Hace calor.
O sea, no hace frio.
Ese frio.
Aunque hay otros frios.
En Santiago del Estero, en un patio de tierra, barrido y regado, una familia comparte un asado.
El vacio crepita, prometedor de placeres gastronómicos.
Un gastronómico, Zisuela, preside la mesa de la corrupción.
En Córdoba una familia observa la silla vacia.
En Ituzaingo algunos jóvenes pasean su corrupción después del boliche bailable.
El servicio meteorologico anuncia lluvias.
La lluvia anuncia mas inundaciones y calladas muertes.
Un delincuente pasa vendiendo verduras en un vehículo inhabilitado para circular con parlantes en el techo.
En los despachos oficiales están preocupados por los profugos y acuerdan con los que los liberaron, como capturarlos.
Cri$tina disfruta el producto del saqueo en su lugar en el mundo.
Fernández se da un saque.
Martiniano Molina corta el pasto en Solano y obliga a los funcionarios a acompañarlo en el trabajo.
Galtieri, a quien conoce la corrupción, se revuelve en su tumba y en la memoria de muchos.
Decenas de miles que llenaron una plaza exultante, hoy duermen la desmemoria de los imbéciles.
La radio habla de los conflictos de Pampita y su divorcio adornado.
Mi perra está insoportable.
Pero además del vacio en la parrilla de Santiago del Estero, está el vacio de toda una sociedad, vacia de vacio.
En este tres de Enero, un monumento vacio en Retiro, compensa nuestro vacio.
Los británicos siguen su vida con aburrimiento estipulado.
Nosotros seguimos en nuestra desmemoria patológica.
Todo sigue igual en un día distinto.
Soplan vientos de ausencia sobre nuestra Patria.
Hace un tiempo, la pérfida Albion, invadió nuestras Islas Malvinas precisamente en esta fecha.
Y eso, con el tiempo, generó la silla vacia de Córdoba, un monumento y algunas memorias.
Los peores combates de 1982 se produjeron, mientras las cabezas vacias miraban el mundial.
Que D-os los perdone.
A los imbéciles de entonces y a los de hoy.
Volveremos, volveremos y volveremos.
Hasta que dejemos de volver.
Porque nos quedamos.
O sea, no hace frio.
Ese frio.
Aunque hay otros frios.
En Santiago del Estero, en un patio de tierra, barrido y regado, una familia comparte un asado.
El vacio crepita, prometedor de placeres gastronómicos.
Un gastronómico, Zisuela, preside la mesa de la corrupción.
En Córdoba una familia observa la silla vacia.
En Ituzaingo algunos jóvenes pasean su corrupción después del boliche bailable.
El servicio meteorologico anuncia lluvias.
La lluvia anuncia mas inundaciones y calladas muertes.
Un delincuente pasa vendiendo verduras en un vehículo inhabilitado para circular con parlantes en el techo.
En los despachos oficiales están preocupados por los profugos y acuerdan con los que los liberaron, como capturarlos.
Cri$tina disfruta el producto del saqueo en su lugar en el mundo.
Fernández se da un saque.
Martiniano Molina corta el pasto en Solano y obliga a los funcionarios a acompañarlo en el trabajo.
Galtieri, a quien conoce la corrupción, se revuelve en su tumba y en la memoria de muchos.
Decenas de miles que llenaron una plaza exultante, hoy duermen la desmemoria de los imbéciles.
La radio habla de los conflictos de Pampita y su divorcio adornado.
Mi perra está insoportable.
Pero además del vacio en la parrilla de Santiago del Estero, está el vacio de toda una sociedad, vacia de vacio.
En este tres de Enero, un monumento vacio en Retiro, compensa nuestro vacio.
Los británicos siguen su vida con aburrimiento estipulado.
Nosotros seguimos en nuestra desmemoria patológica.
Todo sigue igual en un día distinto.
Soplan vientos de ausencia sobre nuestra Patria.
Hace un tiempo, la pérfida Albion, invadió nuestras Islas Malvinas precisamente en esta fecha.
Y eso, con el tiempo, generó la silla vacia de Córdoba, un monumento y algunas memorias.
Los peores combates de 1982 se produjeron, mientras las cabezas vacias miraban el mundial.
Que D-os los perdone.
A los imbéciles de entonces y a los de hoy.
Volveremos, volveremos y volveremos.
Hasta que dejemos de volver.
Porque nos quedamos.
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