PATRIOTERISMO METECO
(Inaudito descaro)
GATATUMBA
Es archisabido que la realidad muchas veces supera a la ficción. Pero lo inexplicable es cómo la gente se enfrasca y se embarulla discurriendo sobre cosas imaginarias. Por supuesto inducida y estimulada por los medios serviles, expertos en pasar gatos por liebres. Es el caso de las disquisiciones en boga, por las actitudes “nacionalistas” que en los últimos tiempos ha adoptado la viuda luctuosa sobre Malvinas e YPF. El primer tema resulta demasiado trágico y nunca les ha quitado el sueño ni a ella ni a él; en cuanto al segundo, son bien conocidos los Sueños Compartidos, ya por entonces. Por de pronto acompañando la desnacionalización de la gran empresa petrolera argentina. Apoyo pagado con la friolera de aquellos seiscientos millones de dólares que cuidadosamente sacaron del país como cosa propia. Ya se conoce la proverbial impunidad, conseguida llevándose de Buenos Aires al feudo santacruceño la respectiva investigación federal, para archivarla de un plumazo. Se agolpan en este cuadro repugnante, los recuerdos de aquel exterminio de YPF, la empresa estatal que llegó a ser modelo de eficiencia. Al galope del Presidente —hoy Senador intocable— con el ubicuo Cavallo, cuando sembraban la devastación luego multiplicada por el régimen francamente subversivo.
MEMORIA Y DISFRAZ
Es conveniente aquí, volver a escuchar al matutino “La Nación S.A.” (11 de abril de 2001), por insospechable, cuando dijo hace once años: “Lo cierto es que en la última década, la de la convertibilidad, las privatizaciones y el blindaje (...) las mafias han proyectado más sombras sobre la sociedad argentina que en ningún otro momento de la historia. La mayoría de los nombres está fresca en la memoria del lector: las mafias del oro, del Correo, del transporte, de la Aduana , los medicamentos, los combustibles, las carnes, la Anses , el PAMI y el lavado de dinero son las que más espacio han ocupado en los medios, aunque la lista es incompleta...”.Sobresalen al galope, la liquidación del petróleo nacional; el regalo de los ferrocarriles (guardando las deudas y dejando más de cuatrocientos pueblos muertos, con un déficit inútilmente cubierto de subsidios); de Vialidad Nacional (dando paso a peajes inicuos sobre caminos hechos); la trampa del sistema jubilatorio (arruinando a miles y miles de ancianos y engullendo las famosas AFJP) por donde se escurrieron y escurren miles de millones de pesos. Esta reiterada memoria casi a costa de la náusea, pone de resalto la fantasmal conducta política de la viuda magistral y la impostura del disfraz nacionalista que osa utilizar.
PANTALLA DE CAJÓN
Más que pantalla de película, lo que viene ahora con la resonante expropiación de YPF, es de cajón. En el primer sentido de cajonear para siempre, con el barullo, la investigación penal sobre las andanzas del Amado Boudou, alrededor de la impresora Ciccone y la impresionante impresión de billetes al servicio de la inflación indeclinable. En el otro sentido: al cubrir los delitos de administración fraudulenta y las responsabilidades del Gobierno por las graves deficiencias en la política de hidrocarburos. Y en el tercero pero primordial sentido, de proteger el cajón… de los negocios ajenos. Porque, como ha dicho lúcidamente el licenciado Héctor Giuliano (24.4.12), “haciéndose cargo del paquete mayoritario de YPF el Estado cargará una triple deuda pública nueva: los pasivos acumulados bajo la gestión Repsol-Eskenazy (unos 9.000 MD), el futuro financiamiento del plan de inversiones incumplido por Repsol (30.000 MD) y las eventuales indemnizaciones a la firma española. Además “la expropiación de acciones liberaría a Repsol de sus responsabilidades por los pasivos de YPF y por el incumplimiento del plan de inversiones en exploración de petróleo y gas”. . Bajo estas circunstancias, la expropiación implica en la práctica una descarga o salvataje … a Repsol.
Casimiro Conasco
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