paralelamente tendría que haberse lanzado una gran campaña para desalentar su empleo en las organizaciones no-gubernamentales y el público en general, cosa que apenas se está haciendo en Brasil, víctima preferencial de esos ataques junto con Alemania y Francia, según recientes revelaciones. Varios expertos coincidieron en señalar que los programas convencionales de anti-virus revisan y limpian todos los archivos de computadoras localizadas en tanto en El Cairo como Buenos Aires o Bangalore, pero que la labor se hace en Estados Unidos y que simultáneamente con la remoción o no de los virus esos archivos son copiados y mantenidos en gigantescos servidores controlados por el gobierno de Estados Unidos, donde son almacenados y revisados primeros por robots informáticos y, cuando aparecen contenidos, emisores o destinatarios sospechosos, por humanos.  Conclusión: se impone acelerar el tránsito hacia el software libre y, además, desechar todas las computadoras hechas en Estados Unidos o por firmas norteamericanas radicadas en terceros países, de donde se desprende la importancia de desarrollar una industria latinoamericana de producción de hardwares de diverso tipo (computadoras de mesa, laptops, tabletas, etcétera).

b)    Otra de las conclusiones se focalizó sobre La silenciosa y permanente agresión militar del imperialismo y el papel de la UNASUR. Uno de los graves problemas que enfrenta la región es que pese a estar cercada por 76 bases militares estadounidenses los gobiernos de la UNASUR no han sido capaces hasta ahora de consensuar una hipótesis de conflicto realista para la región. Hipótesis que debe responder a una pregunta bien simple: ¿quién es nuestro más probable agresor o quién es el que ya nos está amenazando? No obstante la abrumadora presencia de tantas instalaciones militares estadounidenses diseminadas a lo largo y a lo ancho de toda América del Sur esa respuesta todavía no ha sido siquiera esbozada y continúa siendo un tema tabú al interior de la UNASUR. Obviamente que la heterogeneidad del mapa sociopolítico sudamericano conspira contra una tal iniciativa. Hay gobiernos que han asumido como su misión convertirse en los ?Caballos de Troya? del imperio y obedecer incondicionalmente las directivas emanadas de Washington: en Sudamérica tal es la situación de Colombia, Perú y Chile, con la muy probable adición a esta lista del gobierno del Paraguay. Hay otros que pugnan por asegurar su autodeterminación y resistir a los designios y presiones del imperialismo: casos de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Y otros, como Argentina, Brasil y Uruguay, que navegan a media agua: apoyan tibiamente a los segundos en sus proyectos continentales pero comparten con los primeros su vocación de instaurar en sus países un ?capitalismo serio?, engañoso oxímoron que enturbia la conciencia de gobernantes y gobernados por igual. El resultado es la enorme dificultad de llegar a un acuerdo para, por ejemplo, exigir algo tan fundamental como el retiro de las bases militares extranjeras de América del Sur; o para mantener a esta parte del continente como una zona libre de armas nucleares, cosa que ahora es imposible de certificar. ¿Cómo saber cuáles son las armas que el Pentágono instala en sus bases? Hay sospechas muy fundadas de que en algunas que posee en Colombia, como Palanquero, o en la de la OTAN en Malvinas (base que cuenta con apoyo logístico y presencia militar estadounidense) puede haber armas de destrucción masiva. Pero la verificación in situ ha probado ser, al menos hasta ahora, imposible porque ni siquiera existe un acuerdo sobre la necesidad o conveniencia de llevar a cabo una inspección.

La silenciosa pero muy efectiva ingerencia de Washington sobre las fuerzas armadas latinoamericanas se traduce también en la insólita continuidad de los programas de ?formación y adiestramiento? de militares y -¡cuidado con esto!- de fuerzas policiales en la región. Incluso en gobiernos claramente enfrentados con el imperialismo norteamericano la inercia de tantas décadas de formación en la Escuela de las Américas y otras del mismo tipo torna difícil sustraerse a la presión militar para continuar con esos programas. Pero cuando la costumbre y los incentivos crematísticos no son suficientes la Casa Blanca apela a la extorsión.  Si un país decide no enviar sus oficiales a tomar cursos de formación en Estados Unidos en represalia Washington puede interrumpir el suministro de equipo militar a los países del área, sea bajo la forma de donaciones o ventas  subsidiadas. De ese modo el gobierno desobediente podría después ser acusado de ?no colaboración? en la guerra contra el narcotráfico o el terrorismo, entre otras cosas por no contar con los equipos y armamentos adecuados para la tarea. Y es lógico pensar que quien se adiestra en Estados Unidos es entrenado para combatir a quienes ese país considere como sus enemigos. Y ya sabemos quienes son éstos para el imperio: precisamente los gobiernos y las fuerzas antiimperialistas de la región. En suma: los cursos, las armas y las doctrinas militares conforman una trinidad inseparable. Los países que envían a sus oficiales a entrenarse en Estados Unidos están también dejando en manos de ese país decidir quienes son los enemigos a combatir y cómo hacerlo.

En la misma línea debe señalarse la absurda sobrevivencia del TIAR, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca desahuciado en los hechos por la colaboración brindada por Washington a Gran Bretaña en la Guerra de las Malvinas; o la continuidad de las periódicas reuniones de los Comandantes en Jefe o de la Junta Interamericana de Defensa; o la realización de operaciones conjuntas con fuerzas de Estados Unidos, siendo que éste es el único enemigo regional a la vista. Todo lo anterior se complementa, en el plano jurídico, con la aprobación en casi todos nuestros países de una legislación antiterrorista sólo inspirada en la necesidad de proteger la sigilosa ocupación de los Estados Unidos del territorio latinoamericano y de criminalizar a las fuerzas políticas y movimientos sociales que se oponen a los avances del imperialismo.

c)    También surgió de la conferencia la necesidad de estudiar sistemáticamente al imperialismo norteamericano. Es preciso revertir una peligrosa tendencia muy presente en las fuerzas políticas y los movimientos antiimperialistas de la región y que se sintetiza en una consigna rayana en el suicidio: ?al enemigo no se lo estudia sino que se lo combate.? Se exalta el fervor militante, lo que está bien, pero se subestima la necesidad de conocer científicamente, minuciosamente, al imperialismo, lo que está mal.  Sin estudiar a fondo a Estados Unidos como centro nervioso del  sistema imperialista; sin conocer cómo funciona; sin saber cuáles son los dispositivos mediante los cuales establece su predominio a escala mundial y  quiénes son sus agentes operativos en los planos de la economía, la política y la cultura; desconociendo cuáles son sus estrategias y tácticas de lucha, sus artificios propagandísticos y sus concepciones ideológicas, y quiénes sus peones locales se torna casi imposible librar una batalla exitosa contra su dominación. Por eso tenía razón José Martí, uno de los grandes héroes de nuestras luchas antiimperialistas, cuando para fundamentar su diagnóstico sobre los ominosos designios de Estados Unidos le dijo a su amigo Manuel Mercado que ?viví en el monstruo, y le conozco las entrañas.? 

Pero el desconocimiento del imperio no es atributo exclusivo de la militancia antiimperialista. Lamentablemente en la academia de nuestros países el estudio de los Estados Unidos es una materia que brilla por su ausencia. Se cuentan con los dedos de una mano los centros de investigación que se dedican a estudiar a nuestros opresores, mientras que en Estados Unidos son alrededor de trescientos  los centros y/o programas de enseñanza e investigación que tienen por objeto investigar nuestras sociedades. Estas preocupantes realidades deberían suscitar una rápida reacción de las fuerzas antiimperialistas de la región, recordando lo que con tanta razón observara Lenin al decir que ?nada hay más práctico que una buena teoría?. Una buena teoría sobre el imperialismo contemporáneo que debe articular la tradición clásica, sobre todo la teoría leninista del imperialismo, con las novedades que asume el fenómeno un siglo después de que el revolucionario ruso escribiera su libro sobre el tema. Novedades entre las cuales no es precisamente la menor el desplazamiento del centro del sistema imperialista desde las potencias coloniales europeas a los Estados Unidos; novedades, también conviene subrayarlo, que lejos de refutar las previsiones y los análisis de Lenin no hicieron sino ratificarlos pero bajo nuevas formas que no pueden ser ignoradas si lo que se pretende es librar un eficaz combate contra tan perverso sistema.[1]

Necesidad, por lo tanto, de estudiar seriamente el funcionamiento del ?complejo militar e industrial? norteamericano, y su insaciable voracidad. Es este entramado de gigantescos oligopolios lo que constituye el corazón de la clase dominante norteamericana y, por extensión, de la burguesía imperial. Para el ?complejo militar e industrial? la paz equivale a la bancarrota: sin guerras no hay ganancias y sin ganancias no se puede financiar a la clase política de Estados Unidos. Perversa articulación entre la rentabilidad de la industria armamentística ?una industria que sólo provoca destrucción y muerte- y las necesidades de los políticos norteamericanos de costear sus carreras políticas que inevitablemente terminan colocando a los vencedores al servicio de sus financistas. No sorprende, por lo tanto, constatar que las ventas de las industrias del ?complejo militar-industrial? hayan aumentado en un 60 % entre 2002 y 2012, desde el comienzo de la gran contraofensiva militar después del 11-S hasta nuestros días.

Dato adicional: ¿se acuerdan que hace unos seis meses parecía que el mundo enfrentaba un inminente ataque atómico lanzado por Corea del Norte? ¿Qué pasó con eso? ¿Ahora los norcoreanos ya no ponen en jaque al planeta? Después se dijo que parecía que la obstinación de Irán de continuar con su programa nuclear ponía en peligro la paz muncial, y más tarde el problema de las ?armas químicas? de Siria parecía colocarnos, otra vez, al borde de una Tercera Guerra Mundial. Conclusión: para la rentabilidad de sus negocios el ?complejo militar-industrial? necesita garantizar que siempre haya crisis, y si no las hay las inventa, y si no las inventa las construye mediáticamente. Para eso está la prensa hegemónica que, cual la puta de Babilonia, se presta solícita a difundir esas patrañas que amedrentan a la población al paso que estimulan la producción de nuevos y cada vez más letales armamentos.

d)  Diversas ponencias de la conferencia señalaron la continuidad de la política de la Casa Blanca hacia América Latina y el Caribe. En este sentido hubo un consenso prácticamente unánime en señalar la identidad existente entre las políticas latinoamericanas de las administraciones de George W. Bush y Barack Obama, razón por la cual conviene dejar de utilizar ese nombre ??administración?- y hablar mejor del ?régimen de Washington?, para señalar de este modo la sistemática violación de la legalidad internacional y los derechos humanos practicada por el gobierno norteamericano, de cualquier signo.[2] En lo que toca a Cuba si algo hizo el ?régimen? norteamericano fue intensificar el bloqueo financiero, comercial y económico contra la isla, ajustando aún más los controles establecidos por la legislación estadounidense. No deja de ser sorprendente que no haya todavía surgido una queja universal en contra de la ilegal e inmoral extraterritorialidad establecida por la Enmienda Torricelli a la Ley Helms-Burton. Según esta monstruosidad jurídica -diseñada exclusivamente para perjudicar a un solo país en el mundo: Cuba- el gobierno de Estados Unidos está autorizado para aplicar sanciones a cualquier empresa nacional o de un tercer país (por ejemplo, una británica, japonesa o sueca) por el sólo hecho de comerciar con Cuba o iniciar emprendimientos económicos con la Isla, por ejemplo, en la explotación del petróleo. En otras palabras, Estados Unidos ?legaliza? al imperialismo mediante  la despótica imposición de la ley estadounidense por encima de la de todos los países del globo. ¡Imaginemos lo que ocurriría sin país cualquiera pretendiera hacer algo igual, por ejemplo, universalizar su legislación prohibitoria de la pena de muerte y sancionara a aquél que, como Estados Unidos, aún la aplicara! Para quienes todavía dudan de que vivimos bajo un sistema imperial los ejemplos anteriores bastan y sobran para convencerlos de lo contrario. 

