Como se ve, el gobierno pierde la batalla comunicacional por los cacerolazos y los motivos son simples: son los problemas que más preocupan a la sociedad hace mucho tiempo. Mensaje de los que protestan: CFK no se ocupa de ellos.
Con estos datos a la vista, era claro que la movilización iba a ser mayor que la de septiembre por 3 razones: 1) para la parte de la sociedad molesta con el gobierno, la situación no cambió, e incluso empeoró; 2) el tamaño del 13-S fue un tanto inesperado, por lo tanto el 8-N se iba a animar más gente; 3) había mucha más movilización organizada por sectores políticos y sociales.
En este marco ¿cómo está recibiendo la sociedad al 7-D?
¿Qué significa todo esto? Que el oficialismo se encuentra en un círculo vicioso: baja en imagen, pierde batallas comunicacionales, eso refuerza la caída, y así sucesivamente.
El año pasado CFK estaba claramente en un círculo virtuoso: todo enriquecía su posicionamiento. Hoy sucede lo contrario.
Las cartas vienen mal barajadas para el gobierno, pero su problema no es que no pueda llevar a cabo sus objetivos, ya que capacidad política le sobra. Su problema son los costos invisibles: ¿qué le devolverá la sociedad del 54% que le dio hace un año?
Carlos Fara
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viernes, 16 de noviembre de 2012
La movilización del 8-N va a influir en el 7-D? Sí. Pero no para desactivarlo, sino para reforzarlo. Más que nunca el gobierno se va a afirmar en sus conceptos estratégicos. Pero ¿en qué condiciones se llegó al 8-N y que representa el 7-D?
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