¿Qué haríamos sin Cristina? |
Por JUAN SALINAS BOHIL
Lamentarnos. Esa sería la mejor respuesta de quienes viven del generoso presupuesto oficial. De los pocos oficialistas de paladar negro que en un principio la acompañan como a su marido, y de la legión de recién llegados. De izquierda y de derecha, porque aunque resulte desopilante el "movimiento nacional y popular con inclusión social" ha incorporado también algunos pocos conservadores de la provincia de la provincia de Buenos Aires que eso sí, bien que se ocupan de ocultar su actual lugar de gestión. La diferencia con los 90 es abismal. Allí se esforzaban por aparecer junto a Menem y su "liberalismo" y dar fe de su nueva religión. Hoy se ocultan a más no poder.
Cristina, habla; Cristina viaja; Cristina se viste; Cristina madre; Cristina hija; Cristina agresiva; Cristina víctima; Cristina de luto; Cristina guerrillera; Cristina y la Cadena nacional; Cristina millonaria; Cristina en la universidad; Cristina en Calafate; Cristina furiosa; Cristina y la re-reelección; Cristina agresiva; Cristina ignorante; Cristina y el FMI; Cristina enferma; Cristina abogada; Cristina y la Constitución ; Cristina pasional; Cristina eterna; Cristina sigue...
Es entendible el apasionamiento de los integrantes de esa inmensa legión de gubernamentales que se benefician a manos llenas con el modelo kirchnerista y defienden su permanencia en el tiempo. Y aquí puede citarse a "empresarios" de la prensa, periodistas militantes, "intelectuales", sindicalistas, piqueteros, jueces, fiscales, empresarios y una interminable lista de ejemplares adeptos al "Vamos por todo". Pero que los opositores hayan tomado el mismo camino y estén las 24 horas del día hablando de lo que teje, desteje y vuelve a tejer la Presidente , habla, sin lugar a dudas, de un gran amor al estilo de "Porque te quiero te aporreo", y también de la ausencia de ideas claras que se opongan a lo que se está viviendo.
Lo mismo puede decirse del incontable enjambre de meileros anónimos cuyo único motivo de subsistencia es oponerse y martirizarse ante cada paso de baile presidencial. Lo más destacable es que ambos grupos piensan que con esa actitud contestaria pueden provocar algún cambio para desprenderse de la marabunta que hoy gobierna Argentina. En realidad aman a Cristina porque desearían ser como ella y tener tanto poder como ella. De hecho, al no tener propuestas, son ELLA y lloran en cámaras victimizándose o golpean cacerolas al por mayor con la peregrina idea que cuando en Olivos, Balcarce 50 o Calafate la señora escuche sus rebatos se dispondrá a atender sus reclamos. Como se han encargado de decir los oficialistas: ¿Cuáles son sus propuestas? No las tienen. Hasta en el otorgamiento del voto a los adolescentes de 16 están de acuerdo. Eso sí, con cortapisa. Pero están de acuerdo y no se dan cuenta (o sí lo saben) que están aprobando el voto de los que hoy tienen 12 ó 13 para el 2015 y de los que tienen 14 ó 15 para el 2013. Son, más papistas que el Papa.
Los electores argentinos tendrán que hacerse cargo algún día de lo que y a quiénes votan, pero no deberían tardar demasiado. Como expresé con anterioridad, las protestas deben hacerse vía legislativa y si ahí no son atendidas razonablemente, siempre habrá un lugar y un horario en el cual el elegido pueda escuchar a sus mandantes. Está obligado a hacerlo. El ministro del Interior se seinte horrorizado y no quiere ahora escraches. Ahora ¿y antes? Un cacerolazo no es un escrache neocomunista con lanzamiento de piedras, huevos, pintura y roturas de puertas y ventanas del domicilio habitado por el escrachado. Sólo es ruido. Y debe tener una sola consigna, un solo destinatario y un solo responsable organizativo. Ir por todo, significa en este caso, ir por nada.
Tan preocupados están los burócratas gubernamentales por futuras protestas que el gobierno ha salido a denunciar a varios manifestantes que lo hicieron ante el domicilio del secretario de Comercio por "amenazas, incitación a la violencia e intimidación contra un funcionario público". ¡Qué raro!, porque no se observa en el espíritu de los caceroleros, salvo casos aislados que habría que identificar rápidamente, hechos como los denunciados. Y resulta extraño que el más machote de los funcionarios, el mismo que salió a "defender" al gobierno en Plaza de Mayo en la crisis del gobierno con el campo acompañado de karatecas, ahora confía en los buenos modales de la Justicia. Para que el camino elegido conduzca a alguna parte, es necesario que se dé a conocer nombres, domicilios y ocupaciones de los imputados, porque de lo contrario podríamos estar ante una nueva campaña de intimidación y desinformación. El tiempo lo dirá.
Y mientras el polinizado septiembre se aleja, octubre viene onda con mucha jogging. Hay, prácticamente, muchas marchas, contramarchas y manifestaciones anunciadas. Los agentes gubernamentales se están haciendo un picnic con los reenviadores de correos. Un día se anuncia una a los dos de la tarde y al otro se la cambia para la semana entrante a las tres de la mañana para volverla a dar vuelta n lugar y horario a confirmar. Hay que tener cuidado con lo que se lee y cómo se lo lee.
Después de tanto desgaste físico el 13 de septiembre hay que reponerse. Pensar en el "divide y reinarás" y que sea una cosa por vez. Con tanta hormona opositora a su disposición el gobierno está intentando la Gran Che del 65: "Una concentración, dos concentraciones, muchas concentraciones". Sucederá lo contrario. Todo se debilitará. ¿Recuerdan a Blumberg?
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lunes, 1 de octubre de 2012
Cacerolazos: Todo se debilitará. ¿Recuerdan a Blumberg?
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