CACEROLAZOS Y ALGO MAS…
Volvieron los ya folklóricos cacerolazos que surgen cuando la cosa pública no anda bien, sus protagonistas son “gente común” (expresión utilizada para categorizar al grueso de la población que trabaja, estudia, etc y que es la padece diariamente el rigor de la desidia y los golpes del desmanejo económico y financiero ) que desde hace diez años se expresa golpeando sus cacerolas (ahora se agregan los bocinazos) siendo el mejor síntoma de cuando un gobierno está agotado; contra aquéllos ya no hay propaganda que valga, ni discursitos berretas plagados de mentiras e incoherencias, no hay mercenario que sirva ni limosna politiquera que calle. Es el Pueblo, también se lo puede denominar “clase media” (factor social decisivo en el desarrollo de un país) que es la que SOSTIENE a la Argentina, ya que los ricos, no todos, generalmente viven abstraídos de la realidad del país y los que nada tienen, lamentablemente sólo son utilizados en las elecciones, como ya dijera José Hernández en el Martín Fierro: “el gaucho en esta tierra sólo pa´votar..”. La clase media es la que aporta científicos, docentes y profesionales de valía para el País; es el 85 %, como mínimo, de la Argentina por lo tanto los gobernantes debieran temer lo suficiente cuando por sus errores y/o omisiones “logran” sacar a la calle, empujar a la protesta a personas que por la hora en que lo hacen estarían en sus casas descansando de un largo día de trabajo, no son “quilomberos profesionales” ni fueron llevados en colectivos para “hace bulto” a cambio de un “sanguche y una gaseosa” o contraprestación semejante. Es de destacar, que dichos ciudadanos estaban con banderas argentinas y con carteles modestos, y no como se suele ver en otras “protestas”: trapos facciosos y grandes cartelones, muchos de ellos con gigantografías. Tampoco fueron a reclamar plata de arriba, sino simplemente vivir con dignidad, con el pan de cada día en la mesa familiar, poseer bienes sin temer que dichos bienes nos cuesten la vida, adquirir y disponer del fruto de nuestra fatiga sin ser interrogados como delincuentes, y, por sobretodo, no ser ofendidos en nuestros pensamientos, ideas ni en nuestra Fe.
Cualquiera que conozca el “país normal” debiera saber que con la clase media argentina, o sea, ese 85 % del pueblo honrado y laborioso que vive de su trabajo, NO SE JODE. Por lo tanto,subestimarlos, ignorarlos, descalificarlos y hasta insultarlos es el peor error que puede cometer un gobierno.
Aunque los cacerolazos se den siempre en un contexto difícil, y para nada deseable, no deja de dar esperanza cuando se ven esas multitudes acudiendo a esa plaza cargada de historia, llena de días memorables, como si inconscientemente sintieran que si no lo hacen allí no valdría lo mismo, y en parte es cierto, la Plaza de Mayo (hoy parcialmente enrejada) es el solar de la historia argentina, allí se reunió, se reúne y se seguirá reuniendo el pueblo para “saber de que se trata”.
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