Es menester antes de hacer cualquier consideración referente al tema de la concentración multitudinaria llevada a cabo el 18 pasado, que aquellos que aspiramos a un cambio revolucionario de nuestra Patria, un cambio nacionalista en lo político, económico, social y cultural, no nos sentimos representados por las consignas ni los afanes de aquellos que organizaron esta manifestación. Creemos que son tan enemigos de la Patria como lo es la banda de lavadores que gobiernan, habida cuenta que ambas son dos versiones del mismo Sistema de Dominación.
Ya lo habíamos advertido en setiembre y en noviembre. Hoy se confirman nuestras peores sospechas. Es mentira el apoliticismo de los organizadores y es mentira que esos organizadores estén contra la partidocracia. En última instancia forman parte de ella, disfrazados con sellos de fundaciones, páginas de Internet y niks de redes sociales. Lo mismo que suelen hacer los denominados ciber K. Hacen lo mismo, continuar engañando con cuentas de colores
La última manifestación mostró un cambio substancial a diferencia de las demás. Si bien las consignas fueron tan contradictorias, difusas y confusas como las anteriores, hubo una variación cualitativa. Los organizadores comenzaron a sacarse la careta. La sorpresa fue que convocaron a la “oposición” al kirchnerismo. Convocaron como solución a quienes desde hace añares son parte del problemas. Ya no quedan ni restos del “que se vayan todos”, ni siquiera se pretende un cambio de caras. Pretenden pasarle un plumero a la partidocracia. Nunca había sido tan patente la falsa dialéctica que le plantea el Sistema al pueblo y como el pueblo entra por el aro una y otra vez. Por allí revoloteaba la consigna de un gobierno de coalición, suponemos que con el concurso de los personajes ya mencionados.
Y los representantes de la partidocracia concurrieron a mostrarse y lavarse en el Jordán de la multitud. Con el supuesto discurso de la unión, pretenden llevar agua a su molino para las próximas elecciones.
Abrazados como comadre en desgracia se pudo ver a los fallidos de siempre; a los liberales, que quieren volver a la época de Menem (sin Macri en presencia física pero si espiritual); los ex Kirchneristas; los Socialistas al estilo Zapatero; los radicales escapados del definitivo fracaso de su Partido; los del ARI. El progresismo (liberación de la droga, aborto y control natal y matrimonio gay) representados por la Donda y el ex erpiano Tumini; en dulce montón con delegados de la banca usurera y mundialista como Prat Gay (banca judeofrancesa Attali) asesor financiero de Lilita Carrió; los Liberales Libertarios como una suerte de resumen de toda esa mercadería averiada. Todos juntos hacen un nuevo Kirchnerismo sin Cristina y sin el folklore insoportable del Peronismo, a pesar que estuvo presente con el Momo Benegas.
Los que no son capaces de tratar de organizar algo nuevo y les gusta comer vidrio dirán…”es lo que hay” y eso que hay es definitivamente más de lo mismo.
Los blogueros anti K, como ya dijimos son en su mayoría liberales o progresistas disfrazados de independientes: Luciano Bugallo de la página El Cipayo (el nombre lo dice todo) es un puntero del PRO, Aníbal Calafell es un marino vinculado a Macri, Cecilia Olive es miembro del Partido Liberal Libertario, Yamil Santoro es dirigente de este último partido y se lo vincula a un supuesto “Tea Party” argentino al igual que Michael Ibarra. Eliana Toro a la que se sindica como informante de los servicios de Inteligencia y a la Embajada Norteamericana.
Lo que se vio el 18 A fue la integración definitiva de este tipo de manifestaciones a la dialéctica intra sistémica de manera que los del Sistema sean los valores incólumes y el conflicto político argentino no se salga de los carriles que el Poder Mundial pretende que transite.
Si había un resto de voluntad de terminar con el Régimen (como ocurriera en el 2001) se trocó en la formación de una alianza electoral para la próximas elecciones con las mismas caras de siempre y con el único norte de deponer a los K. En definitiva cambiar para que todo siga igual.
Sería bueno que los concurrentes a la manifestación que, reclamaban seguridad pensaran si la van a encontrar con los progresistas como la Carrio, la Donda o Tumini. Si los preocupados por la economía doméstica y el trabajo van a encontrar solución en planes liberales de ajuste. Si los católicos que concurrieron a montones a la manifestación creen que esta gente defiende la vida y la familia cuando cohonestaron el matrimonio de los putos y la adopción de hijos por estos. Los que se quejan de la permanente difusión de la droga si votarían a los que pretenden despenalizarla. Si elegiríamos seguir endeudándonos con el exterior de la mano de algún ministro de economía dependiente de la Banca Mundial.
Todas esas preguntas habría que hacerlas ahora para después no llorar sobre la leche derramada como siempre ocurre.
GUILLERMO ROJAS
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