Luego de las palabras del Papa Francisco sobre los chirlos, el tema volvió al debate. Las especialistas de Momento Cero, institución destinada a trabajar en la prevención primaria de la salud física y mental de los individuos, intentando prevenir la enfermedad y los desórdenes emocionales elaboró un informe al respecto.
”El chirlo, la palmada en la mano, el coscorrón el pellizcón, el tirón de pelo son parte de las acciones que hoy muchos padres suelen usar con sus hijos para disciplinarlos creyendo que esto les enseñará. Repiten las mismas prácticas con las que fueron educados y muchas veces lo justifican diciendo “a mí me pegaron y tan mal no salí…”, indican desde Momento Cero.
"Nosotros seguimos escuchando esto en los consultorios muchas veces, algunos lo comentan como algo natural, otros con cierta culpa por haberse descontrolado. El chirlo nunca está justificado. La idea "más vale una cachetada, un chirlo a tiempo"... es errónea", asegura la Lic. Adriana López (MN 23655), co-fundadora de Momento Cero.
"El chirlo surge cuando el adulto ante una situación no sabe qué hacer, se enoja, no puede hablar, se siente impotente y entonces “pega”, pero no resuelve la situación. Cuando los padres aplican estos “correctivos” los niños por lo general dejan de portarse mal y la sensación es que es el chirlo fue efectivo. Pero en verdad el chico deja de hacerlo no porque haya entendido qué estaba mal, sino por miedo a que vuelvan a pegarle", agregar la Lic. Emilia Canzutti (MP 90400), co-fundadora de Momento Cero.
Aunque parezca que el castigo físico encarrila, lo que los niños aprenden es a mentir para evitar el castigo, a actuar por temor, a veces a arriesgarse haciendo a escondidas lo prohibido. Este tipo de crianza puede dejar secuelas psicológicas, como tener dificultades para relacionarse ya sea porque reacciona violentamente o porque no sabe defenderse. También puede dañar su autoestima y fundamentalmente la comunicación con sus padres.
Cuando hablamos de criar a nuestros hijos, no hablamos de adiestrarlos sino de educarlos, de formarlos. Esto requiere de tiempo, de dedicación, de poner límites sin desbordarnos, de hablar. A su vez, desde el punto de vista jurídico el nuevo código civil pretende derogar el llamado "poder de corrección" y cambiarlo por el deber de los padres de "prestar orientación y dirección". Además, explicita la prohibición total de malos tratos. En el código vigente, si bien se legislaba en el mismo sentido, el artículo 278 adjudicaba a los padres el poder de "corregir" a sus hijos, siempre que lo ejercieran "moderadamente".
El nuevo código en su Artículo 647 dice "Prohibición de malos tratos. Auxilio del Estado. Se prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los malos tratos y cualquier hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a los niños o adolescentes. Los progenitores pueden solicitar el auxilio de los servicios de orientación a cargo de los organismos del Estado"
"Con el paso del tiempo, fue cambiando la dinámica familiar, en donde encontrábamos a la madre, cuya ocupación era ser “ama de casa”, y utilizaba el “ vas a ver cuando venga tu padre” para que sus hijos obedecieran. En ello, aparece la idea de “patria potestad”, es decir el padre que es dueño de su mujer y sus hijos, lo que lleva implícito el derecho a reprenderlos. Ante éste cuadro de situación, la norma reglamenta el poder de corrección que les es asignado a los padres, poniendo como límite la “moderación”. Una expresión subjetiva, tanto en el modo y en el límite para el castigo", agrega la Dra Elma Ciriello, abogada del niño y parte del staff de Momento Cero.
"Es por ello, que considero positiva y necesaria la reforma de la norma del Código Civil en éste tema, dado que además de derogar el poder de corrección, ubica a los niños como SUJETOS DE DERECHO, recayendo en los padres la responsabilidad de orientarlos, educarlos, etc y encontramos otro punto importante, que marca la diferencia con la norma anterior, la cooperación y contralor del Estado para auxiliar al progenitor en ésta tarea y sancionarlos en caso de ser necesario.- Una infancia felíz hace un adulto sano", finaliza la profesional del derecho.
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