Otro rasgo que demuestra la enfermiza persistencia de la agresión en contra de Cuba está dado por el hecho de que Washington continúa utilizando transmisiones ilegales de radio y televisión convocando al pueblo de la Isla a subvertir el orden constitucional vigente y a rebelarse en contra de su gobierno, con el objeto de lograr el largamente acariciado ?cambio de régimen?. Dichas transmisiones no sólo divulgan propaganda sediciosa sino que, además, interfieren en el normal funcionamiento de las emisoras de radio y televisión cubanas. Se estima que el costo de estas actividades ilegales patrocinadas por Washington se eleva a unos 30 millones de dólares anuales. Un informe reciente de la Auditoría del Gobierno estadounidense referido exclusivamente a las actividades de la USAID y el Departamento de Estado reveló además que entre 1996 y el 2011 esas agencias destinaron 205 millones de dólares para promover el derrocamiento del gobierno cubano. Muchos millones más fueron seguramente apropiados por la CIA, la USAID, el Fondo Nacional para la Democracia y otras instituciones afines para promover tan siniestros objetivos. Por lo visto le asistía toda la razón a Noam Chomsky cuando interrogado a fines del 2008 sobre su pronóstico acerca de la inminente inauguración del ?régimen de Obama? respondió sarcásticamente que éste sería apenas el tercer turno de la Administración Bush. Tenía razón, como lo demostró la historia, aunque se quedó corto: si se computa el número de muertes civiles ocasionadas por los aviones no tripulados norteamericanos, los ?drones?, el inverosímil Premio Nobel de la Paz superó con creces el saldo luctuoso de su predecesor.  ¡Ah!, a seis meses de las elecciones presidenciales venezolanas el muy distraído Obama todavía parece no haberse enterado que el triunfador de esa contienda fue el candidato chavista Nicolás Maduro y sigue sin reconocer oficialmente su victoria y alentando, de ese modo, los planes desestabilizadores de la oposición fascista en la República Bolivariana de Venezuela. Y los cuatro luchadores antiterroristas cubanos que purgan en las cárceles del imperio su osadía de pretender desmontar la máquina terrorista instalada en Miami -y protegida por el ?régimen de Washington? ? podrían ser puestos inmediatamente en libertad si Obama ejerciera las atribuciones del perdón presidencial que le confiere la constitución. Pero no lo hace. En cambio, sigue apadrinando a terroristas como Luis Posada Carriles o el ex presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, cuya extradición es solicitada por la justicia de ese país por su responsabilidad en la masacre de 67 personas durante las jornadas de protesta popular que provocaron su caída.  





[1] Sobre el tema consultar dos obras de nuestra autoría, de descarga gratuita en la web: Imperio & Imperialismo. Una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri  (Buenos Aires: CLACSO, 5º edición,  2004, ?Premio Extraordinario de Ensayo de ?Casa de las Américas?), especialmente el capítulo 8 y la compilación que efectuara con el título de Nueva Hegemonía Mundial. Alternativas de cambio y movimientos sociales (Buenos Aires: CLACSO, 2004), po. 133-154.

lunes, 21 de octubre de 2013

El petróleo es fuente de mucho dolor en el mundo.

El petróleo, Azerbaiyán y el extraño caso de Rick Bourke

Amy Goodman
 En cada lugar del planeta en donde se extrae petróleo, la población sufre todo tipo de daños, desde golpes de Estado y dictaduras, hasta contaminación, desplazamiento y muerte. Los oleoductos tienen fugas, las refinerías pueden explotar, los buques petroleros se averían y en las plataformas petroleras de aguas profundas se pueden producir explosiones. La sed de petróleo altera la democracia y el clima. No muy lejos de los florecientes yacimientos de fracturación hidráulica de Colorado, Frederic “Rick” Bourke está encerrado en una prisión federal de mínima seguridad. Su crimen: haber denunciado hechos de corrupción y una red de sobornos en la región del Mar Caspio, rica en petróleo.
Rick Bourke probablemente sea más conocido por haber fundado la empresa Dooney and Bourke, que se dedica a diseñar bolsos de mano de lujo. Es un filántropo y ha invertido su fortuna en fundaciones que intentan hallar nuevas curas para el cáncer. A mediados de la década de 1990 conoció a un ciudadano checo llamado Viktor Kozeny, conocido como “El pirata de Praga”, quien hizo millones de dólares a través de controvertidos acuerdos durante la era de la privatización de empresas nacionales checas. Kozeny amasó una gran fortuna mediante el reclutamiento de inversores para la adquisición de SOCAR, la empresa petrolera estatal de Azerbaiyán, una ex república soviética en la costa oeste del Mar Caspio.
Kozeny prometió que las inversiones darían ganancias sin precedentes. Importantes inversores analizaron la oportunidad y vertieron grandes sumas de dinero en la empresa. Algunos de los inversores fueron el fondo de inversión de la Universidad de Columbia, la empresa de seguros AIG, el legendario gerente de fondos de alto riesgo Lee Cooperman, un ejecutivo de trayectoria de Goldman Sachs y el ex líder de la mayoría del Senado George Mitchell. Michael Tigar, abogado de Bourke, resumió el resultado de la operación de inversión en el programa de noticias Democracy Now!: “Kozeny era un delincuente. Robó hasta el último centavo invertido por Rick Bourke y los demás inversores, sobornó a funcionarios azeríes y hoy vive feliz en las Bahamas, de donde no fue extraditado”.
Kozeny pagó grandes sumas de dinero al presidente de Azerbaiyán Heydar Aliyev. Al igual que el Presidente ruso, Vladimir Putin, Aliyev es un ex funcionario de alto nivel de la KGB. Asumió la presidencia del país poco después de la ruptura del bloque soviético. Durante el período de la estafa de Kozeny, el hijo de Aliyev, Ilham, era el presidente de SOCAR. Kozeny contrató a un abogado suizo llamado Hans Bodmer para coordinar la compleja operación. Un ciudadano estadounidense llamado Thomas Farrell, que administra un bar en San Petersburgo, Rusia, era el encargado de los “envíos”. Transportaba bolsos de lona repletos de dinero a Baku, la capital de Azerbaiyán.
La inversión no prosperó y Kozeny huyó con los fondos restantes. Rick Bourke se dirigió a la oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan, que tiene experiencia en perseguir delitos de cuello blanco. Allí, habló con la Vicefiscal de Distrito Mariam Klipper, especialista en las privatizaciones de Europa del Este. La oficina del Fiscal presentó una acusación formal contra Kozeny, quien evitó ser procesado y goza de relativa inmunidad en Las Bahamas.
Bourke, que fue el único inversor que denunció lo sucedido, también cooperó con los fiscales federales. Sin embargo, estos decidieron poner la mira en Bourke. Más tarde fue hallado culpable en virtud de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, no por haber sobornado a alguien, sino por supuesto conocimiento de sobornos, a pesar de que todo el caso se basó únicamente en la declaración del abogado suizo Bodmer y la del estadounidense Farrell. En el momento de dictar sentencia, la ex vicefiscal de distrito Klipper escribió a la Jueza federal Shira Scheindlin, para procurar una condena leve para Bourke: “Fue de gran ayuda”, dijo. “Vino voluntariamente a mi oficina y habló amablemente y con convicción acerca del caso. No le ofrecimos nada a cambio. …Nunca tuve motivos para dudar de él”. Si bien Bodmer y Farrell también fueron acusados, lograron un acuerdo de reducción de pena y ambos se fueron rápidamente de Estados Unidos”.
La mayor parte del expediente judicial es secreto, probablemente debido a la participación de las agencias de inteligencia. En un giro sorprendente del caso, el ex director del servicio de inteligencia británico, el MI6, Sir Richard Dearlove, y el ex subdirector de operaciones de la CIA, James Pavitt, intentaron declarar a favor de Bourke, pero, según se informó, se les negó esa oportunidad, quizá para proteger el valor que Bodmer y Farrell tenían para las agencias de inteligencia . En el turbio mundo de la geopolítica del petróleo es muy difícil saberlo.
El hijo de Heydar Aliyev, Ilham Aliyev, sucedió a su padre en la presidencia de Azerbaiyán y gobernó el país mediante un régimen dictatorial. La semana pasada fue reelecto para un tercer mandato. Los resultados iniciales de las elecciones se anunciaron un día antes de que comenzara la votación. Human Rights Watch publicó un informe en septiembre denominado: “Apretar las clavijas: la represión contra la sociedad civil y los opositores en Azerbaiyán”.
Rick Bourke está encerrado en una prisión federal en Englewood, Colorado. Fue condenado a un año y un día de reclusión. El ex periodista del Washington Post Scott Armstrong, que fundó el Archivo de Seguridad Nacional y presidió el Proyecto de Responsabilidad del Gobierno, pasó varios años investigando el caso. Como investigador principal del Comité del Senado sobre el caso Watergate, Armstrong reveló la existencia del sistema de escuchas telefónicas del ex Presidente Richard Nixon. Sabe muy bien cuándo hay corrupción y considera que Bourke es un verdadero informante. Armstrong resumió el caso de la siguiente manera: “El Gobierno de Estados Unidos básicamente encubrió esta intrincada serie de fraudes en los que participó Kozeny, y decidió, en cambio, centrar toda su energía en investigar al informante. Y, para mí, eso es algo que conmociona”.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2013 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

domingo, 20 de octubre de 2013

Poder Burgués y Poder Revolucionario.

