viernes, 2 de marzo de 2012

NO ES QUE EL PAIS SE CAIGA A PEDAZOS, ¡YA SE CAYO!


SIN EDUCACION SERIA, ¿¿ EXISTE SALVACION POSIBLE ??? NO ES QUE EL PAIS SE CAIGA A PEDAZOS, ¡YA SE CAYO!


No es un asunto que se puede soslayar ejerciendo el supuesto derecho que se reservan los imbéciles de ser frívolos mientras no sea la propia piel la que está en juego en forma inmediata. Hasta esos imbéciles, que abundan en la “derecha” argentina y ni qué decir en el “centro”, tienen la obligación elemental de hacerse cargo de esta realidad inaudita: el país se cae a pedazos y en cualquier momento alguno de esos pedazos corresponderá a su pequeña vida mediocre, con todas sus comodidades y entretenimientos y cuando eso ocurra, los demás se comportarán a su respecto de la misma manera que el imbécil se comporta ahora con relación a los desdichados que murieron en la catástrofe del tren que chocó contra el parapeto final de la estación de Plaza Miserere (vulgo, “once”). O sea, les importará un poco durante un rato y después cambiarán de tema sin sacar conclusión alguna.
Esta psicología canallesca se ha difundido como una mancha de aceite sobre todo el cuerpo social, empezando por las capas más altas cuya indiferencia para el bien común de la Patria da asco.
Sin embargo, estamos frente a una situación de vida o muerte, de Justicia o iniquidad, de supervivencia o final agónico, de libertad o esclavitud.
La tragedia de Plaza Miserere, que afectó a gente humilde y desvalida, que individualmente pesa muy poco en el curso de los acontecimientos, pero que es importantísima a los ojos de Dios y que debería serlo también a nuestros ojos, si de veras somos católicos, ha sido un toque de alarma brutal y actúa como una increpación inexorable para todos los imbéciles que, por supuesto, no se dan por enterados.
El país se cae a pedazos. No se trata ya de una cuestión meramente política, de corregir este o aquel otro entuerto, de encarcelar a este o aquel otro ladrón, de cambiar a este o aquel otro funcionario. Ya no es un asunto político sino de salvación nacional. La cuestión es, como diría Hamlet: “to be or not to be”, habrá un país o sólo quedarán las ruinas de lo que fue el país y nosotros y nuestros hijos sepultados bajo esas ruinas.
Como el imbécil tiene una capacidad inaudita de eludir las evidencias más elementales si darse por enterado lo obliga a reaccionar, haré una lista meramente enunciativa de los pedazos que se van cayendo de nuestra antigua Patria.
1) Se cayó el catolicismo como factor socio-político porque la casi totalidad del alto clero y una gran parte del bajo, traicionó su misión y los católicos de misa dominical viven en Babia con la cabeza llena de los errores que les infunde el clero.
2) Se cayó la Autoridad mientras el Estado crece como un cáncer maligno destruyendo las células sanas de la sociedad. Todos los políticos, oficialistas y “opositores” son más o menos de izquierda, más o menos ladrones, nadie se ocupa del bien común, ni de los servicios públicos elementales como Salud, Seguridad, Transporte, Moneda sana, Obras Públicas y son todos inicuos o sea, les importa un bledo la Justicia.
3) Se cayeron las FFAA cuyos altos mandos desertaron, dejándolas desarmar, encarcelar, diezmar, empobrecer, embrutecer, sobornar y someter a la tiranía marxista que está dedicada a la destrucción del país.
4) Se cayó el orden social y el caos asoma por todas partes impulsado por agitadores y por delincuentes impunes.
5) Se cayó el Poder Judicial porque casi no hay jueces a los cuales recurrir para pedir justicia con alguna esperanza de recibirla y los corruptos medran impunemente. El individuo aislado está indefenso. Nadie tiene derecho a nada cuando alguien con más poder quiere lo que uno tenga.
6) Se cayó la moral y la decencia y el sentido de responsabilidad en el trabajo; el respeto por sí mismo y por los demás. La roña, el ateísmo práctico, la sensualidad desatada están por todas partes y los niños van siendo corrompidos a medida que crecen en esta sociedad degenerada.
7) Se cayó el “lumen rationis” (la luz de la razón), cada vez se piensa menos y con menos inteligencia. Es inútil argumentar. La lógica no se usa. La observación de la realidad sin la lente deformante de la prensa, no existe. Todos repiten por boca de ganso lo que dicen los periodistas, politicólogos y demás lenguaraces del “establishment”, agnósticos y venales.
 Se cayó la política, convertida en un negocio infame tanto por el lado del oficialismo que roba y colabora con la tiranía atea y marxista, como por el de la falsa oposición que no es otra cosa que una camarilla de mediocres, inferiores, deshonestos y traidores.
9) Se cayeron los débiles porque no hay señores respetados que los defiendan sino políticos que los engañan; se cayeron los jubilados porque lo que cobran son mensualidades de hambre (salvo algunos privilegiados); se caen los enfermos, porque el sistema hospitalario se derrumba por falta de presupuesto, por huelgas de médicos, enfermeros y otros empleados, por la constante “mala praxis” de los médicos casi imposible de probar y porque hasta las mismas empresas de medicina prepaga muchas veces se burlan de sus asociados.
10) Se cayó la libertad porque cada vez hay más estatismo, más prepotencia de los fuertes, más patotas, más favoritismo, más dificultades para trasladarse, más hermetismo en la prensa para quienes no pertenezcan al pequeño círculo de los dueños de diarios, radios, editoriales, televisión, distribuidoras y librerías. El Pensamiento Único, agnóstico y relativista, se ha adueñado de todo.
11) Se cayó el trabajo porque el país está parado y sólo funciona la máquina confiscatoria del Estado, que usa la fuerza pública para enriquecer a los funcionarios y a sus paniaguados.
12) Se cayó la juventud, porque la educación está hecha para perderla; sus modelos son nefastos; sus entretenimientos, enervantes, y su futuro se hace depender de la entrega del alma, y la casi totalidad de hecho la vende.
* * *
Dicen que este descalabro general no puede durar, que esta tiranía se caerá de podrida. No es así. En Cuba domina el comunismo desde hace más de 50 años en medio de una miseria y de un caos social espantosos y hasta se extendió como una lepra por toda Iberoamérica. La miseria y el desorden acobardan a todos, inclusive a los buenos. El derrumbe del país, provocado por la tiranía, la consolida y acelera el proceso de implantación del comunismo. Las tiranías no caen sino se las enfrenta seriamente, con inteligencia y coraje.
Las desdichadas víctimas de la semana pasada en Plaza Miserere cayeron porque el país se cae a pedazos y a pocos les importa. Habrá más víctimas porque lo que debería funcionar, no funciona y porque a la cínica desvergüenza de quienes monopolizan el poder nadie le pone freno. No sólo el tren que chocó contra el final de la vía carecía de frenos: esta tiranía tampoco los tiene y eso es culpa de todos nosotros, en especial de las clases cultas que pueden y deberían reaccionar, pero no lo hacen.
Cosme Beccar Varela
correo@labotellaalmar.com

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