“La expropiación del 51 por ciento del grupo Repsol decidida por el gobierno de la señora Cristina Fernández de Kirchner, no va a devolver a la Argentina ‘la soberanía energética’, como alega la mandataria”, escribió el escritor peruano en una columna para La Nación.
Agregando: “Va, simplemente, a distraer por un corto período a la opinión pública de los graves problemas sociales y económicos que la afectan con una pasajera borrachera de patrioterismo nacionalista, hasta que, una vez que llegue la hora de la resaca, descubra que aquella medida ha traído al país muchos más perjuicios que beneficios y ha agravado la crisis provocada por una política populista y demagógica que va acercándolo al abismo”.
Vargas Llosa compara en la editorial la gestión de Cristina Fernández con la de Hugo Chávez, asegurando que la expropiación lleva al empobrecimiento de las empresas con un “hostigamiento sistemático que les impida operar con normalidad”.
“Desde hace algún tiempo el gobierno argentino multiplica estas operaciones de distracción para compensar mediante gestos y desplantes demagógicos la grave crisis social que ha provocado él mismo con su política insensata de subsidios al consumo, de intervencionismo en la vida económica, su conflicto irresuelto con los agricultores y la inseguridad que han generado su falta de transparencia y constantes retoques y mudanzas de las reglas de juego en su política de precios y de reglas para la inversión”, agrega el peruano.
Vargas Llosa concluye sosteniendo que ”A la Argentina le van a llover las demandas de reparación ante todas las cortes e instituciones de comercio internacional y sus relaciones no sólo con España sino con la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etcétera, se han vuelto ahora conflictivas”, criticó.
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