Criticó: “el fundamentalismo que hay en la dirigencia política argentina en una semana en que hubo duros cruces verbales y hasta intento de golpes en el Congreso de la Nación en el marco de la reforma judicial”.
“Esta cosa fundamentalista de la oposición y del oficialismo a ninguno le cae bien, estoy seguro. Así no se puede conversar. Hay un fanatismo que no le hace bien a nadie”.
“Laboralmente no nos permitimos tocar temas porque es peligroso. Está muy loco todo. Hay una grieta fea. Si estoy trabajando con alguien y se tocan temas políticos, discutimos y se genera algo raro”.
El actor ejemplificó: “si pensás distinto, te convertís en un fanático de Videla y sos un torturador. Es raro de ambos lados. Y genera mucho cansancio”.
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