Luego de informarme del proyecto de construír en F. Varela un «barrio espiritual», creo que al Bufón de la corte Maharishi Julio Mahesh Pereyra Yogi, tendría que focalizar su meditación en cómo mejorar la ciudad en todos sus aspectos. Ya sabemos que la meditación le dió buen resultado para «conseguir un estado de armonía y felicidad que le ayudaría a pensar, a planificar y a disfrutar de las pequeñas cosas que le da esta hermosa vida», como un viaje a Miami evadiendo a los sabuesos de AFIP y pudiendo tener los tan preciados dólares que le son vedados al común de la gente.
Dejando al descubierto que no le interesa la ciudad ni sus habitantes, para este bufón de la corte no es importante la seguridad, la falta de limpieza de sus calles y el deterioro constante de estas y sus avenidas, la falta de iluminación, asfaltos en la mayoría de los barrios, la falta de veredas, reordenamiento del tránsito, ni la falta de agua en la mayoría de los barrios y eso que no llegó el verano. La decadencia del Hospital zonal y sus alrededores, la falta de control sobre las empresas prestatarias de servicios como Telefónica, Edesur y Absa, son patéticos.
No hablemos del descuido de las escuelas, ya que para este Yogi no es importante la educación. Tampoco le da importancia a la cantidad de viviendas sin terminar y que se están deteriorando a paso acelerado, como las construidas sobre la ex Ruta 2 frente al Barrio Pepsi.
¿Qué pasó con el Pitec? ¿Tampoco medita sobre este parque ya inaugurado y convertido en una reserva de flora y fauna autóctona?
Por lo que puedo ver, es más importante un emprendimiento privado que mejorar la ciudad y el bienestar de los varelenses, que son quienes pagan sus impuestos pero no para la ciudad, sino para que el bufón pueda jugar a ser un falso Ravi Shankar.
En este barrio de meditación quiere construir una torre de invencibilidad. Espero que quienes lo construyan, por lo menos no sean de su equipo de trabajo, porque le pueden construir la torre de la Imbecilidad y el proyecto sería otro fracaso sumado a su vasto currículum.
Claudio Dal Vecchio.
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