EN EL MARCO DE LA LECTURA NECESARIA



(AW) "¿Cómo hacen los burgueses para mantener el control político, es decir, la dictadura de la burguesía? ¿Cómo se las ingenian para impedir que las clases trabajadoras, que son mayoría, lleguen al gobierno? Se sirven de dos sistemas principales, el parlamentarismo y el bonapartismo militar. Ambos sistemas utilizan combinadamente el engaño y la fuerza para mantener la hegemonía de la burguesía", las palabras escritas en 1974 por Mario Roberto Santucho, Comandante del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), no pierden vigencia. Conocer el pensamiento del referente de la guerrilla guevarista de nuestro país es fundamental para retomar la senda revolucionaria de la que fueron apartadxs tantxs compañerxs con el propósito de perpetuar la eterna desigualdad social.
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Redactado: 23 de agosto de 1974.
Publicación primera: Ediciones El Combatiente, Argentina, 1974.
Digitalización: Diego Burd, 2002.
Esta edición: Marxists Internet Archive, marzo de 2002.
El Poder de la burguesía
La clase obrera y el pueblo argentino han vivido los últimos años riquísimas experiencias políticas que entroncan en la historia de nuestra lucha de clases, y aclaran cristalinamente cuestiones vitales para los intereses nacionales y sociales de las masas trabajadoras argentinas. Reflexionar sobre estas experiencias, observar el comportamiento de las clases enfrentadas, comprender en profundidad las particularidades de nuestra revolución y extraer las conclusiones para guiar la acción correctamente, es una apremiante responsabilidad de los obreros conscientes, de los sectores progresistas y revolucionarios en general, de nuestras más amplias masas trabajadoras.
En el presente folleto intentaremos un sintético análisis de ciertos procesos centrales de nuestra reciente historia política, con el ánimo de contribuir a su compresión, de aventar la espesa niebla del diversionismo ideológico esparcido por la burguesía y la pequeño-burguesía para ocultar esos aspectos fundamentales, para confundir al pueblo y desviar su lucha.
Después del período de estabilidad capitalista posibilitado por la situación económica internacional vigente durante la Segunda Guerra mundial, período que finalizó aproximadamente en 1952, las clases dominantes argentinas, acosadas por la persistente y enérgica lucha popular, han utilizado reiteradamente, por turno, dos formas fundamentales de dominación burguesa: la república parlamentaria y el bonapartismo militar.
Es sabido que en la sociedad capitalista una minoría privilegiada de explotadores y burócratas ejerce su dominación de clase sobre la inmensa mayoría del pueblo. Es sabido que en el gobierno se turnan ciertos políticos y ciertos militares, ligados todos de una u otra manera a las grandes empresas, a la oligarquía terrateniente y al imperialismo y ellos mismos grandes empresarios y oligarcas proimperialistas; Frigerio, Alsogaray, Krieger Vasena, Salimei, Lanusse, Gelbard, son algunos entre otros muchos ejemplos. ¿Cómo hacen los burgueses para mantener el control político, es decir, la dictadura de la burguesía? ¿Cómo se las ingenian para impedir que las clases trabajadoras, que son mayoría, lleguen al gobierno?
Se sirven de dos sistemas principales, el parlamentarismo y el bonapartismo militar. Ambos sistemas utilizan combinadamente el engaño y la fuerza para mantener la hegemonía de la burguesía. Cuando uno de los sistemas se ha desgastado y las masas muestran de mil formas su activo descontento, los capitalistas, oligarcas e imperialistas recurren hábilmente al otro sistema.
El parlamentarismo es una forma enmascarada de dictadura burguesa. Se basa en la organización de partidos políticos y en el sufragio universal. Aparentemente todo el pueblo elige sus gobernantes. Pero en realidad no es así, porque como todos sabemos las candidaturas son determinadas por el poder del dinero.
Como decía Lenin: "Decir una vez cada tantos años que miembro de las clases dominantes han de reprimir y aplastar al pueblo a través del parlamento; tal es la verdadera esencia del parlamentarismo burgués" [1] . Este carácter fraudulento, engañoso, de toda elección y todo parlamento no quita que la clase obrera deba ingeniarse para dar pasos de avance revolucionario en determinados procesos electorales, no quita que la clase obrera deba ingeniarse para intentar utilizar el parlamento con fines revolucionarios.
Una política revolucionaria debe saber utilizar todo tipo de armas, incluso aquellas que han sido creadas y son usadas con ventaja por la burguesía como el parlamentarismo, para avanzar en la movilización de masas, para introducir la crisis, la división y la desorientación en las filas enemigas.
Pero un grave error sería creer que a través de elecciones es posible encontrar algún tipo de soluciones a los problemas de fondo de la clase obrera, del pueblo y de nuestra patria. La burguesía pro-imperialista argentina desgraciadamente ha conseguido varias veces despertar esperanzas en nuestro pueblo sobre la posibilidad de producir importantes cambios mediante un proceso electoral.
En los países capitalistas relativamente estables como EE.UU., Inglaterra, Alemania, etc., la burguesía mantiene su dominación por la vía parlamentaria. En cambio en países capitalistas de gran inestabilidad económico-social, como la Argentina actual, la burguesía debe recurrir constantemente a recambios.
El bonapartismo militar, la otra forma de dictadura burguesa, muy utilizada por los explotadores argentinos, consiste en asentar abiertamente el gobierno sobre las fuerzas armadas, a quienes se presenta como salvadoras de la nación, encargadas de poner orden, de mediar entre las distintas clases que han llegado a un enfrentamiento agudo; beneficiar particularmente a ninguna de ellas, de imponer el "justo medio" en los intereses contrapuestos.
El bonapartismo militar que ha surgido en nuestro país de golpes militares relativamente incruentos ha sido presentado con habilidad como intervenciones de las FF. AA. Destinadas a terminar con la corrupción y la injusticia, destinadas a solucionar los problemas del pueblo y a sanear la vida económico-social de la nación.
El exitoso golpe militar del 4 de junio de 1943, coincidente con la coyuntura económica internacional extremadamente favorable, producto de la Guerra Mundial, abrió un período de prosperidad y estabilidad capitalista que permitió importantes concesiones a las masas y sirvió magníficamente a la burguesía para infundir falsas esperanzas en los militares, para difundir entre las masas la teoría contrarrevolucionaria de la fusión pueblo-ejército como fórmula para la revolución nacional antiimperialista y popular. La realidad es que el bonapartismo militar ha sido el sistema más beneficioso para la burguesía y el imperialismo y más perjudicial a los intereses populares y de la nación.
Naturalmente que entre estos dos sistemas no hay una muralla infranqueable, que ambas formas de dictadura capitalista se entrecruzan y se combinan y que a veces el paso de una a otra se ha dado en forma gradual.
La primera experiencia Peronista nacida de un golpe de estado típicamente bonapartista, con la importante característica especial de apoyarse no solo en las FF.AA., sino también en amplias masas obreras en proceso de sindicalización, pasó gradualmente a formas parlamentarias en el curso de la primera presidencia de Perón.
A partir de 1952, la crisis económico-social comenzó a manifestarse en forma aguda llevando al agotamiento el intento justicialista. La burguesía exigió mayores sacrificios de las masas, exigió al gobierno que ampliará los márgenes de explotación capitalista eliminando las concesiones de la época de bonanzas, y aunque el gobierno intentó satisfacer esas demandas un fuerte sector militar se impacientó, consideró débil e ineficiente al gobierno Peronista, y protagonizó el golpe de estado de 1955.
La dictadura "Liberadora" encontró en las masas enorme resistencia armada y no armada, concretada en grandes huelgas obreras y en un incipiente y masivo accionar armado urbano. Resistencia muy difícil de vencer militarmente que llevo a la necesidad de dar un paso nuevamente al parlamentarismo en 1957, previo acuerdo de la dictadura con los políticos burgueses que habrían de sucederle, para exterminar en conjunto la resistencia popular. Así subió Frondizi agitando mentirosamente un programa progresista que engaño a amplios sectores de masas, que naturalmente no cumplió en lo más mínimo desde el gobierno.
Pero nuevamente la presión de las masas fue muy grande. Saliendo rápidamente de la confusión, nuestro pueblo intensificó la lucha reivindicativa y política, enfrentó activamente los planes capitalistas de superexplotación, continuó el accionar armado y urbano y agregó una intentona rural, que fue derrotada al no llegar a constituir sólidas unidades, desbarató el plan frondicista de estabilización política en las elecciones a gobernadores de marzo de 1962 imponiendo en Buenos Aires un gobernador obrero (Framini) que, aunque no era revolucionario, resultaba inaceptable para la burguesía en esos momentos.
Nuevamente la burguesía se alarmó. Ante la crisis, consideró que el frondicismo era incapaz de contener a las masas, y se lanzó -con Guido- a un nuevo intento bonapartista completamente inconsistente por la ausencia de líderes y de organización en las fuerzas armadas. Esta debilidad de los militares los obligó a ceder nuevamente terreno al parlamentarismo y se concretaron las elecciones presidenciales de 1964 que llevaron al poder al radicalismo de Illía.
La continuidad e intensificación de la movilización política y reivindicativa de nuestro pueblo, particularmente de la clase obrera, quitó todo margen de maniobra a este gobierno populista, deseoso de hacer algunas concesiones a las masas y dispuesto a dar tímidos pasos progresistas, pero sin herir e irritar a las clases dominantes, cuestión a todas luces irrealizable en las condiciones de profunda crisis económica en que se debatía el país. Ante exigencias de los militares Illía terminó lanzando la represión, sin conformarlos y sin lograr evitar un nuevo golpe bonapartista.
Esta vez los militares habían realizado previamente una profunda reorganización política de las FF.AA. que las consolidó como el principal partido político de la burguesía. Bajo el liderazgo de Onganía apoyado unánimemente por la burguesía, incluido el Peronismo y la burocracia sindical, las FF.AA. contrarrevolucionarias presentaron un ambicioso plan "revolucionario" destinado a restituir el orden, aplastar las luchas obreras, garantizar grandes ganancias a las empresas monopolistas y avanzar así a una trascendente modernización de la estructura capitalista que lograra estabilidad y desarrollo.
La Dictadura de Onganía
El golpe militar de Onganía tuvo una particularidad que es muy importante señalar. Fue esencialmente un golpe preventivo, dirigido a cortar en su raíz el vigoroso surgimiento de nuevas fuerzas revolucionarias. Las luchas del proletariado argentino habían alcanzado un elevado nivel. Varios paros generales, miles de ocupaciones de fábricas, constantes manifestaciones callejeras y un nuevo intenton guerrillero rural que, aunque fracasado rápidamente, fue visto con gran simpatía por el pueblo.
Temeroso ante el auge de la lucha de masas y los avances logrados en la conciencia y organización populares, el Partido Militar suprimió todas las libertades democráticas, dicto una barbara ley anticomunista, lanzó violenta represión contra toda movilización obrera y popular ilegalizando sindicatos, encarcelando dirigentes y activistas, ordenando hacer fuego contra ciertas manifestaciones callejeras. Santiago Pampillon e Hilda Guerrero de Molina fueron los primeros mártires del pueblo caídos bajo las balas asesinas de la Dictadura.
Aunque las masas reaccionaron inmediatamente y resistieron activamente las principales medidas antipopulares iniciales de la Dictadura, el enemigo logró victorias tácticas aplastando con métodos de guerra civil las principales huelgas de los primeros meses (estudiantes, azucareros, portuarios). Debido a ello, declino la movilización de masas a lo largo de 1967 y 1968.
Pero este relativo paréntesis de la lucha popular fue llenado por profundos cambios en la mente y el corazón de nuestro pueblo. Ante la barbarie militar y el estado de indefensión popular, comenzó a cundir entre los argentinos el convencimiento de que a la violencia de los explotadores y opresores había que oponer la justa violencia popular. Este trascendental avance ideológico fue fecundado por la epopeya del Comandante Guevara, vivida como propia por amplios sectores de nuestro pueblo.
Abrumado por la opresión y la explotación y en proceso de despertar político e ideológico, el pueblo argentino acumuló odio a la Dictadura, decisión de luchar con nuevos métodos más contundentes. Todas estas energías contenidas estallaron a lo largo y a lo ancho del país, en una inmensa movilización de masas sin precedentes en nuestra patria, iniciada en Corrientes en mayo del 69 como respuesta al asesinato del estudiante Cabral. Córdoba, Tucumán, Salta, Rosario, las principales ciudades del país, fueron conmovidas entre mayo y setiembre de 1969 por formidables movilizaciones antidictatoriales de las masas.
Fue el principio del fin del Onganiato. La Dictadura militar queda herida de muerte por las movilizaciones del 69. En junio de 1970 Onganía fue destituido y reemplazado por Levingston. La lucha popular se intensificó; surgió impetuosa la guerrilla urbana, y el virrey Levingston cayó del gobierno tan bruscamente como había ascendido.
A partir del Cordobazo, a partir de mayo de 1969, la lucha antidictatorial del pueblo argentino adquirió considerable fuerza y efectividad. La aparición de la guerrilla urbana en la lucha de clases argentina, como fuerza organizada y efectiva, capaz de golpear con dureza al régimen y sus personeros, dio una nueva tónica a la lucha popular. Comenzó a abrir una estrecha senda hacia el poder obrero y popular, a mostrar la posibilidad de encontrar un camino para escapar al enmarañado cerco construido por la burguesía con engaños y violencias, en el que las clases dominantes han mantenido encerrado a nuestro pueblo durante decenas de años.
