martes, 22 de enero de 2013

Laura Benitez madre de tres hijos, con residencia en la localidad de Merlo, hace una semana que no sabe el paradero de Alex, Julián y Mateo Agüero.

“La violencia existe porque ellos no hacen nada”
Desde el año 2000 radica denuncias en la fiscalía por violencia doméstica, hasta que finalmente en Septiembre del año pasado logra que la justicia otorgue una restricción perimetral, para denegar el acercamiento de su ex marido a no menos de mil metros de donde ella se encuentre. Luego de la separación de hecho, Marcelo Agüero (ex – pareja de Laura) comenzó un hostigamiento psicológico que desencadenó en el secuestro de sus tres hijos. Hoy, Laura, cansada de pisar tribunales, pide que la justicia mueva la búsqueda para no terminar en una tragedia. Por ANRed Oeste
Por ANRed- E (redaccion@anred.org)

En Argentina muere una mujer por día por causas de violencia de género. En el 42% de los casos de mujeres asesinadas, son ultimadas por su pareja. El 37% de las mujeres golpeadas por sus esposos lleva 20 años o más soportando abusos y solamente el 30% hace la denuncia. El 70% de esas denuncias son de clase media, es decir que 7 de cada 10 mujeres que la realizan tienen un buen pasar económico (según cifras de La Casa del Encuentro ).
Laura Benitez casada con Marcos Agüero desde hace 13 años, sufre de estos ataques desde el 2000 “En un principio Marcos era otra persona, nunca imaginé que podía llegar a hacer esto.” comenta Laura para AnRed Oeste, luego de remarcar que desde esa fecha viene realizando en reiteradas oportunidades las denuncias correspondientes. “Cuando estaba embarazada de Alex, él me dio una puñalada en el panza, hice la denuncia en la Comisaria VI de Mariano Acosta pero nunca hicieron nada. Cuando fui al Juzgado de Morón por el secuestro de mis hijos, pedí que tomen esto como antecedente, pero me dijeron que en ese momento las denuncias no se subían al sistema y por eso no se encontraba en los archivos.”.
El 9 de Enero a las 10 de la mañana, y luego de una semana en que sus hijos insistieran en pasar más tiempo con su padre, Laura deja al cuidado de sus hijos a Marcos en el hogar que compartían antes de la separación. A las 8 de la noche del mismo día, recibe un mensaje de texto que decía “Me llevo los nenes a Paraguay, voy a cambiar el número de teléfono para que no los puedas ver más”. Desde ese momento comienza la búsqueda de sus hijos por la casa de los familiares de Marcos que dicen no tener conocimiento sobre el paradero de ellos. Esa misma noche radica la denuncia a la Comisaria de la Mujer y la Familia de Merlo pidiendo la restitución de los nenes, al igual que la documentación que fue secuestrada por Marcos del domicilio de Laura.
Desde ese momento y siguiendo todos los requisitos legales Laura junto a su amiga Carina se dirigen a la comisaria, la defensoría, el juzgado, el consejo de la mujer, y por todo su barrio tratando de buscar indicios que den con el paradero de los tres chicos.
Marcos no dejó en ningún momento de mandar mensajes a Laura increpándola a que no haga las denuncias, “voy a matar a los nenes, a vos y después me mato a mi” dicen algunos de los textos que intentan desequilibrarla para que abandone la lucha. “La justicia no hace nada, la violencia existe porque ellos no hacen nada, son todos papeles. No sé qué están esperando, ¿encontrarme tirada en una zanja para qué así sea una causa penal?”, así expresa esta madre que espera que la justicia se movilice en la causa y encuentre prontamente a sus hijos desaparecidos. “Si él me quiere hacer algo que lo haga, pero por favor que no le haga nada a mis hijos, no sé cómo podría soportar eso.”

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