Domingo Cavallo |
Mercosur enfrenta una crisis que, de no manejarse con inteligencia, puede terminar en la desintegración total del espacio económico regional y dejar a las economías nacionales en la situación en la que estaban a principios de 1991, antes de que se firmara el tratado de Asunción. Es decir, sin ni siquiera un acuerdo de libre comercio entre sus miembros.
Si Mercosur se hubiera perfeccionado como área de libre comercio, camino en el que estuvo entre marzo de 1991 y fines de 1994 (es decir desde la firma del Tratado de Asunción hasta la firma del Tratado de Ouro Preto) y no se hubiera embarcado en la construcción de la Unión Aduanera, hoy algunos de los miembros de Mercosur, o, quizás todos, tendrían firmados acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, con la Unión Europea y con otros muchos países del mundo.
Los compromisos que significan la Unión Aduanera (el arancel externo común y la política comercial externa conjunta) se constituyeron en impedimento para que cada una de las naciones llevaran a cabo negociaciones como las que produjeron tantos beneficios a México, Chile,Perú y Colombia, los cuatro países que acaban de conformar la “”Alianza del Pacífico”. El comercio exterior, tanto intra como extra regional creció más rápido en aquellas cuatro naciones que en Mercosur. Un estudio estadístico realizado por una de mis alumnas en la Universidad de Yale, cuyos resultados pueden verse en lapresentación que acabo de hacer en el Astana Económic Forum 2013, así lo demuestran. Mientras el comercio externo en Mercosur creció a razón del 11,5% anual, el de los actuales miembros de la Alianza del Pacífico el crecimiento fue del 13,1% anual. Paradógicamente, hasta el comercio intra-regional creció más entre los miembros de la Alianza del Pacífico (14,4% anual) que entre los miembros de Mercosur (13,4%). La diferencia a favor de los miembros de la Alianza del Pacífico es mayor aún cuando se trata del comercio con el resto del mundo (mientras en los primeros ese comercio se expandió al 13 % anual, en Mercosur sólo lo hizo al 11 % anual).
Cuando los organizadores del Astana Economic Forum 2013 me pidieron que opinara sobre el proceso de integración que se está dando entre los países de la ex Unión Soviética que conforman la Confederación de Naciones Independientes (CIS), utilicé esta experiencia latinoamericana para argumentar que es mejor que avancen en el proceso de integración conformando un área de libre comercio y que no se comprometan a conformar una Unión Aduanera. En realidad ya hay tres países (Rusia. Kazakhstan y Bielorusia) que han creado una Unión Aduanera, pero esa iniciativa es apenas incipiente. Aconsejé a los Kazakhstanies, que pueden llegar a verse condicionados por Rusia en negociaciones de libre comercio con China, con la Unión Europea y con los Estados Unidos, que entre los países del CIS perfeccionen un área de libre comercio y se abstengan, por el momento, de acordar un arancel externo común y una política comercial externa conjunta. Mi consejo fue bien receptado, al menos por los participantes en la sesión de la conferencia en la que hice mi presentación.
Por supuesto que ese consejo es aún más relevante para los países miembros del Mercosur. Es muy importante que dejemos de lado el ambicioso, pero restrictivo, proyecto de Unión Aduanera y pefeccionemos el área de libre comercio. De esa forma, cada país podrá elegir, con independencia, en qué otras negociaciones de libre comercio desea embarcarse. Si en lugar de adoptar esta posición realista y pragmática, nos seguimos condicionando recíprocamente frente a cambiantes y caprichosas estrategias nacionales, podemos terminar sin tener ni siquiera un área de libre comercio, además de quedar muy rezagados frente a los impresionantes avances que se están produciendo en el mundo a partir de las negociaciones bilaterales y regionales. Basta recordar que en estos momentos hay 14 naciones que están negociando un área de libre comercio Transpacífica y que también avanzan las negociaciones de libre comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea. Chile,por caso, además de tener acuerdos de libre comercio con Perú, México y Colombia, tiene acuerdos similares con Panamá y América Central, los Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), Korea, Japón, China, Malasya, Australia, Nueva Zelandia, Brunei y Turquía.
No creo que el Gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner se vaya a interesar por este tipo de negociaciones en los dos próximos años, pero es importante que el gobierno que elijamos en 2015 no encuentre en los compromisos incumplidos, pero aún así condicionantes, de Mercosur, dificultades adicionales para avanzar hacia una rápida y eficaz reinserción de Argentina en el mundo.
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