La llamada de la guerra popular como estrategia para la toma del poder, como camino de la revolución nacional y social de los argentinos fue encendida en este período y, aunque débilmente, comenzó a arder ya sin interrupciones. Por primera vez una posibilidad auténtica de avanzar hacia la solución de los gravísimos problemas de nuestra patria y de nuestro pueblo, se presentó ante los ojos de los trabajadores argentinos. Ello llenó de entusiasmo y confianza a las masas y el auge de la lucha popular adquirió una profundidad y firmeza nunca vistas, ante el pánico de la burguesía.
Fue entonces que el partido militar decidió retirarse en orden del escenario político. Al borde de la desesperación, los militares colocaron a su mejor hombre en la Presidencia. Lanusse estableció contactos inmediatamente con los políticos burgueses, en primer lugar con radicales y Peronistas, y con su asesoramiento, a través de Mor Roig, planificó una hábil estrategia defensiva para retirarse convocado en abril de 1971 al Gran Acuerdo Nacional de la burguesía.
Decía nuestro Partido en abril de 1971:
"El golpe militar que destituyo a Levingston señala los últimos pasos de la dictadura militar. La aventura emprendida en 1966 por los militares llega a su término en medio de la más profunda crisis. En el transcurso de los casi cinco años que lleva, el gobierno militar ha sido incapaz de estabilizar la economía burguesa y sus medidas pro-monopolistas le han valido no solo el odio de los trabajadores y el pueblo, sino también constantes roces con otros sectores de la burguesía. El estallido popular de Córdoba fue el golpe de gracia para la deteriorada imagen de la Dictadura.
La movilización obrera y popular del 15 de marzo tuvo características especiales la inocultable simpatía demostrada por las masas hacia los movimientos armados, la existencia de direcciones clasistas en importantes gremios, el desprestigio de la burocracia y su evidente incapacidad para canalizar la protesta popular por caminos pacíficos. La creciente actividad de la vanguardia armada, que empalmó en ese proceso, donde las masas tomaron como suyos sus emblemas, fue otra característica, tal vez la más importante, del segundo Cordobazo. La posibilidad de la concreción en un futuro inmediato de un vuelco masivo del proletariado a la guerra revolucionaria, liderada por esa vanguardia, forzaron a las FF.AA. a dar el golpe que liquidará la política de Levingston, simple continuación de la de Onganía, para intentar una nueva salida. Este golpe de timón de la Dictadura Militar ahora materializada en la figura de Lanusse, es un retroceso de parte de la misma. Jaqueada por las explosivas protestas masivas de la clase obrera y el pueblo y por el desarrollo de la guerra revolucionaria, la Dictadura se repliega y comienza a hacer concesiones.
Con ello se abre un nuevo panorama en el proceso de las luchas populares" [2]
"Conscientes de la gravedad de la crisis del capitalismo argentino, temerosos ante la enérgica reacción popular y el surgimiento de organizaciones guerrilleras íntimamente unidas a las masas, la camarilla militar gobernante recurrió al GAN, a una propuesta de acuerdo con los distintos partidos políticos burgueses y pequeño-burgueses, para asentar en esta base social amplia su política contrarrevolucionaria de represión brutal a los brotes guerrilleros y a la vanguardia clasista, elementos principales de la guerra popular de larga duración iniciado en nuestra patria".
"La camarilla de Lanusse comprende que para que esa maniobra cuaje, necesita de la participación, del apoyo de todos los sectores con arraigo popular, principalmente el Peronismo. De ahí los coqueteos con la Hora del pueblo y el ofrecimiento a Perón de permitir su retorno, devolver el cadáver de Evita y otras concesiones con las que pretenden llegar a un acuerdo, incorporar al Peronismo a su política contrarrevolucionaria".
"El Gral. Perón manifiesta que no se prestara a las maniobras dictatoriales, pero al mismo tiempo, en los hechos, con el apoyo abierto brindado al paladinismo y a Rucci, a la hora del pueblo y a la burocracia sindical traidora, entra en esa maniobra, favorece objetivamente los planes de la dictadura, contribuyendo a confundir a amplios sectores populares que, hartos de los militares, están dispuestos a aceptar un nuevo gobierno parlamentario burgués, el retorno a escena de los politiqueros que hace 5 años repudiará másivamente" [3]
En definitiva el GAN, como se demostró posteriormente, fue una hábil maniobra de la burguesía para contener con el engaño el formidable avance revolucionario de nuestro pueblo, engaño que consistió en un nuevo retorno al régimen parlamentario, esta vez bajo el signo Peronista, mediante un proceso electoral completamente controlado por las clases dominantes. El plan burgués fue una vez más tácticamente exitoso y logro despertar nuevas esperanzas en las masas hacia una salida parlamentaria. Pero ello no le reportó ventaja alguna, como veremos más adelante, por la persistencia e intensificación de la lucha popular en sus diversas manifestaciones.
Sin embargo, es necesario detenernos para analizar las causas de los repetidos éxitos de la burguesía en mantener su dominación de clase pasando del parlamentarismo al bonapartismo militar y viceversa, maniobra repetida reiteradamente.
Desde 1952 el capitalismo argentino vive una profunda crisis economico-social, sometido a la formidable presión de un pueblo combativo que no se resigna a la explotación y el sometimiento, que ha luchado denodadamente en los últimos 22 años. Sin embargo, la burguesía que no logra estabilizar el país en lo económico-social, ha tenido éxito hasta ahora en lo político salvaguardando con hábiles maniobras el poder, resorte decisivo en la lucha de clases.
Sin opción revolucionaria de poder
La razón fundamental por la que pese a la enérgica lucha de nuestro pueblo, las clases dominantes no han visto peligrar su dominación política ha sido la ausencia hasta el presente de una opción revolucionaria de poder que ofreciera a las masas una salida política fuera de los marcos del sistema capitalista.
Hasta ahora la clase obrera y el pueblo argentino no han conseguido darse una fuerza política propia de carácter revolucionario. Por ello ha estado sometido constantemente a la influencia de los partidos políticos burgueses y no ha logrado identificar las distintas engañifas preparadas por la burguesía, cayendo en consecuencia en el error, dando su apoyo de buena fe a sus propios verdugos.
Naturalmente que la burguesía emplea todos sus poderosos medios materiales; la prensa, la radio y la TV; sus agentes en el campo popular; la intimidación y la persecución represivas, el soborno, etc., con el objeto de dividir las fuerzas populares, de impedir a toda costa cualquier avance en la construcción de organizaciones revolucionarias. Naturalmente que la burguesía emplea todos sus recursos en difundir entre las masas toda clase de ideas erróneas, de esperanzas en las soluciones y lideres burgueses tanto políticos como militares. Naturalmente que la burguesía emplea todas sus fuerzas en calumniar al socialismo, en mentir descaradamente para crear temor y desconfianza hacia el poder obrero revolucionario.
Otro factor que contribuye poderosamente a mantener oculta la necesidad de arrebatar el poder estatal de manos de la burguesía, es el rol de las corrientes reformistas y populistas como el Partido Comunista y Montoneros, por ejemplo, que desde el campo del pueblo - y por tanto escuchados con interés por las masas- difunden también falsas esperanzas apoyando sin rubores a uno u otro dirigente de la burguesía pretendidamente " progresista", perdiéndose en el laberinto de la lucha interburguesa y desviando tras de sí a sectores de las masas, lejos del verdadero camino revolucionario, el camino de la lucha consecuente y constante por la toma del poder.
Debido a estos factores, a la debilidad de las fuerzas revolucionarias, al hábil trabajo contrarrevolucionario de la burguesía, y a las erróneas ideas sostenidas y practicadas por ciertas corrientes del campo popular, la burguesía ha podido maniobrar con tranquilidad en el campo político durante los últimos 22 años de crisis económico-social, pasar sin mayores dificultades del parlamentarismo, conducir con estos movimientos al pueblo y mantener sólidamente el control de todos los resortes del Estado.
Comprender claramente esta cuestión, saber identificar las maniobras y trampas que la burguesía emplea para conservar el gobierno, grabarnos en nuestras mentes y grabar en la mente del pueblo que no hay solución a los problemas de las masas sin despojar del poder a las capitalistas, sin destruir su ejército y su aparato represivo, es la cuestión más vital en el estado actual del proceso revolucionario argentino.
La lucha de nuestro pueblo registra fundamentalmente avances en los últimos años. Consignas socialistas han sido inscriptas profusamente en distintos programas de luchas de las masas; el sindicalismo clasista recupera numerosos sindicatos de manos de la burocracia sindical y está a punto de centralizar su actividad nacionalmente; las masas pobres del campo y la ciudad crean y desarrollan ligas campesinas y federaciones villeras; se han fundado y operan prácticamente en todo el país efectivas unidades guerrilleras urbanas y rurales con lo que se dio un paso fundamental en el armamento del proletariado y el pueblo; surgió un pujante movimiento socialista legal y semilegal de características revolucionarias; y finalmente, la consolidación, desarrollo y maduración de nuestro partido, el PRT, señala el camino para la solución del principal problema de toda revolución: la dirección proletaria revolucionaria de la lucha popular en su conjunto.
Todos estos elementos anuncian que los argentinos estamos hoy día en condiciones de superar el déficit fundamental que hemos señalado, de dotarnos de una opción revolucionaria que nos permita arrancar a las masas de la influencia burguesa y encaminarnos con firmeza hacia la captura del poder hasta voltear a los políticos y militares capitalistas, destruirles su aparato de dominación (ejército, policía, parlamento, etc.), instaurar el poder obrero y popular socialista, y construir un nuevo sistema de gobierno, un nuevo estado, basado en la movilización y participación de todo el pueblo para aplastar definitivamente hasta la última resistencia del capitalismo y edificar el justo régimen socialista.
Tercer gobierno peronista
Triunfantes en las elecciones generales del 11 de marzo, Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima, candidatos del FREJULI a Presidente y Vicepresidente, dirigieron sus primeros pasos políticos a contener las actividades revolucionarias y la lucha de masas en general sobre la base de vagas y rimbombantes promesas de cambios "revolucionarios".
Surgido de una campaña electoral pro-socialista y pro-guerrillera, el gobierno peronista de Cámpora se propuso iniciar su gestión con algunas concesiones secundarias a la izquierda peronista y una apertura internacional hacia los países socialistas que le diera un barniz "revolucionario". Dentro de esas concesiones estaban comprendidas algunas leyes reclamadas prioritariamente por las masas, en primer lugar la amnistía a los combatientes y la derogación de la legislación represiva. Pero el propósito del gobierno peronista era otorgar una amnistía gradual, parcial y condicionada, que comenzara poniendo en libertad a los combatientes peronistas y condicionara la de los guerrilleros marxistas a la aceptación de la tregua por parte del ERP. La dirección burguesa y burocrática del peronismo, entusiasmada por los 6 millones de votos obtenidos, confiaba irracionalmente en que nuestro pueblo seria engañado con facilidad y suspendiera su lucha, seguiría la orientación formulada "de trabajo a la casa y de la casa al trabajo". El mismo 25 de mayo las masas hicieron trizas todos esos planes lanzándose a la calle y obligando con el "devotazo" a la inmediata liberación de todos los combatientes.
Desde ese momento ya se vio que el triunfo táctico obtenido por la burguesía en el proceso electoral, tras una laboriosa preparación, no serviría para contener la lucha de masas, aislar a la guerrilla y a la vanguardia clasista, para destruirlas, y abrir así posibilidades de recuperación capitalista, objetivos inmediatos centrales de la burguesía argentina y el imperialismo yanki.
A partir del 25 de mayo las masas ganaron la calle, obtuvieron nuevos triunfos contra la burocracia sindical, enfrentaron con energía a las patronales y se movilizaron para exigir distintas soluciones al gobierno que habían elegido con sinceras esperanzas. Este auge de masas favorecido por la libertad conquistada, bario un ancho cauce para el desarrollo de las organizaciones progresistas y revolucionarias. Particularmente las organizaciones armadas peronistas FAR y Montoneros evidenciaron un impetuoso crecimiento en el estudiantado y en el movimiento villero, perfilándose como la corriente interna del peronismo de mayor influencia de masas, e iniciando actividades en el proletariado fabril.
La vacilación de las masas pequeño-burguesas y de su vanguardia en el periodo pre y post- electoral fue muy grande; impresionadas por la masiva propaganda de la burguesía, se inclinaron en general a aceptar el "progresismo y el antiimperialismo" del gobierno y a considerar que sus esfuerzos de pacificación y "reconstrucción nacional", es decir de contención de la lucha de masas, serian coronados por el éxito.
En esta situación nuestro Partido adopto frente al nuevo gobierno una línea principista, resistiendo con éxito las presiones burguesas y pequeño-burguesas. Gracias a esa categórica y clara posición, nuestra organización queda a los ojos de las masas como consecuentemente revolucionaria, fiel defensora de los intereses proletarios y populares, libre de todo rasgo oportunista. Gracias a esa clara posición, que denunciaba sin ambages las intenciones contrarrevolucionarias del peronismo gobernante y anticipaba con acierto los rumbos antipopulares que seguiría el nuevo gobierno, nuestro Partido conquistó la confianza de amplios sectores de masas, aquellos a los que llegó nuestro pronunciamiento resumido en la declaración "RESPUESTA AL PRESIDENTE CAMPORA" distribuida profusamente en las principales concentraciones obreras y populares. Nadando contra la corriente, el PRT y el ERP crecieron con consistencia y homogeneidad centrando sus esfuerzos de construcción en proletariado fabril.
