miércoles, 27 de febrero de 2013

Se fue febrero 2013, uno igual a muchos otros.

CORREO de BUENOS AIRES
Por JUAN SALINAS BOHIL
El monosilábico Riquelme, el nuevo candado de los Schoklender, la "testimonial" de la Hebe y el clan Maradona en pleno han quedado atrás. Casi no le quedan distracciones al kirchnerismo para ofrecer a las muchas víctimas del "modelo nacional y popular con inclusión social". Todo sea por el 54%.

Familiares de la tragedia de Once pidieron justicia en Plaza de Mayo. Peras al olmo. ¿De Vido y Cristina presos como responsables mediatos? Vamos. los jueces aplican únicamente esa figura a los jefes militares de los 70. Ellos también, de arriba abajo, son derechos y humanos. Y pensar que estaban creídos que por hacer bien los deberes se encontraban a salvo. A paso redoblado les llega la "democratización de la justicia".

Ahora se está con el acuerdo con Irán que saldrá "con fritas" o con fórceps. Desde el viaje a Cuba para visitar al nuevo líder tercermundista en permanente postración que puede dudarse de todo. No de los que ponen la cara. De los que están atrás. Manejando los hilos.

Mientras, en lo alto, en el norte, donde se cocina el bacalao se decidirá la manera en que millones de argentinos sigan pagando una deuda por la eternidad. Era cierto, ¡Qué país generoso!

Parte hacia la eternidad febrero de 2013 sin nada de interés para las grandes mayorías populares, como gustan llamar los políticos a quienes son obligados a votar. La partidocracia y las corporaciones de todo tipo se encuentran enfrascadas en una encarnizada lucha de poder, por dentro y para fuera. Sólo para ellos. Se entiende.

Vendrán más protestas. Meticulosamente planificadas. Blandiendo teflones y aluminios baratos. Sin pisar el césped y marchando por las veredas. Como corresponde. No vaya a ser que Foster y Feinmann descubran una falta de tránsito en los "revoltosos" y escriban una monografía a cuatro manos sobre tal aberración en Página 12.
 

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