ARGENTINA
OPINIONES
7 D Democraticemos la palabra? Multipliquemos las voces?
Declaración de La Compa
"?Con una máquina de escribir y un papel podés mover a la gente en grado incalculable.
No tengo la menor duda?"
Rodolfo Walsh
¿Que se pone en juego con el 7D? Este día vencerá la medida cautelar de la Corte Suprema que le permitió al Grupo Clarín no adecuar sus licencias (240 sistemas de cable, 9 radios AM, 4 canales de televisión abierta y una FM) como lo determina la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Esta fecha límite, ha tomado un carácter simbólico muy fuerte en los últimos meses y desde el relato oficial se muestra como la ?batalla final? y el fin de los monopolios mediáticos. Cómo decía Rodolfo Walsh, la comunicación ?mueve a la gente?, y esto se vio demostrado en las luchas contra los monopolios mediáticos en Venezuela, Bolivia y demás países de Nuestra América. Por eso, nuestra tarea como militantes del campo popular es caracterizar a los actores participes de este conflicto, para poder dar una verdadera batalla por la democratización de la comunicación.
Clarín, más allá de ser un grupo empresarial de medios, es la principal herramienta mediática de amplios sectores de la clase dominante. Monopolio, aprietes, omisiones, tergiversaciones, negociados ilegales, todo esto implica Clarín, una venda y una mordaza para el pueblo. Es el Clarín de ?La crisis causo dos nuevas muertes?, el que ocultó el asesinato de Darío y Maxi, el de Papel Prensa. En este último tiempo, de la mano de un proceso de politización social, se ha desarticulado la supuesta objetividad mediática de la corporación y se pusieron de manifiesto los objetivos e intereses detrás del gigantesco monopolio mediático que opera hoy en día para fortalecer una oposición por derecha al kirchnerismo y su ?modelo?. Clarín es quien (lamentablemente) todavía pone las etiquetas y opera para los sectores políticos y económicos que promulgan la falta de intervención del Estado, el libre mercado, la despolitización, la represión, la inmovilización. Quienes nos hemos expresado en apoyo de esta ley, entendemos necesario que se avance en la liberación de licencias por parte del Grupo Clarín, como así también desde otras tantas empresas que tampoco cumplen con la cantidad de medios permitidos: Grupo Uno y América de Vila Manzano, Grupo Prisa, Grupo Telefónica, son algunos ejemplos. Este es un primer paso fundamental para avanzar en la efectiva aplicación de la Ley de Medios, sancionada hace ya 3 años.
El kirchnerismo, por otro lado, si bien ha impulsado fuertemente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, no ha titubeado en utilizar los mismos métodos que Clarín a la hora de ocultar las limitaciones estructurales del ?modelo? (la precarización de la vida y un modelo extractivo dependiente). También se ha hecho de corporaciones mediáticas, de censuras, de omisiones. A 3 años de la sanción de la Ley de Medios, aún no se garantizó la pluralidad de voces, ya que no se ha implementado el 33% para los medios sin fines de lucro, ni el reconocimiento de los medios comunitarios, alternativos y populares que exigen un régimen de aplicación que disminuya las obligaciones y garantice la legalización de licencias para una verdadera democratización de las formas y los contenidos de la comunicación en nuestro país.
Esta misma búsqueda por la democratización de la comunicación es la que nos lleva a entender que el 7D no garantiza por sí solo este objetivo. A menos que se implementen con vocación política otros aspectos centrales incluidos en la ley, muchas voces quedarán silenciadas. En este sentido, la ausencia del Plan Técnico exigido por la ley como condición previa para el concurso, evaluación y entrega de licencias, es una de los grandes déficits: sin conocimiento público ni planificación de las licencias disponibles para explotar desde las empresas comerciales, el Estado y las organizaciones sin fines de lucro, no se garantiza una acceso democrático.
Es por eso que proponemos seguir construyendo una nueva comunicación como parte de un proyecto de país alternativo, soberano y emancipador. Nos proponemos construir nuestra agenda informativa, que presente los intereses que emergen desde abajo y hacia la izquierda, sin corrernos y disputando la imposición de temáticas que manejan los grandes medios de comunicación masiva. La consolidación de experiencias comunicacionales, alternativas y populares sean en formato radial, gráfico y/o audiovisual, es una tarea que vemos fundamental en esta etapa. El objetivo es poder construir herramientas que logren intervenir y plantearse como una alternativa en el debate ante la polarización actual de la agenda, y al mismo tiempo resignificar la comunicación, que ya no sea propiedad de algunos cuantos, sino un bien común de todos.
Desde la COMPA, reafirmamos que el acceso a la información y la comunicación es un derecho. En el contexto de debate público que ofrece el 7D, exigimos una vez más la efectiva aplicación de la Ley de Medios, la garantía de una verdadera multiplicidad de discursos, la legalización de los medios alternativos que surgen y acompañan los procesos de lucha del pueblo, asumiendo todos los desafíos y oportunidades que significan una verdadera democratización de la comunicación de nuestro país.