En oposición al crecimiento de las fuerzas populares, el ala fascista del peronismo encabezada por López Rega comenzó a desarrollar intensa actividad con el Ministerio de Bienestar Social como centro operativo. Organizando rápidamente bandas parapoliciales, los fascistas prepararon un furibundo ataque a las fuerzas de izquierda que se concreto el 20 de junio en Ezeiza. El día del regreso de Perón las bandas fascistas, bajo la jefatura inmediata de Osinde, tendieron una impresionante emboscada a las columnas de la izquierda peronista que concurrían desprevenidas al recibimiento de su líder. Decenas de muertos y heridos fue el saldo de este criminal ataque, punto de partida de una ofensiva general del peronismo burocrático para desalojar a la izquierda de las posiciones conquistadas en el gobierno, en lo inmediato, e intentar la destrucción total de las organizaciones armadas peronistas FAR y Montoneros y corrientes afines.
El paso siguiente fue el desplazamiento de Cámpora, Righi, Puig, Vázquez, de todos los funcionarios sensibles a la presión de las masas, mediante el autogolpe contrarrevolucionario del 13 de julio. Si bien desde su asunción con Cámpora el gobierno peronista había mostrado una clara orientación burguesa y proimperialista, materializada en el pacto social y otras medidas antipopulares, a partir del 13 de julio, con el interinato de Lastiri, tomo un franco cauce derechista.
El comienzo de un formidable despliegue de las fuerzas progresistas y revolucionarias de nuestro pueblo, amparado en la legalidad y democracia conquistadas, llenó de preocupación y temor al conjunto de la burguesía. La dirección burguesa y burocrática del peronismo, interpretando fielmente las inquietudes de su clase, decidió intervenir rápidamente con el auxilio y apoyo activo de toda la clase capitalista. El autogolpe del 13 de julio estuvo dirigido en consecuencia a frenar el crecimiento de las fuerzas progresistas y revolucionarias, a impedir la acumulación de fuerzas progresistas y revolucionarias, a impedir la acumulación de fuerzas en el campo popular.
Por eso podemos afirmar categóricamente que la brusca caída de Cámpora, quien no alcanzo a estar dos meses en el gobierno, marca la crisis del intento peronista de contener la lucha popular con una política centrada en el engaño.
Desde el mismo 25 de mayo se vio que nuestro pueblo no acataría tregua alguna y que por el contrario se lanzaría con renovados bríos a defender sus intereses con la movilización y el accionar armado. La conciencia de ese fracaso llevo al peronismo burgués a cambiar su táctica y plantearse enfrentar a las masas teniendo como eje la represión armada. Lastiri tomo las riendas del gobierno decidido a "hacer tronar el escarmiento", con la esperanza de golpear duro y con eficacia. Coloco con ese fin al General Iñiguez a la cabeza de la policía Federal, ubico en las policías provinciales a ciertos personajes como García Rey en Tucumán, ordeno golpear sin contemplaciones, policial y para-policialmente, contra todas las fuerzas progresistas y revolucionarias.
Esta política de fuerza mostró también su impracticabilidad rápidamente. La lucha popular no solo no cesó, sino que se intensificó y los intentos represivos fueron frenados en seco. Tal es el caso de Tucumán donde el fascista García Rey que se atrevió a detener numerosos compañeros para atemorizar a las masas, en octubre de 1973, fue enfrentado exitosamente por la movilización popular que logro la libertad de todos los detenidos y obligo a la separación de García Rey. Esta reacción del pueblo tucumano llamó a la realidad al gobierno peronista y lo obligó a ser más respetuoso y cuidadoso.
De todas maneras, la orientación represiva gubernamental se mantuvo desde entonces dando origen a distintas medidas, a la promulgación de una nueva legislación represiva más brutal aun que la de la dictadura militar, al encarcelamiento de gran cantidad de combatientes y activistas de los cuales más de un centenar sufren prisión en estos momentos en las cárceles de la burguesía; al apaleamiento y hasta el baleamiento de manifestaciones con el saldo de numerosos muertos y heridos.
Pero esta nueva política, lejos de contenerla, exacerbó la lucha de nuestro pueblo. Las manifestaciones continuaron, las huelgas continuaron, las operaciones guerrilleras continuaron. Todas las amenazas y medidas represivas que tomó el gobierno después de la nueva elección presidencial de los siete millones de votos, no lograron atemorizar al pueblo ni detener su lucha. Inútiles fueron los discursos amenazantes, inútiles las designaciones de torturadores y asesinos como Villar y Margaride, inútiles los gigantescos operativos policiales. Las fuerzas progresistas y revolucionarias se afirmaron, se consolidaron, aceleraron su desarrollo y dieron efectivas y demoledoras respuestas en todas las formas de lucha.
No solo en el terreno democrático el gobierno peronista tomó claramente una dirección antipopular. La política económica y social siguió desde el 25 de mayo una coherente línea proimperialista y promonopolista. La ley de inversiones extranjeras favorece al capital imperialista; la política de exportación favorece al capital imperialista; la política de carnes favorece a los grandes ganaderos; la proyectada ley del petróleo favorece a las compañías multinacionales. Pese a que la economía de nuestra patria está dominada por el capital extranjero, este gobierno supuestamente "antimperialista" no tomo ninguna medida para corregir esta situación.
La política internacional, en cambio, registra una notable apertura hacia el campo socialista y particularmente hacia la revolución cubana. Este hecho, positivo en si, en cuanto constituye un retroceso del imperialismo yanki y del capitalismo latinoamericano frente a la firmeza de roca del primer estado socialista de nuestro continente, no es extraño ni opuesto a una política burguesa coherente, no se sale de los marcos de una política burguesa.
Durante más de 10 años, el imperialismo yanki y sus socios menores -las burguesías latinoamericanas- aplicaron una feroz política de aislamiento a la revolución cubana. Total bloqueo comercial, ruptura de relaciones diplomáticas, fueron las armas empleadas por la contrarrevolución para aislar a Cuba de los demás pueblos latinoamericanos. Pero superando todas las dificultades del pueblo cubano, bajo la correcta dirección de su partido y del Comandante Fidel Castro, contando con la insustituible ayuda del campo socialista, avanzo exitosamente en la consolidación de su revolución, en la edificación del socialismo, demostrando en los hechos que un pueblo unido y organizado, claro en sus objetivos revolucionarios, determinado a vencer las peores dificultades, es capaz de triunfar a agresiones, bloqueos y aislamientos.
Ante la consolidación definitiva de la revolución cubana, el imperialismo yanki y las burguesías latinoamericanas tienden a cambiar de línea, a suspender el bloqueo y reanudar relaciones diplomáticas. En esa nueva línea general abre el camino la burguesía argentina. En cuanto a la actitud frente a la Unión Soviética, China y además países socialistas, no difiere sustancialmente de la que aplicaron los gobiernos anteriores, incluida la dictadura militar.
En síntesis, la política internacional del gobierno es una política burguesa realista, de coexistencia pacífica, similar a la que vienen aplicando desde hace años la mayoría de los países capitalistas, que en cuanto favorece al desarrollo del comercio es también beneficiosa para los países socialistas. Es más, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que esa política coincide con la orientación general del imperialismo yanki, que respecto a Cuba ya ha perdido las esperanzas de impedir la consolidación del socialismo en la heroica isla y tiende a conformarse con intentar neutralizar su influencia revolucionarias en el continente.
No cabe ninguna duda entonces que la política del gobierno peronista corresponde claramente a una estrategia contrarrevolucionaria, antipopular y antinacional tal como lo entiende nuestro pueblo que, a partir de principios de este año, dirige ya con decisión su lucha contra la política gubernamental.
Este carácter reaccionario y represivo del gobierno peronista se ha acentuado a partir de la consolidación del ala fascista de López Rega. Sin diferenciarse en la política económica, coexistían en el gobierno dos alas que después de la muerte de Perón intentaron desplazarse mutuamente. Por un lado el ala fascista encabezada por López Rega que impulsa un proyecto político de basar la "reconstrucción nacional" en un estado policial.
López Rega, admirador confeso de Hitler, Mussolini y Franco, opina que la única forma de salvar al capitalismo argentino es aplastando militarmente a las fuerzas revolucionarias y estableciendo un sistema masivo de control policial y represión que impida cualquier resurgimiento de luchas populares y actividades revolucionarias.
Por otro lado el ala Gelbard, prefería luchar contra las fuerzas revolucionarias con habilidad, intentando el aislamiento político de la guerrilla y el sindicalismo clasista y las demás fuerzas consecuentemente clasistas y revolucionarias. La línea Gelbard tendía a ampliar la base social del gobierno incorporando más activamente al radicalismo, al reformismo, particularmente al Partido Comunista e incluso a Montoneros, servirse de ellos para contener la lucha de masas y lograr la ansiada estabilidad política que haga posible serios intentos de recuperación capitalista.
Ambos proyectos son irrealizables a corto y mediano plazo. La lucha de clases argentina se agudiza día a día y se encamina a grandes choques de clase, a una situación revolucionaria. El proletariado y el pueblo han iniciado en 1969 un proceso de guerra revolucionaria en respuesta a la explotación y a la opresión burguesa y ese proceso no se detendrá a corto ni mediano plazo.
El plan fascistoide de López Rega, que finalmente se impuso y sé esta aplicando, es irrealizable porque la fuerza del movimiento de masas no admite hoy día ninguna posibilidad de establecer con éxito un gobierno policial. El plan de Gelbard -quien capituló ante López Rega y abandonó a sus aliados- era también irrealizable porque gracias a las recientes experiencias y al peso adquirido por la vanguardia revolucionaria no hay posibilidades ahora que nuestro pueblo pueda ser engañado.
Promesas versus realidades
Al votar masivamente por el peronismo en las elecciones del 11 de marzo y del 23 de setiembre, el pueblo argentino voto por un programa progresista estructurado en torno a la consigna "Liberación o Dependencia", caballito de batalla de la campaña electoral del FREJULI. Es así que nuestro pueblo esperaba que el gobierno peronista emprendiera un camino de soluciones antiimperialistas y revolucionarias y esperaba una actitud firme ante los odiados militares, de quienes se descontaba su oposición a cualquier medida progresista. Es así que desde el mismo 25 de mayo el pueblo argentino se moviliza enérgicamente contra los militares, por la liberación de los combatientes, contra las empresas y la burocracia sindical.
Todas las esperanzas de los argentinos fueron defraudadas progresivamente en corto tiempo. Las primeras definiciones y medidas gubernamentales mostraron que los imperialistas no serian tocados. Y a partir del 20 de junio fue evidente que el gobierno haría todo lo posible por destruir las fuerzas revolucionarias de nuestro pueblo.
No podía ser de otra manera ya que se trata de un gobierno burgués, dispuesto a defender incondicionalmente los intereses del conjunto de la burguesía.
Un gobierno que no solo debe evitar cualquier daño al gran capital, en primer lugar al gran capital extranjero, sino que tiene como misión proporcionar condiciones para aumentar las ganancias capitalistas, proporcionar condiciones para aumentar las ganancias capitalistas. Toda su verborragia "popular", todas sus promesas "antiimperialistas" fueron y son en realidad cínicas mentiras para engañar a las masas.
Esta nueva experiencia nos enseña que no debemos esperar que los representantes de las clases explotadoras soluciones los problemas del pueblo. Naturalmente que como políticos prometerán cualquier cosa y disfrazaran sus verdaderas intenciones, incluso de palabra pueden pronunciarse contra el capitalismo y por el socialismo, pero serán siempre fieles a su clase, estarán controlados por ella y harán lo imposible para mantener y consolidar su predominio y sus ganancias. Aun en el supuesto que un determinado dirigente burgués, pongamos por ejemplo un alto dirigente peronista o radical, o un militar de alta graduación se convenciera sinceramente pasándose a la causa popular (lo que es muy pero muy difícil por no decir imposible), ese dirigente se vería imposibilitado de concretar ninguna solución porque inmediatamente seria enfrentado y desplazado por su propio partido, por los militares, por su propia clase.
Las soluciones a los problemas del pueblo y de la patria, que son soluciones profundamente revolucionarias, solo pueden provenir de un nuevo poder obrero y popular revolucionario, que gobierne sin ataduras, sin otro control que el de la masa del pueblo y sus organizaciones revolucionarias, que se apoye en la movilización popular y realice sin dilaciones los profundos cambios que la Argentina necesita.
Reformismo y Populismo
La lucha por el poder obrero y popular, por el socialismo y la liberación nacional, es inseparable de la lucha contra el populismo y el reformismo, graves enfermedades políticas e ideológicas existentes en el seno del campo popular. El populismo es una concepción de origen burgués que desconoce en los hechos la diversidad de clases sociales; unifica la clase obrera, el campesinado pobre y mediano, la pequeña burguesía y la burguesía nacional media y grande bajo la denominación común de pueblo. Al no diferenciar con exactitud el rol y posibilidades de estas diversas clases, tiende constantemente a relacionarse, con prioridad, con la burguesía nacional y a alentar ilusorias esperanzas en sus líderes económicos, políticos y militares, incluso en aquellos como Gelbard, Carcagno o Anaya, íntimamente ligados a los imperialistas norteamericanos. La corriente popular más importante gravemente infectada con la enfermedad populista, es Montoneros. Su heroica trayectoria de lucha antidictatorial se ha visto empañada por la confianza en el peronismo burgués y burocrático, que ha causado grave daño al desarrollo de las fuerzas progresistas y revolucionarias en nuestra patria.
