MISTERIOSAS "DESAPARICIONES".
del hecho en sí, pone a la Argentina en la situación de país poco seguro. No solo en términos de seguridad internacional, sino que para procurar una futura compra de armamento: Sencillamente, nadie la vende a un mono una navaja.
También leíamos apenas unos días atrás la desaparición de varios fusiles FAL. El número de faltantes van desde los 120 a los 400 fusiles. Cualquiera sea la cifra, este tampoco es un hecho corriente sino que llama poderosamente la atención. El retiro de semejante cantidad de fusiles de un arsenal es detectable inmediatamente a simple vista, y supone el ingreso de un vehículo a la unidad militar de donde fueron retirados, y varias personas colaborando en el hecho. Además, el depósito de arsenales de una unidad militar no es la bohardilla de una casa familiar: Es de acceso restringido, tiene custodia permanente, y un encargado responsable de todo. Nadie vió nada ?. Nadie sabe nada ?.
Hoy nos desayunamos con la noticia que faltan 26.000 proyectiles calibre 9mm de un arsenal militar situado en Rosario. Y tampoco nadie sabe nada.
Si a esto le sumamos la noticia de hace un par de años atrás, sobre un camión transportando 1.000 fusiles de asalto AK47, que partiendo del puerto de Bahía Blanca, fué detenido en Tres Arroyos (Pcia. de Buenos Aires), en dirección hacia el "norte", el cuadro de las "misteriosas desapariciones", va tomando una dimensión preocupante. Ya no por la imagen de nuestro país en el exterior, sino por la situación real de nuestro país en su interior.
No es difícil advertir que no es lo mismo tener una arma de fuego común, que una arma de fuego, pero de guerra. Y que no es lo mismo que un hecho de estos ocurra en forma aislada, extraordinaria, y no como vemos en una seguidilla de hechos que sorprende.
En un momento de tanta confusión y desvarío, lo menos que se nos debe dar es una acabada explicación sobre esta situación tan delicada. Y así evitaríamos ponernos a suponer situaciones eventuales de legítima e inmediata imaginación.
Dámaso Uriburu Montes.
También leíamos apenas unos días atrás la desaparición de varios fusiles FAL. El número de faltantes van desde los 120 a los 400 fusiles. Cualquiera sea la cifra, este tampoco es un hecho corriente sino que llama poderosamente la atención. El retiro de semejante cantidad de fusiles de un arsenal es detectable inmediatamente a simple vista, y supone el ingreso de un vehículo a la unidad militar de donde fueron retirados, y varias personas colaborando en el hecho. Además, el depósito de arsenales de una unidad militar no es la bohardilla de una casa familiar: Es de acceso restringido, tiene custodia permanente, y un encargado responsable de todo. Nadie vió nada ?. Nadie sabe nada ?.
Hoy nos desayunamos con la noticia que faltan 26.000 proyectiles calibre 9mm de un arsenal militar situado en Rosario. Y tampoco nadie sabe nada.
Si a esto le sumamos la noticia de hace un par de años atrás, sobre un camión transportando 1.000 fusiles de asalto AK47, que partiendo del puerto de Bahía Blanca, fué detenido en Tres Arroyos (Pcia. de Buenos Aires), en dirección hacia el "norte", el cuadro de las "misteriosas desapariciones", va tomando una dimensión preocupante. Ya no por la imagen de nuestro país en el exterior, sino por la situación real de nuestro país en su interior.
No es difícil advertir que no es lo mismo tener una arma de fuego común, que una arma de fuego, pero de guerra. Y que no es lo mismo que un hecho de estos ocurra en forma aislada, extraordinaria, y no como vemos en una seguidilla de hechos que sorprende.
En un momento de tanta confusión y desvarío, lo menos que se nos debe dar es una acabada explicación sobre esta situación tan delicada. Y así evitaríamos ponernos a suponer situaciones eventuales de legítima e inmediata imaginación.
Dámaso Uriburu Montes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario