En Febrero de 2003, apenas asumido Lula Da Silva como Presidente de Brasil escribí un post titulado: “Duhalde, Carrió y Kirchner deberían imitar a Lula, no sólo admirarlo”. Hoy, luego de leer en La Nación el artículo de Alberto Armendariz, creo que vale la pena recomendar a Cristina Kirchner que imite a Dilma Rousseff.
Cristina se regocijó con el triunfo de la candidata del PT frente a Aecio Neves tal como Duhalde, Carrió y Kirchner en 2003 se regocijaban con el triunfo de Lula frente a José Serra. Pero Dilma, como entonces Lula, en lugar de implementar políticas populistas como las que pregonaron en sus respectivas campañas electorales, demuestra mucha sensatez y se apresta a hacer lo que prometía su contrincante.
Cristina ni siquiera tiene el condicionante de haber prometido una cosa y tener que hacer otra. Es tan obvio que Argentina necesita un duro ajuste fiscal para reconquistar estabilidad y credibilidad, que si Cristina actuara con sensatez, lejos de estar defraudando a quienes la votaron, podría incluso recuperar algo de la confianza que ha perdido por perseverar en políticas que han llevado a la economía de Argentina al borde del abismo.
Domingo Cavallo.
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