Con el profundo y sincero aprecio que sentimos por esa organización cimentado por la sangre de nuestros héroes comunes que se entremezclara en Trelew, pensamos que es obligación de todo revolucionario dar con franqueza la lucha ideológica, reflexionar en conjunto sobre la experiencia de su apoyo a Perón y al peronismo burgués y combatir las latentes expectativas en Carcagno, Gelbard u otros lideres de las clases enemigas.
A partir de su inevitable ruptura con el peronismo burgués y burocrático que ha comenzado a concretarse definitivamente en las últimas semanas, Montoneros tiende y tendera cada vez más a retomar lazos con las organizaciones progresistas y revolucionarias, entre ellas con nuestro partido. Tiende y tendera cada vez más a reintegrarse a su puesto de combate, a enfrentar con las armas en la mano al gobierno y las fuerzas policiales y militares de la burguesía y el imperialismo. Pero ello no implica un cambio de fondo en la concepción populista. De ahí que al mismo tiempo que saludamos la nueva orientación Montonera, estamos convencidos de la necesidad imperiosa de combatir intensamente la enfermedad ideológica y política llamada populismo, para exterminarla definitivamente del campo popular, principalmente Montoneros, la más afectada por esa temible enfermedad burguesa.
Cuando a principios de 1973 la dirección de FAR caracterizo entusiasmada al Gral. Perón como líder revolucionario y calculo que el gobierno peronista -denominado por ellos gobierno popular- llevaría adelante una política consecuentemente antiimperialista y prosocialista, nuestra organización planteo a estos compañeros:
"Estamos en presencia de un claro plan del enemigo consistente en el acuerdo entre la Dictadura Militar y los políticos burgueses, con el objeto de salvar al capitalismo, detener el proceso revolucionario en marcha. Para ello, el conjunto de la burguesía pretende volver al régimen parlamentario y de esa manera ampliar considerablemente la base social de su dominación, reducida estrictamente a las FF.AA. durante el Onganiato, aislar a la vanguardia clasista y a la guerrilla, para intentar su aplastamiento militar. La ambición de la burguesía es detener y desviar a las fuerzas revolucionarias y progresistas en su avance, y llegar a una estabilización paralela del capitalismo argentino. Este plan es irrealizable a corto y mediano plazo porque la crisis económico-social, así como la potencia actual de las fuerzas revolucionarias progresistas, lo impedirán. Sin embargo, el plan enemigo pese a su elementalidad encierra ciertos peligros, fundamentalmente el que motiva la presente carta, debido, pensamos, a la juventud, debilidad política e inexperiencia de sectores de la vanguardia revolucionarias".
"...el éxito fundamental que ha comenzado a lograr y que debemos enfrentar con todas nuestras fuerzas, es poner una cuña en las organizaciones armadas, comenzar a tener una influencia cierta en las organizaciones armadas peronistas y en sectores de la juventud peronista, dirigida a detener y desviar su accionar a partir de la consumación de la farsa electoral".
"Analizando vuestra evolución como organización revolucionaria, basados en el conocimiento surgido de la actividad en común, pensamos que vuestra actitud tiene un significado profundo y que encierra serios peligros para el desarrollo futuro de las fuerzas revolucionarias en nuestro país. Pensamos que la negativa a firmar con nosotros es una concesión de Uds. A las presiones macartistas y derechistas del peronismo burgués, y que es una cara de la moneda que tiene como reverso vuestro apoyo incondicional y activo a los políticos burgueses del peronismo y del integracionismo a los Campo, Solana Lima, Sivestre Begni, etc.".
"Esto es motivo de honda preocupación para nosotros, no solo por las trabas que coloca en el desarrollo político militar homogéneo de las organizaciones armadas, los avances hacia la unidad, sino porque muestra Uds. En una vacilación inexplicable, ante la posibilidad de suspender las operaciones militares a partir de la instauración del nuevo gobierno parlamentario que planea darse la burguesía."
Lamentablemente, estas sanas y justas observaciones no fueron escuchadas y la política de FAR-Montoneros se tiño de apoyo al gobierno contrarrevolucionario y antipopular y de una línea general divisionista en el seno del pueblo, tendiente al irrealizable propósito de aislar a nuestra organización.
Si recordamos hoy esto es porque el enemigo presentará en el futuro una nueva engañifa, posiblemente de tipo peruanista, con Carcagno a la cabeza, por ejemplo, y levantando el programa del FREJULI o quizás otro mucho más radicalizado. Para eludir ese nuevo canto del cisne es imprescindible comprender el error cometido ante el GAN, rectificar esa línea proburguesa, erradicar la enfermedad del populismo.
El reformismo a su vez reniega en los hechos de la vía revolucionaria para la toma del poder, no tiene fe en la victoria de la revolución socialista, desconfía de la capacidad revolucionaria de las masas, y busca en consecuencia avanzar en la obtención de ciertas mejoras por la llamada vía pacífica, consiguiendo progresivamente que tal o cual sector burgués que denominan "progresista", acepte concesiones a la masas, el efectivo ejercicio de las libertades democráticas, algunas mejoras en el nivel de vida del pueblo, etc. Pero como enseña el marxismo-leninismo y la experiencia práctica, las libertades y las reivindicaciones hay que sacárselas a la burguesía con enérgicas luchas.
El Partido Comunista, que es la organización popular mas destacada por la enfermedad reformista, roído por ella, desde muchos años atrás, fue inconsecuente y timorato en el periodo de la lucha antidictatorial, y aunque no adoptó una actitud negativa en los primeros meses del gobierno peronista, abriéndose a un acercamiento con las fuerzas revolucionarias, a partir del 12 de junio, cayó en la capitulación total volcando todo su peso en apoyo del ala Gelbard del gobierno y dando la espalda simétricamente a las fuerzas revolucionarias y a la lucha popular en general. El pacifismo, el temor a la justa violencia revolucionarias la desconfianza en la potencialidad y capacidad de la lucha de masas, la capitulación antes los lideres burgueses, el cretinismo parlamentario, son las formas de manifestación de la perniciosa enfermedad del reformismo que caracteriza en general la actividad del Partido Comunista, y la política de su dirección, que los lleva en determinados momentos a atacar a las fuerzas y actividades revolucionarias, sumándose al coro contrarrevolucionario de la burguesía. En la ineludible lucha ideológica contra el cáncer del reformismo, que afecta al Partido Comunista, no debemos olvidar en ningún momento que todos nuestros esfuerzos deben estar orientados a acercar a estos compañeros a las filas revolucionarias, que se trata de una organización popular compuesta por excelentes compañeros, sinceros luchadores socialistas, que pueden y deben ser librados de la enfermedad reformista.
La elevación del nivel de conciencia de la vanguardia proletaria y una constante prédica clarificadora entre las más amplias masas armarán al proletariado y al pueblo política e ideológicamente para combatir y matar enfermedades populistas y reformistas, erradicarlas definitivamente del campo popular, y curar a las organizaciones y compañeros afectados por ellas recuperándolas íntegramente para la causa obrera y popular, la causa de la liberación nacional y el socialismo, la causa de la guerra popular revolucionaria.
Situación Revolucionaria y doble Poder
Las tendencias de la lucha de clases argentina que se venían marcando cada vez más nítidamente apuntando hacia el fin del proyecto populista, y el comienzo de un período de grandes enfrentamientos de clase, han comenzado a cristalizar a partir del mes de julio de 1974. Perón, líder de masas, pese a su intransigente defensa de los intereses capitalistas, conservaba aún alguna influencia sobre sectores de nuestro pueblo. Poseía autoridad, experiencia y habilidad para mantener a flote el desvencijado barco del sistema capitalista en el tormentoso mar de la lucha obrera y popular, y había logrado restablecer trabajosa y precariamente el equilibrio con la maniobra táctica del 12 de junio. Por eso es que su muerte colocó a la burguesía ante la necesidad de adoptar de inmediato definiciones políticas - que explotadores y opresores deseaban postergar aún por unos meses- con la consiguiente agudización de la crisis interburguesa.
Este fenómeno, un notable impulso del auge de las masas; y un fortalecimiento acelerado de las fuerzas revolucionarías, políticas y militares, se combinan para configurar el inicio de una etapa de grandes choques de clases, antesala de la apertura de una situación revolucionaria en nuestra Patria. En otras palabras, entramos en un período de grandes luchas a partir del cual comienza a plantearse en la Argentina la posibilidad del triunfo de la revolución nacional y social, la posibilidad de disputar victoriosamente el poder a la burguesía y al imperialismo.
Pero apertura de una situación revolucionaria, o lo que es lo mismo, la existencia de condiciones que hacen posible el derrocamiento del capitalismo y el surgimiento del nuevo poder obrero y popular socialista, que librará definitivamente a nuestra patria del yugo imperialista y traerá la felicidad a nuestro pueblo trabajador, no quiere decir que ello pueda concretarse de inmediato. Necesariamente se deberá atravesar un período de duras y profundas movilizaciones revolucionarias, de constantes combates armados y no armados, de incesantes avances de las fuerzas revolucionarias, de movilización y efectivo empleo de la mayor parte de los inmensos recursos y potencialidades de nuestro pueblo trabajador. Ese período - qué debe contarse en años- será mayor o menor en dependencia de la decisión, firmeza, espíritu de sacrificio y habilidad táctica de la clase obrera y el pueblo, del grado de resistencia de las fuerzas contrarrevolucionarias, y fundamentalmente del temple, la fuerza y capacidad del Partido proletario dirigente de la lucha revolucionaria.
Prepararnos para resolver correctamente los difíciles problemas que han de plantearse en la situación revolucionaria que se aproxima, consiste en analizar objetivamente las características de nuestro país, la experiencia de nuestro pueblo, la dinámica de la lucha de masas, y en esforzarnos por conocer al máximo la experiencia internacional, es decir, la forma en que otros pueblos encararon y resolvieron cuestiones similares a las que se, nos presentarán.
Configurada una situación revolucionaria, de acuerdo a las enseñanzas marxistas-leninistas, comienza a plantearse en forma concreta, inmediata, el problema del poder, la posibilidad de que el proletariado y el pueblo derroquen a la burguesía proimperialista y establezcan un nuevo poder revolucionario obrero y popular. El momento en que la toma del poder puede ya materializarse es denominada por el marxismo-leninismo crisis revolucionaria, que es la culminación de la situación revolucionaria, el momento del estallido final, momento que debe ser cuidadosamente analizado por el Partido Proletario para lanzar la insurrección armada con las máximas posibilidades de triunfo. Pero entre el inicio de una situación revolucionaria y su culminación en crisis revolucionaria, media un período que puede ser más corto o más largo en dependencia de las características concretas del país. En la URSS la situación revolucionaria se inició en febrero de 1917 y la crisis revolucionaria se presentó en octubre del mismo año.
En España, la situación revolucionaria se inició en mayo de 1931 y se prolongó durante 8 años en forma de guerra civil abierta hasta la derrota de las fuerzas revolucionarias. En Vietnam se abrió en noviembre de 1940 y culminó con la toma del poder en agosto de 1945. Los ritmos y plazos del desarrollo de la situación revolucionaria están determinados por distintos factores concretos que hacen al grado de descomposición de la burguesía y al poderío de las fuerzas del pueblo, ocupando un lugar destacado el papel del partido revolucionario.
En el curso de la situación revolucionaria nace y se desarrolla el poder dual, es decir que la disputa por el poder se manifiesta primero en el surgimiento de órganos y formas de poder revolucionario a nivel local y nacional, que coexisten en oposición con el poder burgués. Una forma típica de órganos de poder dual fueron los soviets o consejos obreros y populares que se organizaron durante la Revolución Rusa, consistentes en Asambleas permanentes de delegados obreros, soldados y otros sectores populares, que asumían responsabilidades gubernamentales, en general opuestas a las intenciones del gobierno burgués. De esta forma las fuerzas revolucionarias se van organizando y preparando para la insurrección armada, para la batalla final por el poder para establecer después del derrocamiento de la burguesía un nuevo poder obrero y popular.
Las experiencias de distintas revoluciones, principalmente en China y Vietnam, han ampliado el concepto de poder dual y de insurrección, demostrando que una forma de desarrollo del doble poder puede darse con insurrecciones parciales, es decir, con levantamientos armados locales que establezcan el poder revolucionario en una región o provincia, las denominadas zonas liberadas. De acuerdo a estas experiencias, el proceso de desarrollo del doble poder en una situación revolucionaria, inseparable del desarrollo de las fuerzas armadas populares, puede surgir como zonas de guerrilla o zonas en disputa para pasar después a bases de apoyo o zonas completamente liberadas y extenderse nacionalmente hasta el momento de la insurrección general.
El desarrollo del poder dual está en todos los casos íntimamente unido al desarrollo de las fuerzas militares del proletariado y el pueblo, porque no puede subsistir sin fuerza material que lo respalde, sin un ejército revolucionario capaz de rechazar el ataque de las fuerzas armadas contrarrevolucionarias.
