domingo, 20 de enero de 2013

El gobierno de turno, desde hace 10 años encaramado en el Poder, utiliza al Estado sólo en su propio beneficio.


La sensación y la realidad

by Ricardo Jorge Pareja

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LA SENSACIÓN no es otra cosa que una impresión que producen las cosas en el alma, gracias a los sentidos, una emoción que provoca en el ánimo un suceso o noticia. Debemos concluir, entonces, en que la sensación no es más que una agitación o turbación del ánimo.
Lo que no debemos olvidar es que todo ser humano, y como tal, es único, indivisible y extraordinario y, por ende, dueño de una sensibilidad emocional que sólo a él pertenece. Así hay quienes se emocionan con más facilidad que otros por ciertos acontecimientos; hay seres humanos más sensibles que otros.
Hace muchos años, un amigo de mi época de adolescente me repetía constantemente que tenía la sensación de que la piba más linda del barrio -porque para entonces todos los barrios tenían a su piba más linda- estaba metejoneada con él. A todo esto, la piba estaba noviando con otro amigo a quien, previo a esta circunstancia, jamás le escuché decir cosa semejante, simplemente porque no era su sensación, o reservaba para sí este tipo de sensaciones íntimas. La cosa fue que al tiempo, el primero seguía conviviendo con su sensación, y el segundo con la piba.
De hecho, la sensación o la emoción implican desorden y hasta confusión en el ánimo; el amor mismo no deja de serlo, hacia lo que a uno le place.
Para finalizar, le digo: desde hace demasiados años, el Servicio Meteorológico Nacional incorporó a los datos del tiempo, y más precisamente a las marcas térmicas de la temperatura relativa ambiente, lo que se ha dado en denominar “sensación térmica”. La sensación térmica, como el resto de las sensaciones, es patrimonio de cada uno, y en este caso, y consecuentemente, del organismo de cada uno. ¡Por algo hay tipos que dicen sentir un poco de frío, cuando otros, igualmente arropados, y en el mismo lugar, literalmente se están cagando de frío, cosa que igualmente ocurre con el calor.
Antes no se hablaba de sensación térmica; simplemente le anunciaban la temperatura, y cada uno hacía con ella lo que más le convenía o no podía evitar.
LA REALIDAD, en cambio, es la existencia verdadera y efectiva de las cosas, comprendiendo todo lo existente en oposición a lo imaginario.
Para el primer ejemplo que le cité, la realidad indicaba que “la piba más linda del barrio” estaba metejoneada con el segundo de mis amigos. Para el otro ejemplo, que puede hacer frío o calor, más allá del efecto que puedan provocar en la humanidad de unos y otros.
Y la realidad, incontrastable, indica, entre otras cosas, que el gobierno de turno, desde hace 10 años encaramado en el Poder, utiliza al Estado sólo en su propio beneficio, dejando librada la vida y el patrimonio de los miembros de la sociedad a manos de la actividad criminal. Que la Señora Presidente de la Nación mal puede haber incrementado tan obscenamente “su patrimonio declarado” a través de una exitosa gestión como abogada. Que en tanto no haya justicia, o ésta no se aplique con el mismo rigor para todos, mal podremos hablar de educación, de salud, y cualquier otra actividad ligada al bienestar y la prosperidad de un país.
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Ricardo Jorge Pareja

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