OPINIONES
7 D Democraticemos la palabra? Multipliquemos las voces?
Declaración de La Compa
"?Con una máquina de escribir y un papel podés mover a la gente en grado incalculable.
No tengo la menor duda?"
Rodolfo Walsh
¿Que se pone en juego con el 7D? Este día vencerá la medida cautelar de la Corte Suprema que le permitió al Grupo Clarín no adecuar sus licencias (240 sistemas de cable, 9 radios AM, 4 canales de televisión abierta y una FM) como lo determina la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Esta fecha límite, ha tomado un carácter simbólico muy fuerte en los últimos meses y desde el relato oficial se muestra como la ?batalla final? y el fin de los monopolios mediáticos. Cómo decía Rodolfo Walsh, la comunicación ?mueve a la gente?, y esto se vio demostrado en las luchas contra los monopolios mediáticos en Venezuela, Bolivia y demás países de Nuestra América. Por eso, nuestra tarea como militantes del campo popular es caracterizar a los actores participes de este conflicto, para poder dar una verdadera batalla por la democratización de la comunicación.
Clarín, más allá de ser un grupo empresarial de medios, es la principal herramienta mediática de amplios sectores de la clase dominante. Monopolio, aprietes, omisiones, tergiversaciones, negociados ilegales, todo esto implica Clarín, una venda y una mordaza para el pueblo. Es el Clarín de ?La crisis causo dos nuevas muertes?, el que ocultó el asesinato de Darío y Maxi, el de Papel Prensa. En este último tiempo, de la mano de un proceso de politización social, se ha desarticulado la supuesta objetividad mediática de la corporación y se pusieron de manifiesto los objetivos e intereses detrás del gigantesco monopolio mediático que opera hoy en día para fortalecer una oposición por derecha al kirchnerismo y su ?modelo?. Clarín es quien (lamentablemente) todavía pone las etiquetas y opera para los sectores políticos y económicos que promulgan la falta de intervención del Estado, el libre mercado, la despolitización, la represión, la inmovilización. Quienes nos hemos expresado en apoyo de esta ley, entendemos necesario que se avance en la liberación de licencias por parte del Grupo Clarín, como así también desde otras tantas empresas que tampoco cumplen con la cantidad de medios permitidos: Grupo Uno y América de Vila Manzano, Grupo Prisa, Grupo Telefónica, son algunos ejemplos. Este es un primer paso fundamental para avanzar en la efectiva aplicación de la Ley de Medios, sancionada hace ya 3 años.
El kirchnerismo, por otro lado, si bien ha impulsado fuertemente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, no ha titubeado en utilizar los mismos métodos que Clarín a la hora de ocultar las limitaciones estructurales del ?modelo? (la precarización de la vida y un modelo extractivo dependiente). También se ha hecho de corporaciones mediáticas, de censuras, de omisiones. A 3 años de la sanción de la Ley de Medios, aún no se garantizó la pluralidad de voces, ya que no se ha implementado el 33% para los medios sin fines de lucro, ni el reconocimiento de los medios comunitarios, alternativos y populares que exigen un régimen de aplicación que disminuya las obligaciones y garantice la legalización de licencias para una verdadera democratización de las formas y los contenidos de la comunicación en nuestro país.
Esta misma búsqueda por la democratización de la comunicación es la que nos lleva a entender que el 7D no garantiza por sí solo este objetivo. A menos que se implementen con vocación política otros aspectos centrales incluidos en la ley, muchas voces quedarán silenciadas. En este sentido, la ausencia del Plan Técnico exigido por la ley como condición previa para el concurso, evaluación y entrega de licencias, es una de los grandes déficits: sin conocimiento público ni planificación de las licencias disponibles para explotar desde las empresas comerciales, el Estado y las organizaciones sin fines de lucro, no se garantiza una acceso democrático.
Es por eso que proponemos seguir construyendo una nueva comunicación como parte de un proyecto de país alternativo, soberano y emancipador. Nos proponemos construir nuestra agenda informativa, que presente los intereses que emergen desde abajo y hacia la izquierda, sin corrernos y disputando la imposición de temáticas que manejan los grandes medios de comunicación masiva. La consolidación de experiencias comunicacionales, alternativas y populares sean en formato radial, gráfico y/o audiovisual, es una tarea que vemos fundamental en esta etapa. El objetivo es poder construir herramientas que logren intervenir y plantearse como una alternativa en el debate ante la polarización actual de la agenda, y al mismo tiempo resignificar la comunicación, que ya no sea propiedad de algunos cuantos, sino un bien común de todos.
Desde la COMPA, reafirmamos que el acceso a la información y la comunicación es un derecho. En el contexto de debate público que ofrece el 7D, exigimos una vez más la efectiva aplicación de la Ley de Medios, la garantía de una verdadera multiplicidad de discursos, la legalización de los medios alternativos que surgen y acompañan los procesos de lucha del pueblo, asumiendo todos los desafíos y oportunidades que significan una verdadera democratización de la comunicación de nuestro país.
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