Naturalmente que estas fundamentales orientaciones del marxismo-leninismo que iluminan con poderosa luz nuestro camino, no debe ser tomado como esquema simplista. Es simplemente un poderosos arsenal teórico resultado de decenas de años de experiencias, que debemos tener como punto de referencia para la formulación de nuestra línea, sin olvidar que cada revolución tiene sus particularidades y que el marxismo-leninismo cobra vida y utilidad cuando es aplicado creadoramente a la situación concreta de un proceso revolucionario determinado.
El poder dual puede desarrollarse en el presente en nuestra patria tanto en la ciudad como en el campo, siempre sobre la base de una fuerza militar capaz de respaldar la movilización revolucionaria, y merced al despliegue multilateral de todas las potencialidades de nuestro pueblo, lo que significa necesariamente la dirección del Partido marxista-leninista proletario.
Estamos frente a un enemigo relativamente fuerte, que cae en la impotencia ante la generalización de la movilización; un enemigo hábil, bien armado y entrenado; un enemigo relativamente disperso que adquiere fuerza cuando puede concentrarse; un enemigo brutal y sanguinario; un enemigo cuya fuerza principal, las FF.AA. contrarrevolucionarias, tiene el talón de Aquiles del servicio militar obligatorio, que hace posible un rápido y demoledor trabajo político en la masa de soldados; un enemigo políticamente débil, con serias disensiones internas y enmascarado aun en la "legalidad" parlamentaria.
Contamos con un poderoso y combativo movimiento de masas vertebrado por el proletariado industrial, extendido en todo el país, con experiencia de lucha; contamos con una amplísima vanguardia proletaria inclinada hacia la revolución, ávida de ideas socialistas y deseosa de contar con una sólida organización revolucionaria; contamos con un estudiantado combativo y un campesinado pobre dispuesto a luchar; contamos con fuerzas urbanas y rurales, aun pequeñas pero bien organizadas y relativamente fogueadas; contamos con numerosas y extensas organizaciones de masas que engloban a la mayor parte de los trabajadores del país; contamos finalmente con un aguerrido partido revolucionario que crece y se consolida diariamente, aunque aun esta limitado por distintos déficits, fundamentalmente su debilidad numérica y su limitada vinculación con las masas proletarias y trabajadoras en general.
A partir del Cordobazo y basándose en experiencias anteriores menores nuestro pueblo tiende a insurreccionarse localmente, tiende a movilizarse aquí y allá, tomar sectores de ciudades y poblaciones, erigir barricadas y adueñarse momentáneamente de la situación rebasando las policías locales y provinciales.
Por eso podemos afirmar que en la Argentina, en un periodo inicial, el doble poder ha de desarrollarse en forma desigual en distintos puntos del país, es decir que han de surgir localmente formas y órganos de poder obrero y popular, permanente y transitorio, coexistiendo con el poder capitalista, enfrentándolo constantemente bajo el formidable impulso de la movilización de masas.
Formas de Poder local
El problema práctico que nuestro pueblo debe resolver a partir de la nueva situación, es lograr paso a paso la acumulación de fuerzas necesarias para la lucha final por el poder estatal que debemos arrancar de manos de la burguesía. Esa fundamental cuestión se resolverá en la situación revolucionaria que comenzamos a vivir, con el desarrollo del poder dual, tanto en su forma general de oponerse a ciertos planes del gobierno burgués e imponer las soluciones obreras y populares a determinadas situaciones en base a enérgicas movilizaciones de masas, llegando de esa manera a la constitución transitoria de órganos de poder a nivel general, como en su forma de poder local, manifestación principal del poder dual, en todo el próximo periodo, punto de partida sólido para una gigantesca acumulación de fuerzas revolucionarias.
La lucha popular es desigual. Se desarrolla parcialmente, en un lugar de una manera, en otro de otra; en un lugar en un momento, en otro en otro momento. Necesitamos que todas esas luchas que se dan en distinto tiempo y lugar y con una fuerza y alcances diferentes, den siempre por resultado un aumento de la fuerza de todo el pueblo, que se vayan acumulando, hasta el momento que sea oportuno lanzar el ataque final, en todo el país y con todas las fuerzas disponibles, para llevar al triunfo la insurrección armada obrera y popular.
Pongamos un ejemplo. En una fabrica grande se inicia una lucha reivindicativa o antiburocratica, que enseguida choca no solo con la empresa y la burocracia sindical, sino también con la policía, con el Ministerio de Trabajo, en una palabra con el gobierno burgués y sus fuerzas represivas. El sindicato o comisión interna que dirige la lucha, moviliza a todos los trabajadores, gana un primer conflicto y amplia su fuerza. Si esa lucha se mantiene ahí, inevitablemente tendera a debilitarse porque como es aislada, el enemigo puede combatirla pacientemente. Después de un tiempo, en el curso del cual se dan nuevas movilizaciones, la "santa alianza" enemiga (empresa, burocracia, fuerzas represivas y gobierno) lanza su contraofensiva y mucha s veces la vanguardia obrera, influida por el espontaneismo, el populismo, el reformismo, o simplemente por falta de orientación política, es derrotada por no animarse a luchar, a veces, o por dar una batalla desesperada. En cambio, actuando correctamente, en el caso que damos como ejemplo hipotético, el sindicato o Comisión interna clasista, al hacer conciencia de la situación revolucionaria que vivimos, comprenderá que el eje de sus esfuerzos debe dirigirse a acumular fuerzas. De esa manera, ante el primer triunfo, se preocupara inmediatamente para tomar los demás problemas de la población, acercarse a las organizaciones villeras y barriales, a otros sindicatos y comisiones internas, y fundamentalmente participara y alentara a los activistas a participar en la construcción de las fuerzas revolucionarias, las células del PRT, las unidades del ERP, el Frente Antiimperialista.
Ello ha de llevar enseguida al surgimiento de formas de poder local, a encarar la solución soberana de los distintos problemas de las masas locales. Avanzar hacia el desarrollo del poder local, primero enmascarado y después abierto, como veremos enseguida, es el paso que media entre la lucha parcial de masas y la insurrección general, paso que es necesario dar desde ahora en todos los lugares en que sea posible.
Constituir órganos abiertos de poder local no puede ser un hecho aislado ni espontáneo. El enemigo en cuanto tenga conocimiento de que en un barrio, en una localidad o una ciudad el pueblo se ha organizado por sí solo y comienza a resolver a su manera los problemas de la producción, de la salud, de la educación, de la seguridad pública, de la justicia, etc., lanzará con furor todas las fuerzas armadas de que pueda disponer con la salvaje intención de ahogar en sangre ese intento de soberanía. Por ello el surgimiento del poder local debe ser resultado de un proceso general, nacional, donde aquí y allá, en el norte y en el sur, en el este y en el oeste, comiencen a constituirse organismos de poder popular comiencen las masas a tomar la responsabilidad de gobernar su zona. Esa multiplicidad y extensión del poder local dificultará grandemente las posibilidades represivas y hará viable que unidades guerrilleras locales de pequeña y mediana envergadura defiendan exitosamente el nuevo poder.
La movilización de las masas apunta en nuestro país en esa dirección. La actividad consciente de los revolucionarios hará posible que el proceso de surgimiento y desarrollo del poder local, punto de partida para disputar nacionalmente el poder a la burguesía proimperialista, evolucione armónicamente, exitosamente.
A partir de la lucha reivindicativa está hoy planteado en Argentina, en algunas provincias, en algunas ciudades, en algunas zonas fabriles y villeras, la formación de órganos embrionarios de poder popular. Pero, en general en lo inmediato no es conveniente dar un paso que atraerá rápidamente la represión contrarrevolucionaria. En esos casos puede avanzarse enmascarando hábilmente tras distintas fachadas el ejercicio del poder popular. En una villa, por ejemplo, bajo el enmascaramiento de la Asociación Vecinal, pueden organizarse distintas comisiones que encaren el problema de la salud, de la educación, de la seguridad, de la justicia, de la vivienda, etc., con una orientación revolucionaria, mediante la constante movilización de toda la villa, teniendo como objetivo central la construcción de sólidas fuerzas revolucionarias políticas y militares. En un pueblo de Ingenio Azucarero igual papel podría jugar el Sindicato. Pero esto sólo como pasos iniciales de los que habrá que pasar en el momento oportuno a la organización de una Asamblea o Consejo local que se constituya oficialmente como poder soberano de la población de la zona.
En el campo, donde la presencia directa del estado capitalista es relativamente débil, el desarrollo del poder local será más rápido y más efectivo, en cuanto estará en condiciones de brindar desde el comienzo sustanciales mejoras a las masas. Pero su enmascaramiento será más difícil y recibirá inicialmente los más feroces ataques del enemigo. Establecer órganos de poder local en el campo sólo será posible con el respaldo de unidades guerrilleras medianas capaces de rechazar exitosamente los ataques del Ejército Contrarrevolucionario.
Unidad y movilización popular: el frente antiimperialista
No hay posibilidades de avanzar sólidamente en el desarrollo del poder local sin constantes avances en la unidad y movilización más amplia de las masas populares. Este es un problema crucial que será resuelto mediante una sabia combinación de avances en la movilización política de masas por abajo con una correcta política de acuerdos entre las distintas organizaciones obreras y populares6.
La movilización patriótica y democrática de las más amplias masas del pueblo argentino tiene ya una importancia fundamental. Aprovechando todos los resquicios legales, la lucha democrática, patriótica, antiimperialista, constituye un segundo frente desde el que se hostigará al régimen capitalista-imperialista desplegando con energía la violencia política de todo el pueblo, impulsando la intervención de las más amplias masas en la lucha revolucionaria, garantizando la íntima vinculación de las fuerzas políticas y militares clandestinas con el conjunto del pueblo trabajador, fuente inagotable de recursos morales y materiales para las necesidades de la guerra popular. La unidad y movilización patriótica de todo el pueblo requiere la construcción de una herramienta política orgánica que la centralice, organice, impulse y oriente. Es el Ejército Político de las masas, el Frente Antiimperialista que es necesario organizar en el curso mismo de la movilización, como propulsor y resultado de la intensa actividad política, legal, semilegal y clandestina de las más amplias masas populares.
Este Frente Antiimperialista, a partir de experiencias como la del FAS, debe enraizar orgánicamente en las masas con su política patriótica y revolucionaria, contener en su seno la mas amplia gama de organizaciones representativas, partidos y corrientes políticas socialistas, peronistas, radicales, cristianos, etc., sindicatos y agrupaciones sindicales antiburocráticas, centros y federaciones estudiantiles, uniones, ligas y federaciones campesinas, asociaciones y federaciones villeras y barriales, federaciones de aborígenes, organizaciones juveniles y femeninas, comisiones de solidaridad con los presos, etc. etc.
No es ésta una tarea sin dificultades. Requiere partir de un amplio espíritu unitario, solidario y de servicio incondicional a la causa del pueblo. Pero la heterogeneidad social del Frente Antiimperialista producirá sin duda dificultades y luchas interiores que necesitan un tratamiento paciente y constructivo. Unidad frente al enemigo y lucha ideológica y política en el interior de la alianza, es una característica esencial del Frente Antiimperialista porque desde el momento que agrupa o tiende a agrupar al conjunto del pueblo, a la clase obrera, la pequeña burguesía urbana, el campesinado pobre y los pobres de la ciudad, y en ciertos períodos hasta sectores de la burguesía nacional media, contra el enemigo común, no puede evitarse una aguda lucha de clases en su seno. Pero esta lucha de clases tiene un carácter ideológico y político pacífico, que puede y debe resolverse sin la ruptura de la unidad; es una contradicción no antagónica en el seno del pueblo que puede y debe solucionarse mediante la crítica, la autocrítica y la educación revolucionaria. Sin embargo tiene una importancia capital, porque sólo la hegemonía del proletariado en la conducción del Frente Antiimperialista puede garantizar la persistencia de una correcta línea de movilización de masas y desarrollo del poder local en el marco de la victoriosa política de guerra revolucionaria.
Ese mismo Frente Antiimperialista que debemos construir a partir de la experiencia del FAS y otras organizaciones similares, es quien deberá motorizar la organización del poder local, tomando en sus manos, a partir del consenso popular, la organización de las masas de la zona y la construcción de los consejos o asambleas soberanas con delegados de los distintos sectores de la población. Para ello se requiere pericia, preparación, intercambio de experiencias y un trabajo revolucionario bien organizado que prevea las distintas cuestiones relacionadas, que forme los cuadros necesarios, etc. etc. El Frente Antiimperialista debe reunir y organizar los inmensos recursos de las más amplias masas y colocarlos al servicio de la lucha revolucionaria por el poder, del desarrollo del poder local, hacia la preparación de la victoriosa insurrección general del pueblo argentino.
La unidad y movilización patriótica de nuestro pueblo se agigantará paralela al desarrollo de la lucha reivindicativa de las masas y de la creciente envergadura de las actividades revolucionarias clandestinas políticas y militares. El conjunto de estas luchas, que interrelacionadas constituyen la aplicación de una línea de guerra revolucionaria, permitirán poner de pie a centenares de miles de argentinos que apoyados por millones constituirán una poderosa fuerza revolucionaria capaz de derrotar a los capitalistas, a sus fuerzas armadas contrarrevolucionarias y despojarlos definitivamente del poder. Capaz de establecer un Gobierno Revolucionario Obrero y Popular, de destruir en sus cimientos el sistema de explotación y opresión burgués-imperialista, e iniciar la construcción de la Nueva Patria Socialista, abriendo así un largo período de libertad y felicidad para nuestro querido pueblo.
La construcción del Ejército del Pueblo
Después de más de tres años de combate urbano, nuestro pueblo ha iniciado la construcción de unidades guerrilleras urbanas y rurales estructuradas en una perspectiva de fuerzas regulares. A partir de esa experiencia y de los recursos acumulados, los argentinos estamos hoy en condiciones de avanzar con rapidez en la construcción de un poderoso ejército guerrillero.
En un primer período inmediato que posiblemente lleve varios años, debemos abocarnos a la organización de unidades locales pequeñas y medianas, a nivel de compañía, batallón y regimiento, íntimamente unidas al desarrollo del poder local, capaces de enfrentar triunfalmente, con el apoyo de la población, cualquier ataque de las fuerzas represivas. De esas unidades locales han de surgir en el futuro, las brigadas y divisiones del Ejército Revolucionario del Pueblo regular que respaldará la victoriosa insurrección general del pueblo argentino.
Como parte del ejercicio soberano del poder por el pueblo en determinadas zonas, se crearán milicias de autodefensa obreras y populares que al encargarse progresivamente por sí solas de garantizar efectivamente la defensa de su zona ante los embates represivos, harán posible que las compañías, batallones y regimientos guerrilleros se liberen de sus obligaciones locales y avancen en su transformación en brigadas y divisiones regulares, brazo de acero del pueblo revolucionario. La formación de las milicias de autodefensa, fuente asimismo de combatientes y cuadros militares para las fuerzas regulares, es un problema serio, delicado, que exige una política prudente, reflexiva, consistente. Los espontaneistas, con su irresponsabilidad y ligereza característica gustan plantear sin ton ni son ante cada movilización obrera y popular por pequeña y aislada que sea, la formación inmediata de milicias de autodefensa. Naturalmente que para ellos es sólo una palabra con la que pretenden colocarse a la izquierda de nuestro Partido en el terreno de la lucha armada y no existen riesgos de que lleguen a concretarlo. Pero sectores proletarios y populares de vanguardia, plenos de combatividad, pueden caer bajo la influencia de esta hermosa consigna y llegar a la formación apresurada de tales milicias exponiéndose y exponiendo prematuramente a sectores de las masas a los feroces golpes de la represión con resultados contraproducentes. Las milicias de autodefensa son parte esencial en el armamento obrero y popular, constituyen sólidos pilares en la edificación de las fuerzas armadas revolucionarias, pero por su amplio carácter de masas sólo pueden surgir de una profunda y total movilización del pueblo en zonas de guerrilla o zonas liberadas.
En la construcción de las fuertes unidades guerrilleras del presente, esfuerzo que se nutrirá del generoso aporte de la clase obrera y el pueblo, tienen responsabilidad fundamental las actuales organizaciones y grupos armados, principalmente nuestro ERP que cuenta con mayor experiencia de combate. Unificar los esfuerzos de edificación guerrillera luchando contra la dispersión, el sectarismo y el individualismo es una tarea que tenemos por delante y que correctamente solucionada facilitará la formación de las unidades necesarias, al centralizar todos los recursos disponibles. Porque construir una fuerza militar como la que necesitamos, más aún en las condiciones de dominación capitalista y frente a un enemigo relativamente poderoso, es una tarea realizable pero difícil y compleja. Es una tarea perfectamente realizable como nos ha demostrado la experiencia al llegar ya a la constitución de compañías que con su logística (servicios) incluyen más de un centenar de combatientes y tienen mayor capacidad de combate que las unidades similares del ejército opresor, y como nos demuestra la gloriosa experiencia vietnamita en que en un país de 15 millones de habitantes frente a un ejército de ocupación de más de un millón de hombres, lograron liberar más del 90 porciento del país, defender esas zonas liberadas con milicias de autodefensa y construir poderosas divisiones que aniquilaron -sin contar con aviación- a las mejores tropas norteamericanas obligando a retirarse derrotado al ejército contrarrevolucionario más poderoso de la tierra. Pero si bien es posible, requiere grandes sacrificios, enormes recursos y mucha destreza, requiere el aporte decidido de la clase obrera y el pueblo, la unificación de los esfuerzos revolucionarios, una correcta política de masas y una sabia línea militar de masas. En una palabra requiere la activa participación de amplios sectores de la clase obrera y el pueblo, el aporte de distintas corrientes populares y la firme dirección de un partido marxista-leninista de combate.
El Partido Revolucionario de los Trabajadores
"Si la guerra de liberación del pueblo vietnamita ha sido coronada por una gran victoria, ha sido gracias a los factores que acabamos de enumerar, pero ante todo porque fue organizada y dirigida por el Partido de la clase obrera: El Partido Comunista Indochino hoy convertido en Partido de los Trabajadores de Vietnam. Fue éste el que, a la luz del marxismo-leninismo, procedió a un análisis certero de la sociedad vietnamita y de la correlación de fuerzas entre el enemigo y nosotros, para definir las tareas fundamentales de la revolución nacional democrática popular y decidir el comienzo de la lucha armada y la línea general de la guerra de liberación: la resistencia prolongada, la libertad por el propio esfuerzo. Resolvió certeramente los diversos problemas planteados por la organización y la dirección de un Ejército Popular, de un poder popular, de un Frente Nacional Unido. Inspiró al pueblo y al ejército un espíritu revolucionario consecuente e inculcó a toda la nación la voluntad de superar todas las dificultades, soportar todas las privaciones y llevar hasta el fin la larga y dura resistencia"7 .
Los argentinos contamos también con el núcleo fundamental de un Partido similar, del partido proletario de combate que llevará al triunfo nuestra revolución antiimperialista y socialista. Es el PRT, forjado en nueve años de dura lucha clandestina, antidictatorial, antiimperialista y anticapitalista, que cuenta hoy día con sólida estructura nacional, varios miles de miembros activos, varios centenares de cuadros sólidos, tradición y experiencia de combate, correcta línea política estratégica y táctica, marcadas características y moral proletaria y una profunda determinación de vencer afrontando todos los sacrificios necesarios. Pero nuestro Partido encuentra aún grandes dificultades para cumplimentar eficazmente su misión revolucionaria. Ello se debe principalmente a insuficiencias en la penetración orgánica en el proletariado fabril, débil composición social que alcanza a sólo a un 30 porciento de obreros fabriles, insuficiente habilidad profesional en la ejecución de las tareas revolucionarias y limitado número de miembros organizados. En el curso de las presentes y futuras luchas del proletariado y el pueblo, nuestro Partido sabrá conquistar la total confianza de la vanguardia obrera y popular, despertar y canalizar la decisión revolucionaria de los mejores hijos de nuestro pueblo para superar sus limitaciones actuales y responder cabalmente a sus responsabilidades, ejecutar con honor su papel de motor, centralizador y dirigente del conjunto de la lucha revolucionaria.
La construcción del PRT, tarea capital de todos los revolucionarios argentinos, principalmente de los obreros de las grandes fábricas, pasa por el desarrollo de las zonas y de los frentes fabriles. Formar células en las grandes fábricas, influir o dirigir la lucha reivindicativa del proletariado, llegar constantemente con hábil propaganda de Partido al conjunto de los obreros fabriles, incorporar y organizar en el Partido decenas de obreros en cada fábrica grande, es el punto de partida actual para el sano e impetuoso desarrollo necesario, para que el PRT esté en condiciones de jugar su rol dirigente y organizador. De las grandes fábricas saldrán el grueso de los principales cuadros y dirigentes de nuestro Partido, como han salido parcialmente hasta hoy.
Como se ve todo este esfuerzo no depende sólo de la constancia y voluntad de nuestros militantes; tienen también enorme responsabilidad los elementos de vanguardia del proletariado, cuya conciencia, fidelidad a la causa y firme determinación serán decisivos en la construcción del Partido que necesitamos. Porque el PRT padece de una gran escasez de cuadros, la disposición de los elementos de vanguardia a organizarse por su propia cuenta es vital para conseguir rápidos avances en la multiplicación de nuestras fuerzas revolucionarias. Cada obrero de vanguardia, cada revolucionario de origen no proletario, cada nuevo compañero que se ligue a nuestra organización, tiene la responsabilidad de aportar lo máximo de si en su rápida integración y en la construcción de las células de su frente fabril o de su zona.
Con el cálido respaldo de nuestro pueblo y la decidida intervención de la vanguardia obrera y popular, el PRT aumentará sustancialmente sus fuerzas en el próximo período, y se pondrá en condiciones de dar solución en la práctica a los complejos problemas de nuestra revolución.
Nuestra revolución triunfará
En este breve folleto hemos visto como se sostiene la burguesía en el poder utilizando tanto el engaño como la represión, sirviéndose hoy del parlamentarismo, mañana del bonapartismo militar. Hemos visto como en la actualidad, fracasado el intento parlamentario peronista, la burguesía se apresta a intentar un nuevo engaño con un golpe o autogolpe militar de tinte peruanista. Hemos llegado a la conclusión de que debemos lograr a toda costa que nuestro pueblo no vuelva a caer en el engaño y en lugar de abrigar esperanzas en los militares sepa desde el principio que la lucha revolucionaria debe continuar e intensificarse.
Hemos visto más adelante, que estamos ante la apertura de una situación revolucionaria en la cual la lucha por el poder comienza a ser posible. Hemos visto finalmente que el camino para avanzar hacia la conquista del poder por medio de la insurrección armada general del pueblo argentino, pasa por el desarrollo del poder dual, por el poder local en las zonas de guerrillas y zonas liberadas, por la unidad y movilización de todo el pueblo, por la construcción de un Frente Antiimperialista de masas, un poderoso ejército guerrillero y un sólido Partido Marxista-Leninista de combate, el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
Estas sencillas y fundamentales conclusiones que iluminan nuestra actividad futura; estas inmensas posibilidades y responsabilidades de la actual generación de revolucionarios argentinos, es una semilla que germinó regada por la generosa sangre de más de un centenar de héroes y mártires caídos en el combate, en la tortura o en el frío asesinato policial y militar. Ellos son la expresión máxima de combatividad y entrega revolucionarios de nuestro pueblo, del heroísmo del pueblo argentino, que ha logrado abrir ya un ancho y seguro camino para el triunfo de la revolución socialista y antiimperialista: el victorioso camino de la guerra popular revolucionaria.
Nos esperan arduas tareas y grandes sacrificios. Hemos de lanzarnos a afrontarlas plenos de determinación revolucionaria, de fe en la capacidad y decisión de nuestro pueblo, de confianza en el seguro triunfo de nuestra revolución. De hoy en más, menos que nunca, no habrá sacrificios vanos, esfuerzos desperdiciados, esperanzas frustradas. Sabemos por qué y cómo combatir, contamos con las herramientas básicas que necesitamos, sólo nos resta afilarlas y mejorarlas incesantemente, ser cada día más hábiles en su empleo, conseguir que nuevos y numerosos contingentes de militantes en todos los puntos del país, utilicen con vigor esas mismas herramientas revolucionarias.
Al igual que en la guerra de la primera independencia los revolucionarios argentinos no estamos solos. La responsabilidad de expulsar al imperialismo yanqui de América Latina y derribar el injusto sistema capitalista es compartida por todos los pueblos latinoamericanos y cuenta con el apoyo y la simpatía de todos los pueblos del mundo. Más no solamente por enfrentar al mismo enemigo estamos hermanados. Nuestro Partido ha llegado ya a la convergencia teórica y práctica, a la unidad, con el MLN Tupamaros de Uruguay, el MIR de Chile, el ELN de Bolivia, en la Junta de Coordinación Revolucionaria.
En la mayor parte de los países capitalistas latinoamericanos sometidos a la dominación del imperialismo yanqui, los pueblos mantienen una lucha enconada y han acumulado valiosas experiencias revolucionarias. Es cierto que se han sufrido dolorosas derrotas en la mayoría de nuestros países. Pero esas mismas derrotas han sido fuente de profundas reflexiones, de fundamentales aprendizajes, y en el seno de las masas y de sus vanguardias maduran dinámicos elementos que anuncian la generalización de un poderoso auge de luchas revolucionarias en varios de nuestros países, favorecido por la profunda crisis de la economía capitalista latinoamericana.
Tal es el marco en que se librará la lucha revolucionaria en nuestra patria, enriquecida y apoyada por el desarrollo paralelo de similares experiencias de nuestros hermanos latinoamericanos.
Como San Martín y Bolívar y como el Che, como revolucionarios latinoamericanos, los mejores hijos de nuestro pueblo sabrán hacer honor a nuestras hermosas tradiciones revolucionarias, transitando gloriosamente sin vacilaciones por el triunfal camino de la segunda y definitiva independencia de los pueblos latinoamericanos.
NOTAS
[1] V.I. Lenin, "El Estado y la Revolución". Obras Completas , Tomo 24, página 56. Edit. Cartago.
[2] Partido Revolucionario de los Trabajadores (Argentina), Resoluciones del Comité Ejecutivo de abril de 1971 publicadas en el libro del V Congreso, pagina 161.
[3] "Una definición contrarrevolucionaria", Editorial de "El Combatiente" del 29/2/72.